“Saco a mi hija de este colegio y a sus dos hermanas. Las cambio a las tres porque no queremos volver a verle la cara a esa profesora”. Así de contundente se expresa en exclusiva para EL ESPAÑOL Lourdes, la madre de la niña de 10 años de Terrassa que el pasado 17 de junio fue presuntamente agredida por su profesora por haber dibujado una bandera de España en un álbum escolar. Un suceso que provocó un gran revuelo hace poco más de un mes y que ahora está siendo investigado por un juzgado.
Los hechos tuvieron lugar en el colegio Font de l’Alba, del barrio egarense de Can Tusell. Es también el colegio en el que estudió Lourdes cuando era mas pequeña. Porque tanto ella como su familia son del barrio de toda la vida.
— “Cuando yo estudiaba tuve a esa profesora dándome inglés; era una mujer normal. De hecho, mi hija la quería mucho y nos daba facilidades si teníamos algún problema para, por ejemplo, pagar las excursiones. Ha sido a raíz de todo el tema independentista cuando se ha transformado”.
En el seno familiar no quieren hablar mucho. Saben que el caso está en manos de su abogado y quieren seguir manteniendo la prudencia de la que han hecho gala hasta ahora.
— “Creo que lo hemos llevado bastante bien. No hemos salido por la tele, no hemos insultado a nadie tal y como nos proponía gente en redes, no le estamos faltando el respeto a nadie...”.
Campaña
Lo que sucede es que el caso sigue coleando aunque haga ya más de un mes que pasó el incidente. Y Lourdes está indignada por la campaña que se está lanzando contra ella en redes sociales. “Nos han dicho de todo. Que somos una familia problemática y de etnia gitana. Mentira todo. Que hemos estado presos. Falso también. Que somos miltantes de VOX. Mira, yo ni siquiera voto. A ningún partido. Mucho menos voy a ser militante. Si lo fuese no tendría ningún problema en decirlo. Pero es que es mentira. No somos miembros de ningún partido y nadie ha estado con nosotros el día de las elecciones para saber si he votado, si no, y a quién lo he hecho. Manipulan para hacernos quedar mal”.
Lourdes quiere dejar claro eso, que su familia no tiene ningún tipo de filiación política.
— “Una cosa es que mi hija pintase una bandera de España porque se siente española, como todos en nuestra casa. Somos catalanes y españoles. No tendría que haber ningún problema con eso. Pero encima que ha sido mi hija la que ha sufrido el comportamiento de esa profesora, también quieren culparla a ella. Que se lo ha inventado, dicen. ¿Qué necesidad tiene una niña de 10 años de inventarse eso?”.
Lourdes cumplirá 36 años en agosto y es madre de 5 hijos. Los dos mayores ya no estudian en ese centro, el mismo en el que ella fue escolarizada y tuvo a Miriam, la tutora protagonista del incidente, como profesora de inglés. “Ahora tengo tres hijas que van a ese centro y me las llevo. A las tres, claro. Nadie me obliga, tal y como he leído por ahí. Las saco porque yo quiero, porque mi hija, después de lo que ha pasado, no quiere volver a verla”, aclara Lourdes, que apunta que la primera damnificada por la decisión “es mi propia hija, que tiene allí a sus amigos y siempre ha estado muy a gusto en ese colegio. Pero ahora tiene miedo de que vuelva a pasar algo. Digo yo que es normal, ¿no? Cuando alguien te hace algo, de lo que menos ganas tienes es de encontrarte otra vez a esa persona”.
Dibujo roto
Los hechos tuvieron lugar el 17 de junio, en una de las últimas clases del curso académico. Los chicos de 10 años se preparaban para cerrar el año con varias actividades, incluyendo unos dibujos libres que formarían parte del álbum de verano. A Rocío, la pequeña de 10 años hija de Lourdes, se le ocurrió dibujar una bandera nacional acompañada de la expresión ‘Viva España’. A la profesora, Miriam, le sentó mal la idea, zarandeó a la niña hasta que la derribó y rompió el dibujo delante de toda la clase.
— “También tuvimos que aguantar que nos dijesen que eso era mentira, con lo mal que lo pasó la niña. Ese día no quería ni salir a la calle, no lo pasó bien. Es normal, si una profesora te hace eso delante de todo el mundo. No queremos protagonismo, como ya hemos demostrado; no hemos salido en ningún sitio. Yo sólo quiero que se trate con respeto a mis hijos. Como cualquier padre, ¿no? Si se cae de un columpio tendré que ir a ayudarla. Y si le pasa una cosa así, pues también. No hay ninguna motivación política”.
También desmiente Lourdes otra de las calumnias que ha tenido que leer estos últimos días.
— “Dicen que somos racistas. El que diga eso no conoce el colegio. Hay niños de todas las razas y nacionalidades. Hay marroquíes, hay latinos, hay africanos, hay de etnia gitana… Si nosotros fuésemos racistas, ¿cómo íbamos a llevar a todos nuestros hijos ahí? Los hubiéramos cambiado antes de colegio, ¿no?”.
En efecto, Can Tusell es uno de los barrios de Terrassa con mayor índice de alumnos de origen extranjero de la ciudad. “Nunca hemos tenido problemas con nadie”, subraya la madre de la pequeña.
Lourdes siente pena: “Ese ha sido siempre nuestro colegio, tanto el mío como el de mis hijos, y nunca habíamos tenido ningún problema. La relación con esa mujer era muy buena hasta que se transformó con todo el tema de la independencia”.
Cambiar, de hábitos, de centro o de amistades, es un hándicap al que tendrá que enfrentarse ahora la pequeña Rocío, igual que su hermana de 10 años y otra más pequeña que también estaba inscrita en el mismo colegio.
Desamparados
También lamenta el tratamiento del tema por parte de la Generalitat de Catalunya, que a pesar de reconocer que la profesora rompió el trabajo de la niña delante del resto de la clase, zanjaron el tema dudando que la agresión hubiera existido y no viendo ninguna motivación ideológica en la acción de la profesora.
—“Lo ventilaron un viernes por la tarde, a última hora, antes de un puente y cuando ya acababan las clases. Dijeron que no había ningún tipo de motivación ideológica y se acabó. Pero es que lo peor es que a nosotros no nos comunicaron nada. ¿Sabes cómo me enteré yo? Por la tele. Estaba viendo las noticias y vi lo que decía la Generalitat, pero a nosotros no nos comunicaron nada”.
A pesar de que de puertas para afuera no hayan reconocido la agresión, desde el centro educativo asumieron lo sucedido y le prometieron a Lourdes que su hija no volvería a tener contacto con esa profesora más. También se disculparon por lo sucedido en una nota. No obstante, la familia de la chica se lleva a las tres crías a otro centro: “Porque ya no es que no vuelva a coincidir como profesora suya. Es que la puede ver por el colegio y mi hija no quiere. O que no sabemos cómo van a reaccionar los otros profesores con mi hija, que igual son amigos de esa maestra y ya tenemos mala experiencia”.
Ahora, mientras la justicia investiga el caso, toca mudanza de colegio. No es agradable para nadie; ni para las niñas ni para sus padres. “Ahora les toca hacer amigos nuevos, dejar a los de antes, conocer a gente”, pero sostiene que lo hace por todos, por dignidad y por evitar otro episodio de este tipo: “Nosotros no hemos querido nunca salir en los medios; sólo vivir tranquilos”, sentencia,
A Lourdes le duele que “el tema de la independencia lo haya complicado todo. Estamos hablando de una profesora cuyo comportamiento con nosotros siempre ha sido ejemplar. Mi hija la quería mucho, porque esas cosas yo se las preguntaba. Pero al final, por un asunto de banderas, ha cambiado todo y lo ha tenido que pagar una niña de 10 años que ni entiende de política, ni está metida en este asunto. Ni es justo eso, ni la campaña a la que nos han sometido después por redes”. Traslado forzoso de colegio, revuelo mediático, ansiedad y campaña de acoso en redes. Es el precio que han tenido que pagar en esa familia porque la niña de 10 años decidió dibujar una bandera de España.