En esa residencia, que se convirtió en menos de una semana en un total infierno, se sucedían los coches fúnebres. Allí Joan asesinó a Paquita Gironés, Sabina Masllorens, Montserrat Guillamet. Montserrat Canalies, Joan Canal, Lluis Salleras, Carme Vilanova, Isidra García, Teresa Puig, Rosa Babures y Francisca Matilde Fiol. El caso se descubrió por casualidad. Cuando mató a su última víctima, Paquita, el médico forense del Hospital de Olot se negó a certificar su muerte natural y avisó a los Mossos. Los investigadores comenzaron a interrogar a todos los empleados de la residencia de La Caritat, pero cuando se toparon con Joan Vila, él contó toda la verdad. Las cámaras le habían pillado entrando en la habitación de la mujer y en el cuarto de la limpieza. Joan se había convertido en un asesino en serie.