"En aquel momento me alteré más de la cuenta y disparé la escopeta, o se me disparó, pero fuera lo que fuera, el hecho está ahí, y lo asumo", reconoció ayer ante la Audiencia Provincial de Murcia Juan L. G., acusado de asesinar de un disparo de escopeta a su vecino en La Ribera de Molina (Molina de Segura).
También dijo que, tras disparar y de regreso a su vivienda, pidió a unos jóvenes que se encontró en el camino que avisaran a la Policía, porque acababa de dar muerte a un hombre. Los hechos ocurrieron en 2017, cuando el acusado tenía 80 años de edad. Juan L. G., conocido como 'Juan del campo', lamentó todo el sufrimiento que ha causado a la familia del fallecido y a la suya propia, y admitió que las relaciones con su vecino no eran buenas, ya que no estaba de acuerdo con la medición que un topógrafo había hecho de la finca propiedad del segundo, con el que disputaba el lindero que separaba los terrenos de ambos.
El acusado ha llegado a un acuerdo de conformidad con la fiscal del caso y con la acusación particular que representa a la familia del fallecido, con el que también está de acuerdo su letrado defensor, Mariano Crevillén, que supone el compromiso de las partes de rebajar sus solicitudes iniciales de condena.
Así, la fiscal, que en sus conclusiones pedía una condena de 20 años de prisión, y la acusación particular, que reclamaba 25 años, en ambos casos, por un delito de asesinato, están conformes en rebajarla a 15 años, siempre que el acusado mantenga el reconocimiento de los hechos. Ese acuerdo de conformidad está condicionado a ese mantenimiento y a la reparación del daño, para lo cual el acusado ha hecho dación en pago de sus propiedades para así hacer frente a las indemnizaciones solicitadas para la viuda y los tres hijos de la víctima.
También se produjo la declaración de los forenses que realizaron la autopsia del cadáver, quienes aseguraron que el disparo era mortal de necesidad, al haber afectado a una zona vital como es el cerebro.