Casi cuarenta días después de que Dana Leonte (28 años) desapareciese en Arenas (Málaga), Sergio Ruiz, su pareja y padre de su hija de ocho meses, sigue manteniendo que la joven se marchó por su propio pie. La semana pasada, según ha podido saber este periódico, presentó ante los investigadores otra supuesta prueba de vida que demostraría su versión de los hechos.
Según relató a la Guardia Civil, que investiga el caso, este malagueño se percató de que el móvil de su novia estaba conectado en WhatsApp. Así, aprovechó para saludarle y recriminarle con mensajes su ausencia. Ella respondió: "Hola, dime", tras lo que no volvió a contestar nada más. Estos mensajes fueron intercambiados supuestamente el día 11 de julio, 29 días después de que fuese vista por última vez -12 de junio-. Sergio Ruiz puso en conocimiento de los agentes estos hechos para tratar de convencerles, una vez más, de que no tenía nada que ver con la desaparición de su novia.
No se trata del primer intento, pues al principio de la investigación Ruiz ya presentó ante la Guardia Civil una serie de mensajes sonoros de WhatsApp y capturas de pantalla con las amenazas y presiones que un prestamista le había mandado a Dana. Razón por la cual su pareja "se había marchado a Rumanía para quitarse el marrón de encima". "Me dijo que iba a irse en autobús para no dejar rastro, cogió 1.200 euros en metálico y algo de ropa", relató Sergio a este periódico. Dana Leonte habría mandado esos mensajes a su novio mientras huía al este de Europa.
Si bien, esto último fue desmentido por Florín Leonte, el hermano de la desaparecida, y por los propios investigadores. Esos mensajes de texto fueron enviados desde la propia casa de Sergio, según acreditó la geolocalización de los móviles de ambos. Es decir que dichos whatsapps podrían haber sido enviados por él mismo, cuando Dana ya había desaparecido.
Tercer implicado
En este sentido, la última prueba que ha presentado Sergio podría ser otro intento fallido, según ha podido saber este periódico. Los agentes saben, en esta ocasión, que Sergio Ruiz no encendió el móvil de Dana Leonte, pues está vigilado desde la desaparición, pero investigan que un tercer implicado hubiese encendido su teléfono móvil y que, de este modo, estuviese ayudando a despistar a los investigadores. Lo que sí descartan es que la desaparecida haya enviado los supuestos mensajes.
El objetivo principal de la Guardia Civil, en cualquier caso, es encontrar por encima de todo el cadáver de la joven para que esta desaparición no se convierta en un segundo caso Marta del Castillo.
Lucía, la hija de ambos, sigue a cargo de su padre, que recibe ayuda de su familia para atender a la bebé cuando él está en el almacén de construcción, donde continúa trabajando cada día. La pareja llevaba dos años junta. Aunque en ocasiones se habían distanciado, con la llegada de la niña habían retomado la relación.
En el pasado, Dana denunció a Sergio por malos tratos tras una fuerte discusión en presencia de varios familiares. A él se le impuso una orden de alejamiento sobre ella. Si bien, el caso se archivó por el juzgado de Vélez-Málaga por falta de pruebas.
Dana lleva 14 años residiendo en España y los últimos dos lo hizo en Arenas. Poco después de ella, llegó a este país Florín, su hermano, quien desde que comenzó la investigación apuntó al novio de su hermana como principal sospechoso. En conversación con este periódico, este hombre asegura que su hermana "no se ha marchado de forma voluntaria" y ve cada vez más claro que "le ha podido pasar algo", más aún después de conocer que posiblemente no fue su hermana quien envió esos mensajes amenazantes.
Siempre descartó que su hermana se hubiese ido de viaje a algún sitio, como sostenía Sergio Ruiz. "Me habría enterado. He hablado con amigos de Rumanía, Italia y Rumanía y me han dicho que nadie tiene noticias de ella", sostiene. Ademas, Dana tenía una gran dependencia del teléfono móvil, siempre "estaba pendiente de él y utilizaba todas las aplicaciones". Ahora, llevan apagados más de dos semanas.
Registro de siete horas
La última vez que los dos hermanos hablaron fue el miércoles 12 de junio, cuando Dana fue vista por última vez. La conversación se produjo a través de audios de WhatsApp. Ella, según su hermano, le transmitió tranquilidad y no le comentó que tuviera ningún problema. "Me hablo como siempre. No le noté nada raro ni ella me dijo nada que me alertara. Todo esto es muy extraño", apunta.
El hecho de que la Guardia Civil registrase durante siete horas la vivienda de Sergio, situada justo detrás del cementerio municipal, también le señala como principal sospechoso. Los agentes inspeccionaron exhaustivamente el lugar, donde los especialistas de Criminalística tomaron diversas muestras biológicas.
Además de la vivienda, los guardias civiles también analizaron los restos de dos hogueras encendidas en las últimas semanas en el exterior de la casa familiar, pues varios testigos afirmaron que antes de la desaparición había dos fuegos a escasos metros de la vivienda, que estuvieron encendidos durante varias horas.
Como se puede ver en la imagen, a unos tres metros de la puerta se aprecian las cenizas, con restos e vidrio y hojalata. Más allá, una segunda fogata con las mismas características. De ellas, también se obtuvieron muestras para ver qué se quemó.
A esa operación, se sumó un despliegue de 15 agentes de la Guardia Civil, con un perro especialista en detectar restos biológicos, un helicóptero y un dron encargado de peinar la zona y tomar fotografías aéreas, que trabajan de día y de noche para tratar de buscar pistas o indicios del paradero de Dana. Todo ante la presencia de Ruiz, que durante la búsqueda, ha insistido varias veces en su inocencia ante los medios de comunicación: "Me apuntan a mí y yo no he hecho nada, soy inocente. Ella se ha marchado y me ha dejado solo con la niña".
Por el momento, todas las hipótesis están abiertas, aunque la geolocalización de los móviles podría ser una evidencia clara de que la desaparición de Dana no habría sido voluntaria.