Empatía y furia. Estos dos estados podrían resumir la reacción de un gran número de presentadoras de los espacios televisivos dedicados a la meteorología ('El Tiempo') al leer la ofensiva carta que recibió su compañera de RTVE, Mónica Lopez, este mes. “Con ese trasero tan pronunciado que tiene parece que se vaya a sentar en el inodoro”. Es alguno de los comentarios que incluía la misiva, cuyo remitente era una profesora de universidad.
Sin embargo, lo que debería ser una situación puntual no es más que el día a día de muchas ‘chicas de El Tiempo’. “Recibo comentarios de salidos casi todos los días. Algunos como ‘me estoy imaginando lo que llevas debajo de la falda hoy...’ o ‘el vaquero realza tu culo respingón’”, cuenta a este periódico Isabel Zubiaurre, meteoróloga de LaSexta que ya denunció en enero este acoso machista que “por desgracia es diario”.
EL ESPAÑOL ha hablado con cuatro presentadoras de esta sección de los informativos que han explicado cómo tienen que luchar contra una sociedad que parece “valorar más su físico que su trabajo”.
La parte dedicada a cubrir las previsiones meteorológicas en la televisión es una de las que más espectadores tienen. Con audiencias de hasta cuatro millones de personas – en el caso de RTVE-, numerosos españoles esperan ansiosos el ultimatum del presentador que decidirá, sin quererlo, desde su look hasta su próximo destino vacacional.
Con las redes sociales el público ya no es un mero espectador, sino también una parte fundamental del contenido del programa. Martín Barreiro forma parte del equipo de meteorología de RTVE y presenta las ediciones de El Tiempo de fin de semana.
“Normalmente si recibo críticas son de un modo constructivo. Gente que comenta cómo lo he hecho. No he recibido prácticamente insultos ni comentarios sin fundamento. Me envían más feedback positivo que negativo e incluso me piropean mucho”, explica este gallego a través de una conversación telefónica.
“Vamos a ir a buscarte para lapidarte”
Sin embargo, la situación no es la misma para sus compañeras de profesión. “Una vez un chico se enfadó porque corté un vídeo que me había enviado porque se veía una hoja de marihuana. No procedía sacar eso en televisión. Reaccionó muy mal y me amenazó diciendo: ‘Vamos a ir a buscarte al trabajo para lapidarte por coartar que la gente fume lo que quiera’. La gente sabe dónde trabajas, por eso lo pasé tan mal. Al final lo denuncié por Twitter”, apunta Zubiaurre. “Con las redes sociales parece que estás más cerca de los espectadores, por eso se piensan que tienen mayor libertad a la hora de decir lo que quieran”, añade la meteoróloga.
Barreiro lo sabe y da fe de lo que denuncia su compañera: “Aunque haya hombres que también reciben este tipo de comentarios, desgraciadamente a quienes realmente les afecta es a las mujeres. No se trata de una cuestión de insulto o crítica poco agraciada. Va mucho más allá. Es una cuestión de género y físico”.
José Antonio Maldonado es uno de los hombres más veteranos dentro de este mundo de lluvias y ciclones. Estuvo 22 años al frente de la información meteorológica de TVE y ahora trabaja como colaborador para algunos programas. “Jamás se metieron conmigo mientras trabajaba en la televisión”, expresa Maldonado,que relaciona este tipo de comentarios a las redes sociales: “La gente se ampara en el anonimato. En mis tiempos no pasaba”.
El físico es lo que importa
Muchas coinciden en que da igual la manera en la que expliquen la previsión de la semana. Al final, parece que lo único que importa es el modelito que llevan. “Me parece algo descabellado. Mis compañeros nunca me han contado que les haya pasado algo así. La mayoría de las veces la imagen prima más que la calidad de tu trabajo”, manifiesta Irene del Río, presentadora de El Tiempo en Castilla La Mancha TV.
Está harta de recibir mensajes por Instagram de gente que lo único que comenta, por ejemplo, es lo bien que le sientan los zapatos que lleva. “No somos personajes públicos. Somos profesionales. No vendemos nuestra vida para que la gente tenga el derecho de opinar sobre nuestro físico”, añade la periodista.
Flora González actualmente trabaja como presentadora de El Tiempo en 'Cuatro al día'. Le encanta subir fotos divertidas a Instagram posando en bikini. Sin embargo, no todo el mundo opina lo mismo. “Cuelgo fotos en bañador porque a mi me gustan. Una vez me dijeron 'esta foto no es seria para una chica del tiempo', cuando esa no es la imagen que yo quiero transmitir", explica a este periódico la periodista.
“Muchas veces me esfuerzo en hacer un buen trabajo y se quedan en cómo iba peinada. No se centran en mi trabajo", añade. Flora opina que no toda la culpa la tienen los que participan activamente en las redes sociales, sino los propios periodistas. “Muchas veces somos nosotros quienes fomentamos este tipo de comentarios. En la gala de los Oscars sacamos a las peores vestidas en vez de valorar el trabajo de las mujeres”.
Esta falta de compañerismo ocurre incluso en la misma redacción. En esta hoja de reclamaciones también está la firma de Laura Ferrer, quien dio El Tiempo durante cuatro años en Antena 3. Recuerda como muchos de sus compañeros siempre tenían que comentar algún detalle de su vestimenta que, además, les ponían las estilistas. A veces, de forma excesiva. “Ponían en duda mi profesionalidad y eso es de vergüenza. Recuerdo una vez que una directiva me excluyó de una foto por cómo iba vestida. A un hombre eso jamás le hubiese pasado.”, cuenta Ferrer.
Jamelgas y cachorras
Normalmente, los comentarios más lascivos hacia las presentadoras suelen ser de hombres. Flora es de las pocas que no ha tenido que aguantar palabras como "jamelga" o "cachorra". No obstante, sostiene que muchas veces tiene que hacer oídos sordos a críticas que vienen por parte de las propias mujeres.
"Si he recibido comentarios negativos es numerosas ocasiones ha sido por parte de mujeres. Somos las más duras a la hora de juzgarnos a nosotras mismas. Por ejemplo, si me pongo una mini falda porque me gusta y estoy cómoda a lo mejor me dicen que voy un poco corta", explica.
Según el último estudio de IAB Spain, un 85% de los internautas de 16 a 65 años utilizan redes sociales, lo que representa más de 25,5 millones de usuarios en nuestro país. Para Flora, en una sociedad tan tecnológica es imposible impedir estos comentarios. “Todo esto va con la educación que recibimos en casa. Por ahora, lo que puedes hacer es aprender a gestionar este tipo de críticas”, dice. En resumen, hacer la vista gorda. Irene va mucho más allá. Sostiene que “hay que hacer un lavado a la sociedad y ser menos machistas, tanto hombres como mujeres”.
Martín se considera de una mayoría privilegiada por ser hombre. Entiende que esa condición ha hecho que pueda meterse en su perfil de Instagram y no tener que leer centenares de comentarios subiditos de tono. “El problema tiene que ser atajado antes de las redes sociales. Se trata de una cuestión educacional y de la sociedad en general. Lo que no puede ser es que el hecho de ser hombre te dé el privilegio de creerte superior. La clave está en respetar a la mujer y a los colectivos minoritarios. Tenemos que caminar hacia una igualdad de género real”, explica el físico.
“Todo es un reflejo de la sociedad heteropatriarcal en la que vivimos, donde no existe la igualdad. Es la imagen de la impunidad que tienen los hombres en el modo en el que se dirigen a la mujer. Me considero deuna mayoría privilegiada por ser hombre. La mujer es la eterna perjudicada”, concluye.