Los dos acusados por la muerte de Pablo Podadera, el joven que intentó mediar en una pelea a la salida de una discoteca en Málaga cuando celebraba sus 22 cumpleaños, han sido condenados a tres años y dos meses de prisión. No obstante, la sentencia emitida por la Audiencia Provincial de Málaga les ha considerado culpables de los delitos de lesiones y de homicidio imprudente, y no por asesinato, incumpliendo las expectativas que albergaba la familia del joven fallecido el día 21 de abril de 2017.
Según ha concluido la sentencia, Pablo celebró su cumpleaños con unos amigos en la Sala Theatro, una conocida discoteca de la ciudad. Sobre las 4:30 horas, salió fuera con un amigo a fumar un cigarro cuando percibió que varias personas estaban manteniendo una discusión.
Había comenzado una trifulca motivada por el lanzamiento de botellas y hielos de la vitrina por parte de dos jóvenes. En el transcurso de la reyerta, Pablo trató de apaciguar os ánimos poniendo la mano sobre el torso de Nicolás mientras le decía que "no merece la pena, estamos aquí de fiesta para pasar un buen rato". Nicolás era amigo de Alejandro, uno de los dos condenados.
Al verlo, Alejandro, practicante de boxeo, imaginó que Pablo podría agredir a su amigo Nicolás, por lo que no dudó en avalanzarse contra él. Comenzó a pegarle violentos puñetazos desde atrás, sobre la sien, con la ayuda de Alberto, un conocido de Alejandro que también estaba fuera de la discoteca en esos instantes. Por esos golpes, Pablo cayó al suelo desplomado.
Nicolás, consciente de la gravedad de los golpes, trató de levantar y sujetar a Pablo, pero se le resbaló de las manos y Pablo acabó golpeándose contra la pared y el suelo del local.
Podadera fue trasladado al hospital, donde murió sobre las dos de la tarde "como consecuencia de la intensidad de los golpes, se ven reflejados en una hemorragia cerebral masiva que conduce a la muerte encefálica", según pudo certificar la autopsia.
Tras su muerte, Alejandro se entregó a las autoridades días después, mientras que Alberto se ocultó durante varios días con la ayuda de distintas personas.
El pasado 25 de marzo comenzó el juicio contra Alejandro y Alberto, quienes fueron acusados de matar a Pablo. Además, también se enjuició a otros tres jóvenes a quienes se les acusaba de encubrimiento.
Finalmente, tras resolverse el juicio, tanto Alberto y Alejandro han sido condenados por un homicidio imprudente a tres años y dos meses de cárcel, y no por asesnato como pretendía la familia. Por otra parte, los otros tres jóvenes han sido absueltos.