Se ha confirmado lo que se veía venir, aunque no se esperaba que el batacazo fuera de tal magnitud. Pilar Baeza, la que sin duda es la candidata a la alcaldía más particular de toda España, se ha quedado muy lejos de las puertas del Ayuntamiento de Ávila, donde se ha presentado este domingo como alcaldable de Podemos. Así, se pone fin al víacrucis que han supuesto estas elecciones para la formación morada. Ahora, toca pasar página.
Desde que EL ESPAÑOL publicó, a principios del pasado marzo, que Baeza había sido condenada a 30 años de prisión por su implicación en el asesinato de Manuel López Rodríguez, su candidatura no llegó a despegar y el recuento de este domingo ha ratificado lo que se preveía. Baeza ha obtenido sólo 510 votos, y se ha quedado con un 1,6% del total, algo que no sólo la deja sin cancha para entrar como concejal sino que complica enormemente su futuro en la formación. Su candidatura ha sido la segunda menos votada de la ciudad, sólo ha superado a la plataforma Ávila Libre de Peajes.
La sorpresa en esta jornada electoral la ha puesto el partido Por Ávila, una escisión del Partido Popular que ha conseguido 10 concejales. La nueva formación ha desbancado al Partido Popular del actual alcalde, José Luis Rivas. Así las cosas, la ciudad de Ávila se queda con un Ayuntamiento claramente escorado a la derecha ya que, de todos los partidos del espectro centro-izquierda, sólo el PSOE ha logrado tener ediles.
El descalabro de Baeza, y por ende la falta de arranque de Podemos en la ciudad de Ávila, se ha debido a numerosas razones que mezcladas no han podido dar un resultado peor. Por un lado, todas las formaciones competían en una arena más difícil que la de los comicios de 2015: Un total de diez candidaturas se han presentado en Ávila, lo que ha diseminado por completo los votos de los abulenses.
El pasado de Baeza, un lastre para la formación
Pero, sin duda, lo que más ha afectado a la candidatura de Baeza fue la revelación de su oscuro pasado. Aunque la formación, especialmente a nivel de Castilla y León, sacó pecho tras las informaciones y se posicionó al lado de su candidata, Baeza ha tenido que ver cómo no se le ayudaba a hacer campaña y cómo desde su propio partido la daban por amortizada desde antes de que comenzara la campaña electoral.
El actual lastre de Baeza comenzó el verano de 1985. Por aquel entonces ella tenía 23 años y vivía en la localidad madrileña de Leganés junto a sus padres. En agosto de ese año Baeza le contó a su novio, Manuel García alias El Zapatero, que un amigo suyo, Manuel López Rodríguez alias El Panadero, la había violado. Sin acudir a la Policía ni decírselo a nadie Baeza, García y un tercer amigo de ambos, Juan Carlos Torres, planearon el asesinato de El Panadero. Decidieron hacerlo el 8 de septiembre de 1985.
Esa noche, la ahora candidata acudió a la armería Deportes Baeza que regentaban sus progenitores para coger una escopeta que estaba siendo reparada, así se perdería el rastro, y se la dio a su novio y a su amigo. Ellos se fueron de fiesta con El Panadero y más tarde lo asesinaron, de cuatro disparos a bocajarro, y lo tiraron a un pozo localizado en el término municipal de Villanueva de Perales. A su regreso, El Zapatero le espetó a Baeza un “Ya estás vengada” y ella volvió a colocar el arma en la tienda.
Si el hecho ya es escabroso de por sí, sus dimensiones alcanzan una mayor magnitud si se tiene en cuenta que el cadáver estuvo tres meses en el pozo. Durante ese tiempo, según el testimonio de uno de los hermanos del asesinado, Baeza y su novio iban a comer a casa de los padres de El Panadero para preguntar si había aparecido ya. Además, antes de entregarse a las autoridades, ambos se fotografiaron junto al pozo para un artículo que publicó la revista Interviú.
Podemos ya tiene la excusa para quitar a Baeza
Esa faceta, hasta que este diario la publicó, desconocida de Baeza, ha condicionado inevitablemente las dos campañas electorales que se han vivido desde abril. “No la quieren ni ver. Esto ya desde que salió la noticia pero no querían montar otro escándalo quitándola y que pareciera que no se respetan las primarias”, comentaba a este diario, unas horas antes de que arrancara la campaña de las municipales, un dirigente de Podemos.
Donde más se ha notado esta actitud de la formación morada respecto a su candidata por Ávila ha sido en la confección de los carteles de propaganda electoral. En Ávila, el diseño del cartel ha optado por la muralla de la ciudad, de morado, sin incluir ni el nombre ni la cara de su candidata. En otras provincias como Burgos, Palencia, Segovia o León, todos los carteles sí que llevaban la cara de sus respectivos candidatos.
Más de lo mismo ha sucedido con los actos que Podemos en Castilla y León y su filial en la provincia de Ávila han organizado para la campaña de las municipales. Pablo Fernández, secretario general en la comunidad, sólo ha pisado Ávila un día y lo ha hecho en el pequeño municipio de Casavieja.
La misma actitud es la que han adoptado los dirigentes de la formación morada en la provincia. Durante esta campaña se han paseado por numerosas localidades de la provincia de Ávila pero en ningún momento han organizado actos en la capital donde se presenta Baeza. La intención era evitar a toda costa la fotografía con esta suerte de candidata maldita y evidenciaba que la ciudad ya llevaba tiempo dándose por perdida.
“El secretario general de Podemos en Castilla y León, Pablo Fernández, intenta desde hace tiempo que ella no aparezca en los actos. Ahora, con estas elecciones, como Podemos no saque ningún concejal, ya tendrán la excusa para quitársela de en medio”, reconocía el dirigente de la formación morada. “En Ávila están deseando refundar el partido”, añadía. Con los resultados encima de la mesa, esto ya parece inevitable.