Doce palacios, 600 coches, relojes de un millón... La riqueza de Mohamed VI en 20 años de rey
Se le calcula una fortuna superior a 5.000 millones de euros. El monarca de Marruecos viaje siempre con un séquito de 300 personas
14 julio, 2019 00:59Noticias relacionadas
El monarca marroquí Mohamed VI ha acumulado una riqueza inestimable durante las dos décadas de reinado, pero también ha heredado una gran fortuna de su padre Hassan II cuando falleció el 23 de julio de 1999, con quien comparte la afición al lujo.
El nuevo monarca, apodado cariñosamente como MVI, rompió con las costumbres de la monarquía alauita desde el primer día. Tras el fallecimiento de su padre, redujo el período de duelo y anunció su marca de gobierno: el pragmatismo. Consideró que el país no podía permitirse dejar de trabajar y rogó a la Administración reanudar su actividad lo antes posible.
Marruecos asigna 250 millones de euros anuales a la familia real, aunque no figura en los presupuestos generales. En 2015 ya poseía una fortuna estimada en 5.000 millones de dólares. La revista americana Forbes lo situó el primero en la lista de más ricos en Marruecos, y el quinto más adinerado en el continente africano. Estas son algunas de sus posesiones más valiosas.
1. Doce palacios y 1.100 sirvientes por un millón de euros al día
El monarca alauita dispone de 12 palacios en el reino habilitados y en funcionamiento con 1.100 sirvientes por si acude en cualquier momento. Su mantenimiento supone un millón de euros al día. Aunque a diferencia de su padre, no solicita que en cada residencia se cocine para comer y cenar por si se le ocurre aparecer sin avisar.
En el palacio real de Rabat, el más grande, tiene su despacho. Allí recibe a los jefes de Gobierno, monarcas y otros invitados de honor. De hecho dentro del recinto dispone de otro palacio, el de huéspedes, donde pernoctan los reyes de España cuando visitan el país vecino.
Realmente, se trata de toda una ciudad porque en el interior del palacio disponen de una clínica, una escuela, una caballeriza, dos piscinas, dos campos de golf, pistas de tenis, un bosque, un cementerio, un matadero, y hasta una cárcel. Todo esto queda reflejado en el libro El último rey del autor francés Jean Pierre Tuquoi.
La residencia la tiene en el Palacio de Salé, la ciudad colindante con la capital y, paradójicamente, la más habitada por las clases trabajadoras.
Durante las vacaciones de verano elige el norte del país y, por ejemplo, este año disfruta del Palacio de Tetuán, situado en el corazón de la antigua colonia española, donde hay un despliegue de cientos de agentes de seguridad estos días. El edificio de estilo hispano-morisco sirvió de morada al Sultán que estaba bajo protectorado español.
2. Castillo de Betz en Francia, a 2.000 kms. de Rabat
Lo heredó de su padre Hassan II y sirve de residencia a su segunda mujer, Lalla Latifa, y madre del rey actual. Se lo compró en 1972 a un noruego acaudalado que tenía un hotel de lujo. Anecdótico es que en el siglo XVIII, pertenecía a una princesa de Mónaco, que tuvo que huir a causa de la Revolución Francesa.
En la propiedad de 71 hectáreas atravesada por un río hay otro pequeño castillo, El Pabellón del Príncipe, construido por Hassan II.
La creación de puestos de trabajo del rey marroquí en Betz, un pequeño pueblo de mil habitantes a 60 kilómetros al noreste de París, le ha asegurado la popularidad. Tiene a 20 empleados durante todo el año; jardineros, amas de casa, personal que se ocupa de mantener el cuidado del edificio, del parque y de los caballos reales. Cuando se hospeda allí, al menos tres veces al año, el servicio, reclutado en la localidad y los alrededores, aumenta. En esas ocasiones, la economía local se beneficia porque solo al día el panadero entrega 300 baguetes, ya que Mohamed VI viaja con 200 personas en su séquito.
3. El cuarto hotel más lujoso del mundo
Mandó construir el hotel Royal Mansour en 2007, y se inauguró en el año 2011 en el emplazamiento de unos antiguos jardines municipales de Marrakech. Alberga 53 riads -edificios tradicionales en torno a un patio central- de tres plantas para acoger a sus amigos y familiares cuando permanece en la ciudad roja. De hecho, no está lejos de la plaza Jemaa El Fna, Patrimonio de la Humanidad y unión entre los barrios nuevo y la medina antigua.
Lo atienden 500 empleados y dispone de estancias privadas de hasta 850 metros cuadrados. El servicio es invisible porque el personal se desplaza por un conducto subterráneo que está perfectamente diseñado para comunicarse con los diferentes ríads individuales de los huéspedes, y así asegurar la privacidad y la tranquilidad de los clientes o invitados.
Dispone de una biblioteca y de un spa de mármol blanco de 1.500 metros cuadrados con tratamientos corporales completos, una piscina cubierta y un gimnasio. Además, tiene tres restaurantes bajo el asesoramiento del cocinero Yannick Alléno, con una estrella Michelin.
4. Uno de los diez yates más grandes del mundo, Badis 1
Esta semana salió a la luz la última adquisición real, el yate Badis 1, estacionado en la localidad norteña de Rincón, frente a la bahía Sofitel Tamuda, donde actualmente disfruta de las vacaciones Mohamed VI.
La embarcación de 70 metros de largo y 13 metros de ancho es uno de los 10 yates de vela más grandes del mundo. De hecho, solo podrá atracar en tres puertos del país, Tánger, Marina Smir y Mohamedia.
Cuenta con un salón de 157 metros cuadrados y seis cabinas: una suite principal, dos VIP y tres dobles, con capacidad para 12 personas, además de los 12 miembros de la tripulación. La embarcación, que llegó a Casablanca el 24 de junio, ya navegó por el Atlántico el día 26 hacía el norte, cruzó El Estrecho de Gibraltar y atracó en la costa mediterránea.
La embarcación de lujo era propiedad del empresario estadounidense Bill Duker, que pidió 88 millones de euros, y lleva la bandera marroquí desde marzo de 2019. Aunque, según publica la revista Telquel, podría haber sido un regalo.
El rey tenía ya en propiedad otro velero más pequeño, El Boughaz 1. Se trataba de una goleta de 41 metros construida en Estados Unidos en 1930, que fue transformada en un yate de lujo en la década de 1980.
Mohamed VI confirma así que la navegación es una nueva pasión compartida con su padre. El mismo Hassan II era propietario de dos barcos, Oued Eddahab y Al Mass.
5. Se desplaza con dos aviones privados y uno militar
Mohamed VI utiliza frecuentemente solo para sus viajes dos aviones privados, un Boeing 737 y un Boeing 747; y un Hércules C-130. En los primeros, vuelan entre 250 y 300 personas; y el militar Hércules C-130 se reserva para los muebles y el equipaje.
La flota real incluye otros dos aviones Gulfstream (modelo G550). Y el verano pasado se añadió un nuevo avión privado, un Gulfstream G650, uno de los más exitosos en el mercado, a la venta por 57 millones de euros. El aparato está decorado de forma especial, cuenta con un sistema antimisiles israelí; y es capaz de alcanzar los 1.000 kilómetros por hora y volar 13.000 kilómetros sin escalas. Aunque estará a disposición de la casa real, es un regalo al heredero, Moulay Hassan, como se aprecia en las iniciales en el número del registro.
6. 600 coches en el garaje real
De su abuelo Mohamed V y de su padre Hassan II heredó el gusto por los coches, también coleccionistas de vehículos. Frente a los Rolls y los Cadillacs de sus antepasados, Mohamed VI se decanta por los modelos deportivos por la comodidad.
Su colección de automóviles de lujo y antiguos asciende a 600, que le consumen seis millones de euros del presupuesto marroquí. Equipos especiales se encargan de su mantenimiento en un estacionamiento en la Route des Zaer en Rabat, a pesar de que casi nunca los conduce.
No es solo una cuestión de imagen, sino una vieja historia de amor que comenzó cuando tenía 10 años y recibió como regalo de cumpleaños un mini Jeep Renegade que condujo en las calles del palacio. Una foto de él, a bordo de este juguete, recorrió las redes sociales. Y después a su hijo Moulay Hassan también le regaló un coche similar a los 5 años, lo que dificultaba la tarea a los conductores del palacio porque el príncipe podía subir al coche a cualquier hora.
Para las escapadas por las ciudades de incógnito prefiere conducir él mismo y en la mayoría de las ocasiones lo hace al volante de varios modelos de lujo de la marca Mercedes, Ferrari, Bentley, Rolls-Royce o Aston Martin.
En 2009, envió a reparar su Aston Martin DB7 a bordo de un Hércules del Ejército hasta Newport (Inglaterra). Los periódicos británicos recogieron las quejas de los ecologistas por la contaminación generada por un viaje que superaba los 2.000 kilómetros, cuando se podría haber arreglado en Málaga, un destino cercano.
La afición del rey por los coches del lujo y antiguos es conocida internacionalmente; y durante una visita de trabajo a Praga en 2016, el presidente checo le agasajó con cinco autos de coleccionista.
En Marruecos ha creado tendencia, y es imitado por quienes tienen la oportunidad de adquirir automóviles de alta gama. Ocurrió cuando en 2002, después del terremoto de Alhucemas, el monarca apareció en la ciudad rifeña en un Land Rover Sport Supercharged, y los marroquíes ricos adquirieron este deportivo británico, a partir de 85.000 euros. En un año sus ventas ascendieron un 200% en Marruecos.
7. El holding real
Analistas políticos comentan que Mohamed VI está más dotado para los negocios que para la política, o que al menos se siente mejor en el sector empresarial. De hecho, controla el mayor grupo financiero de Marruecos, Al Mada, presente en los sectores más estratégicos de la economía marroquí.
La familia real, además de sus numerosas tierras y residencias, obtiene la mayor parte de su fortuna del grupo privado más grande del país. El holding fue una herencia real, pero solo el 13% del antes National Investment Company (SNI), el grupo privado más grande del país. El holding fue una herencia real, pero solo el 13%. Sin embargo, en estos 20 años se ha fortalecido y el grupo se ha expandido. Hoy es un imperio que posee acciones en más de una treintena de compañías, algunas multinacionales, distribuidas en una quincena de sectores económicos importantes.
Algunos ciudadanos entienden la presencia del rey en los negocios como una forma de estimular la inversión en la economía del reino. Sin embargo, lejos de los despachos, los ciudadanos se han enfrentado al poder económico del rey y sus empresarios con un boicot a tres grandes marcas, el agua Sidi Ali, los productos de Danone y las gasolineras Afriquia. Un misterioso llamamiento desde varias páginas de Facebook en abril de 2018 fue secundado por casi la mitad de la población durante meses para denunciar no solo los altos precios en relación a los salarios, sino también que estas compañías sean propiedad de personas influyentes en el sector de la economía y la política del país.
8. Vestimenta a medida y accesorios de capricho
El excéntrico vestuario del rey tiene también un coste para el presupuesto del Estado: dos millones de euros al año. Se hizo confeccionar un abrigo de lana por un sastre londinense, cuya factura ascendió a 39.021 libras esterlinas.
Le gusta lucir trajes a medida perfectamente ajustados, con pañuelo de bolsillo en el estampado y color de la camisa. Además siente debilidad por el calzado al estilo italiano de piel terminado en punta. Y tiene predilección por las compras de lujo en las tiendas del diseñador Gianfranco Ferré en París o Milán.
Muy diferentes son sus looks informales. Las últimas chilabas, increíblemente pop y llamativas, que ha mostrado en los viajes africanos han sido un furor entre los aficionados al estilo beldi del monarca.
Los selfies de los últimos años con los ciudadanos, donde se deja ver en un ambiente distendido y personal con ropa pop-rock llamativa, es un marketing muy estudiado que ya se ha expandido en las redes sociales. De tal manera que con su estilo ha sabido pasar de ser el “rey de los pobres” al “rey de los jóvenes”.
Su complemento ideal es el pisa corbatas. Los luce de oro, con el escudo del reino o con sus iniciales. También colecciona gafas de sol. De hecho, en numerosos actos oficiales se salta parte del protocolo al llevarlas puestas, pero se justifica por temas de salud.
Sin embargo, lo que más ha llamado la atención el último año es un reloj suizo de 1.000 diamantes de más de un millón de euros que lució en Dubái el año pasado. Se desconoce su procedencia, si es regalo de un emir del Golfo o adquisición personal del soberano.
La pasión relojera de los reyes alauitas, también heredada por Mohamed VI, ha sido siempre objeto de comentarios, chismes y escándalos. Durante sus viajes privados, Mohammed VI parece dar rienda suelta a sus gustos personales y usa relojes de buceo, así como otros más excéntricos e inclasificables.
9. Despilfarro en deporte y viajes
El primer viaje al exterior lo realizó en diciembre de 1999, cinco meses después de subir al trono. Sin embargo, la primera visita de estado la lleva a cabo en marzo de 2000 a Francia, entonces primer socio comercial de Marruecos y su fiel aliado en la escena internacional.
Sus viajes oficiales o privados al extranjero fascinan por su carácter espectacular y secreto. Los desplazamiento por placer o por salud son recurrentes con un séquito que le sigue de 300 personas y un gasto de 7,75 millones de euros.
Viajar con el monarca es un lujo y no lo acompaña quien quiera. En el gabinete real, el casting está hecho a medida. Además de los miembros del gabinete y del gobierno, también se pueden encontrar grandes jefes de secciones. Si bien generalmente solo hay un puñado de presidentes de empresas públicas, el gobernante a veces puede expandir el círculo a empresarios privados.
Claro que el presupuesto público para viajes reales no incluye las escapadas privadas, que suele hacer acompañado de la familia, hermanos, primos, sus dos hijos y, hasta el 2018 su mujer Lalla Salma, de la que en la actualidad vive separado. Excepcionalmente, también le han acompañado amigos. En estos desplazamientos cuenta con la protección del país anfitrión, que le proporciona un grupo de guardaespaldas.
Los destinos vacacionales del soberano son numerosos, Grecia o Cuba en los últimos años; pero la capital francesa es, sin duda, uno de sus favoritos.
Además, el delicado estado de salud del monarca que recurre a la sanidad francesa, le lleva a desplazarse a París con frecuencia; incluso a principios del 2018 tuvo que permanecer ingresado tras una operación por una arritmia cardíaca y continuar en el país galo para las posteriores revisiones médicas.
Además están los deportes, de los que es muy defensor. El soberano es un amante del esquí acuático y de la montaña y, como el rey emérito Juan Carlos I, es un aficionado a la caza mayor.
10. Obras faraónicas del reino
Durante el reinado de Mohamed VI se ha rehabilitado el patrimonio nacional y se han construido importantes infraestructuras culturales: los grandes teatros de Rabat y Casablanca, el Museo Mohamed VI o la Biblioteca Nacional.
Sin embargo, las dos décadas de reinado dejan dos obras faraónicas con el sello de Mohamed VI. Una en el sur, el más grande complejo energético solar del mundo, la Central Noor en Ouarzazate; y el complejo portuario Tanger Med en el norte.
El Complejo Noor Ouarzazate, con cuatro centrales eléctricas, es el mayor centro de producción solar de múltiples tecnologías del mundo con una inversión total de 2.400 de euros. Estas infraestructuras satisfacen las necesidades de conexión eléctrica, transporte por carretera, suministro de agua bruta y potable, drenaje, telecomunicaciones y seguridad.
Estos proyectos también son una oportunidad para activar las palancas del desarrollo socioeconómico a través de la implementación de acciones en salud, educación, agricultura, emprendimiento y actividades culturales y deportivas. De este modo, más de 20.000 personas se beneficiaron de estos mecanismos de solidaridad, más de 30 millones de personas pudieron recibir agua potable.
En la otra parte del país se desarrolla Tanger Med, un grupo logístico mundial, situado en el Estrecho de Gibraltar y conectado con 186 puertos, con una capacidad de tratamiento para 9 millones de contenedores, 7 millones de pasajeros, 700.000 camiones y un millón de vehículos. Supone un volumen de negocio de 8 mil millones de euros en diferentes sectores: automoción, aeronáutica, logística, textil y comercio.
Es la primera capacidad portuaria en el Mediterráneo, un espacio de intercambios entre Europa y África, que seguirá implementándose con una nueva inversión de 900 millones de euros de desarrollo de proyecto de extensión.