María (nombre ficticio) es una persona discreta. No le gusta llamar la atención. Tiene 63 años y vive en Madrid, en el distrito de Chamartín. Es de clase media - alta y disfruta de escuchar todos los domingos el sermón del sacerdote en su parroquia. Su tranquila vida dio un giro inesperado cuando el 19 de febrero de 2014 encendió la televisión. Entre tanta programación que elegir probablemente se arrepienta de haber decidido ver el programa de Toñi Moreno: “Entre Todos”. Jamás imaginó que, cinco años después, aquel simple hecho provocaría cinco muertes, una violación, un aborto, varios accidentes de coche y un gasto en su cuenta bancaria de 375.000 euros.
"Mujer maravillosa"
María y Toñi Moreno tienen más cosas en común de lo que pensaban. Las dos, en su día, pensaron que Dolores López Millán, más conocida como Loli, una onubense de 43 años, era “una mujer maravillosa”. “Entre todos” es un programa de RTVE donde varios protagonistas cuenta sus desgracias en directo y los televidentes se apiadan de ellos a través de donaciones. Loli fue desesperada a la pequeña pantalla suplicando, entre lágrimas, 5.000 euros para comprar un andador a Jorge Delgado Hervás, su marido, quien había sufrido un grave traumatismo craneoencefálico diez años atrás como consecuencia de un accidente de moto.
Todo por amor
Ella insistía en que a lo largo de la década “no le había pedido nada a nadie”, pero que este andador era fundamental para su marido, o "El Marqués", como le llama ella. La "pobre" Loli tuvo que dejar su trabajo para cuidar de su pareja, quien ahora estaba totalmente inválida. Con tres hijos a su cargo, al mes recibían 1300€ de ayudas del Estado, pero 950€ iban destinados a sus terapias. Toda una desgracia para esta familia de Hinojos (Huelva). Sin embargo, el amor que sentía Loli por su marqués podía con todo. “Le quiero más que a nadie en el mundo entero”, confesaba. Estaba segura de que lo iba a conseguir.
La primera en caer rendida a sus pies fue la misma Toñi Moreno. “Debería de pagar por venir aquí cada tarde. Te sientes miserable al lado de esta gente”, decía la presentadora visiblemente emocionada. El teléfono del programa comenzó a sonar, lo que significó que los telespectadores se compadecieron de la historia de Loli. La onubense comenzó siendo una de estás victimas y María una de estas apiadadas. La madrileña le donó 1000 euros. Probablemente jamás imaginaron que terminarían intercambiándose los papeles.
Pagó el entierro de Jorge
La historia de la familia de Hinojos conquistó a más de 100 personas, lo que se tradujo en un soñado andador para Jorge, y algo más. Consiguieron recaudar 21.000 euros durante aquel programa.
Según fuentes policiales consultadas por EL ESPAÑOL, los problemas aparecieron un año después. Loli obtuvo, a través de RTVE, el contacto de los donantes y mandó un Whatsapp general suplicando que necesitaban más dinero. Aquí vuelve a aparecer María, pero en forma de víctima. La onubense y la madrileña estrecharon lazos y comenzaron una relación telefónica en la que hablaban casi a diario. María era casi parte de la familia. Loli se inventó que Jorge había muerto y consiguieron persuadir a la madrileña para pagar un entierro de 8.000 euros. Después, la que muere es ella y su hija, Macarena, es quien coge las riendas. Pero por poco tiempo, porque supuestamente sufre una violación en la que le contagian el SIDA. Entonces, quien se muere es el bebé. A cada nueva desgracia, la pobre María pagaba. Hasta tal punto que llegó a convencer a su hermana para hacer una donación de 38.000 euros.
Jueces y abogados falsos
Los años pasaban y la familia de Hinojos estaba haciendo dinero a costa de la mujer samaritana. El que, al parecer, tampoco se enteraba de nada era Jorge, quien en su día fue el protagonista de la historia. Después del bebé se murió su madre, la joven Macarena. Con toda la familia bajo tierra aparece María, una amiga de la recién fallecida, que se encargaba de llamar a la madrileña para conseguir más dinero. Sin embargo, ahora las donaciones iban destinadas a denunciar las negligencias médicas que, como daño colateral, también había sufrido María al haber invertido tanto dinero en la salud de la familia de Hinojos. Antonio, Mónica, Francisco Javier, Antonio, Olga... A lo largo de cinco años van apareciendo hasta cinco jueces y abogados que se hacían cargo de las negligencias. Todos falsos.
Resurrección
María seguía pagando. Según han explicado fuentes de la investigación a este periódico, su familia no sabía nada. Hasta marzo de este año. Su hermana (que anteriormente había donado 38.000 euros) da un toque de atención a la madrileña y le dice que denuncie. Y lo hace. La mujer se va a la comisaría del distrito de Hortaleza, en Madrid, y comunica lo sucedido. Los agentes se huelen la picaresca y llaman a la persona que estaba al mando del teléfono en esos momentos. Quien responde es Loli, la difunta Loli.
A partir de ese momento María entra en una especie de estado de shock. Todo aquel que la conoce coincide en lo buena que es. Sin embargo, se avergüenza de lo que ha pasado. Por esta razón prefiere permanecer en el anonimato. No quiere que se la victimice más
Paseaba tranquila por Hinojos cuando la detuvieron
Después de varios meses de investigaciones, la Policía Judicial de Chamartín se dio cuenta de la magnitud que había tenido lo que parecía ser una estafa. Calcularon que la familia de Hinojos había recaudado más de 500.000 euros a base de mentiras. Este julio el grupo encargado de la investigación fue directamente a Huelva a detener a los supuestos delincuentes. Se encontraron a Loli, tranquila, paseando con Jorge, su marido. Él iba en silla de ruedas. Él se quedó en casa esperando a que su mujer, su hija Macarena y otras cuatro personas más pasasen a disposición judicial. Lo único real de toda la historia es la invalidez de Jorge. Y, probablemente, los miles de euros que le han robado a María. O mejor dicho, a santa María.