En la UCI del Hospital San Jorge (Huesca) hay una sala de espera para los familiares de los pacientes. Durante casi un mes, los padres de Liliana no la han abandonado. Su hija de 20 años estaba en coma inducido y se negaba a recibir una transfusión sanguínea, vital para su supervivencia. El motivo es que es Testigo de Jehová. Pero dese este lunes, los padres de Liliana se han permitido abandonar esa sala por unas horas. El milagro se ha obrado: Liliana se ha despertado.
Este lunes, por primera vez desde que ingresó a principios de marzo, la chica consiguió intercambiar algunas palabras con sus padres. Su estado todavía es muy delicado, pero ha vuelto en sí. Después de dos semanas en coma inducido, esta limpiadora portuguesa residente en Jaca ha recuperado la consciencia. Y lo ha hecho justo el día en el que su caso ocupaba páginas en medios de todo el país: Liliana, miembro de los Testigos de Jehová, se negó a que realizasen una transfusión de sangre aunque su vida dependiese de ello.
Se obró el milagro
Liliana ha estado muy grave, pero parece que el milagro se ha obrado: se ha recuperado de forma espontánea. Su caso dio un giro este lunes por la mañana. La joven permanecía ingresada en el hospital desde principios de marzo. Llegó aquejada de fuertes abdominales. Los doctores le diagnosticaron una peritonitis. Lo más preocupante era que tenía unos niveles tan bajos de hemoglobina en la sangre que requería una transfusión urgente para garantizar que sobreviviría.
Como Liliana estaba inconsciente, la responsabilidad recaía, a priori, en sus familiares directos. Pero en el hospital se percataron de que la chica tenía otros planes. Como miembro de los Testigos de Jehová desde hace algo más de un año, tiene prohibido ser transfundida. Para asegurarse de que no recibía sangre de nadie en un caso como el que se ha dado, firmó un documento de Instrucciones Previas. Una especie de testamento vital en el que dejaba claro que se negaba a recibir sangre por motivos religiosos.
Los jueces no pueden hacer nada
El documento fue firmado el pasado 8 de enero. No se imaginaba Liliana que iban a tener que hacer uso de él sólo dos meses más tarde. Fue a principios de marzo cuando cayó enferma. En el hospital evaluaron su caso y advirtieron a la familia de la necesidad de transfundirle sangre. Los padres accedieron a la transfusión, pero entonces apareció el documento en el que desposeía a su propia familia de esa decisión y la transmitía a otro miembro de su iglesia.
Los padres de Liliana, emigrantes portugueses que llevan 16 años viviendo en la provincia de Huesca, recurrieron incluso a la vía judicial para intentar revocar el documento, pero la justicia consideró que el escrito era legal y estaba firmado por una persona mayor de 18 años. Un juez de guardia sobreseyó el caso porque los hechos no eran constitutivos de delito después de que los facultativos enviasen un informe médico al juzgado. La Fiscalía de Huesca asumió la resolución y no la recurrió.
Este fin de semana, el estado de salud de la chica empeoró. Sus padres y los médicos empezaban a temer lo peor, con la impotencia de saber que Liliana podía salvar su vida pero había un documento que lo impedía. Los doctores advertían de que permanecer en un estado de coma inducido no tenia por qué resultar peligroso para la vida de la joven, pero sí su baja cantidad de hemoglobina en la sangre. La hemoglobina es la proteína que tienen los glóbulos rojos que se encarga de transportar el oxígeno. Mantener ese estado durante mucho tiempo podría derivar en consecuencias irreversibles o su fallecimiento.
Sensible mejoría
Pero en este principio de semana, Liliana volvió a hablar. Según cuentan a EL ESPAÑOL fuentes del entorno de la familia, la joven de 20 años por fin ha recobrado el sentido y su estado de salud ha experimentado una sensible mejoría. Habla desde el lunes por la mañana. No ha resultado necesaria la polémica transfusión de sangre.
La extrema gravedad de la salud de Liliana durante el fin de semana sumió a sus padres en un estado de desesperación. Fuentes próximas a la familia explican que habían concertado varias entrevistas con medios de comunicación para hoy. Buscaban visibilidad como último recurso, buscando algún resquicio legal que les permitiese salvar la vida de su hija aun contraviniendo su última voluntad.
Sin embargo, la recuperación de la conciencia de la paciente ha cambiado esos planes. Cuentan desde el entorno de Liliana que ha sido ella misma la que ha instado a los padres a que anulen esas entrevistas. No quiere seguir en el foco y cree firmemente que se va a recuperar sin necesidad de recibir una donación de sangre.
La sangre representa la vida
Nadie, en el seno de la familia de Liliana, conocía la implicación tan fuerte de la chica con su congregación. Sus padres no son Testigos de Jehová, pero sabían que la joven había abrazado su fe desde hacía poco más de un año. Lo que no esperaban es encontrarse con un problema tan grave. Los Testigos de Jehová rechazan las transfusiones de sangre por un fundamento bíblico incuestionable para ellos: la Biblia dice que la sangre representa la vida y tan sólo Dios dispone de ella.
En los últimos días, Liliana ha recibido la visita diaria de su madre. Su padre venía a verla solamente los fines de semana, por motivos laborales. Y también ha aparecido por el hospital alguno de los compañeros de congregación de la chica. Los medios de comunicación estaban a punto de aparecer, para atender la llamada de los padres. Pero parece que se ha obrado el milagro: Liliana ya puede hablar y no ha requerido una transfusión de sangre. No es habitual que el organismo revierta este tipo de situaciones sin ayuda, pero parece que el de la chica sí lo ha hecho.