La noche de fiesta acabó de la peor forma posible. Un cigarro no concedido y una posterior paliza mantienen al filo de la muerte a Santiago, un chico vasco de 17 años pero residente en Cantabria. El menor se encuentra en estado de muerte cerebral en el Hospital Donostia de San Sebastián desde la madrugada del pasado viernes.
Un grupo de jóvenes -dos de origen magrebí, otros dos españoles y tres rumanos- residentes en Irún, le propinaron puñetazos y patadas en las inmediaciones de la discoteca Gu de San Sebastián. En concreto, los hechos ocurrieron en la calle Igentea. El detonante de la agresión podría estar en que Santiago y sus dos acompañantes -un amigo y su hermano mayor- no les dieran un pitillo cuando sus agresores se lo pidieron.
Fuentes policiales explican a EL ESPAÑOL que los hechos ocurrieron en torno a las cinco y diez de la madrugada del viernes en una zona comprendida entre el Ayuntamiento de San Sebastián y el Club Náutico de la ciudad. Los detenidos son siete jóvenes, todos ellos varones, de edades comprendidas entre los 18 y los 25 años.
Según otras fuentes conocedoras del suceso, los detenidos le habrían pedido un cigarro a Santiago y a sus dos acompañantes. Éstos contestaron que no tenían tabaco, pero poco después vieron fumando a Santi. El grupo de agresores reprocharon la negativa y empezaron a pegar a los tres jóvenes. Santiago cayó al suelo y recibió varias patadas. Una de ellas le habría dañado el bulbo raquídeo. Se encuentra sumido en un coma profundo en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del citado hospital donostiarra.
Tras la reyerta, una ambulancia acudió al lugar de los hechos. El equipo médico practicó maniobras de reanimación cardiopulmonar al menor herido, que fue trasladado al Hospital Donostia. Los otros dos jóvenes, quienes resultaron heridos al acudir en auxilio de su amigo, también fueron atendidos en un centro médico, aunque sus heridas no revisten gravedad.
La Ertzaintza imputa a los siete detenidos un delito de lesiones graves. Fuentes del caso precisaron a EFE que el menor no presentaba heridas de arma blanca. EL ESPAÑOL ha confirmado que los investigadores policiales pidieron a la dirección de Gu el contenido de las grabaciones de las cámaras de seguridad de la discoteca, pero que éstas no registraron la agresión. Sin embargo, sí quedó registrada en una de las cámaras que el Ayuntamiento de San Sebastián tiene instaladas en la zona.
La corporación municipal manifestó su rechazo a “este tipo de expresiones de violencia, que no tienen ninguna razón de ser y que no provocan más que un dolor absurdo y gratuito en quien las padece”.
Santiago reside en una pequeña localidad de Cantabria próxima a Santillana del Mar, donde su padre regenta un negocio dedicado a la venta de recuerdos de la zona. Según cuenta El Correo vasco, el joven agredido acostumbraba a pasar alguna temporada en San Sebastián, donde viven su madre y su hermano, un año mayor que él.