El intento de agresión sexual por parte de una veintena de jóvenes a María (nombre ficticio), una menor de 14 años, y la posterior paliza que le propiciaron a su hermano, M., de 16, al defenderla, ha movilizado a toda Palma de Mallorca. Después de lo ocurrido en la capital isleña, en la madrugada del viernes pasado, cientos de personas se pusieron en contacto con la familia de los menores a través de las redes sociales para tratar de identificar a los agresores.
De este modo, gracias a la colaboración ciudadana y a la familia, que aportó dichas pruebas ante la Policía Nacional, ya se ha identificado al líder, mayor de edad, y a cinco jóvenes que participaron de manera más activa en la brutal agresión al menor de 16 años. Según informaron fuentes policiales, los seis agresores podrían ser detenidos en las próximas horas.
Veinte minutos. Ese fue el tiempo que la madre de las víctimas estuvo sin saber nada de sus hijos, mientras se producían los hechos. Tal vez fuese poco, pero para esta progenitora fueron los más angustiosos, posiblemente de su vida, según relató a EL ESPAÑOL.
A las 02:00 horas, recuerda, su hija le llamó para contarle todo lo sucedido. No pudo verla hasta cinco minutos después. Mientras que a su hijo no lo vería hasta pasados 15 minutos, después de que la veintena de jóvenes le propinasen los golpes y posteriormente le robasen todo lo que llevaba encima. Después, gracias a uno de los miembros del grupo, pudo huir y regresar con su hermana. La madre pide Justicia, pero no olvida el gesto del chico. "Le doy mil gracias y mi agradecimiento más sincero, le salvó la vida a mi hijo".
8.000 personas
Todo ocurrió tras al concierto de los 40 principales en ses Fontanelles (Palma de Mallorca), que reunió a más de 8.000 personas. María y su amiga, las dos de 14 años, emprendieron el camino de regreso a casa tras el fin del evento, sobre las dos de la madrugada. Pero antes de abandonar el recinto, dieron con un grupo de unos 20 jóvenes, algunos de ellos de origen magrebí, que empezaron a amedrentarlas. La cosa fue a más. A María la intentan retener en dos ocasiones con el fin de agredirla sexualmente. La tocan, le agarran el pelo... y le sueltan frases como "cariño, no te acuerdas de mí, ven...". La joven, con ayuda de su amiga, logra zafarse de ellos y huir.
María, nerviosa, en estado de shock, llama a su hermano M., de 16 años, para contarle lo sucedido. El joven llega hasta el lugar y se dirige al líder del grupo, de origen marroquí, para defender a su hermana y pedirle explicaciones. M. no puede hacer nada. El grupo empieza a rodearle y le propina una brutal paliza. Le asestan varios puñetazos, sobre todo en el rostro, que prácticamente le destrozan la mandíbula. Intenta huir, pero en un callejón, a 400 metros de su casa, lo vuelven a atrapar y finalmente le roban todo lo que lleva encima.
Así describe lo que ocurrió la pasada madrugada del sábado, casi con la voz quebrada, la madre de las dos víctimas, en conversación con EL ESPAÑOL. Prefiere no revelar su nombre, ni el de sus hijos, oriundos de Palma de Mallorca, para protegerlos. Según cuenta, apenas han salido de casa desde que su hijo salió del hospital con dos fracturas en la mandíbula. Tienen miedo. Ese mismo día, denunciaron los hechos ante la Policía Nacional, que investiga la agresión.
Perseguidos por la banda
La noche, sin duda, se antojó en la peor pesadilla para esta familia mallorquina. En las imágenes del video, que pueden observar en este artículo, M. huye corriendo, casi sin fuerzas; detrás, su hermana y su amiga le siguen, y a continuación, toda una multitud en la que se entremezclan asistentes y los agresores, que persiguen a los tres menores. En ese instante, la banda ya había intentado abusar de la joven de 14 años y había propinado la paliza a su hermano.
Todo empieza a la salida del recinto en el que se celebra el concierto. En un primer momento, según cuenta la madre, una vez que la banda intenta raptar a su hija y agredirla sexualmente, es ella misma, con ayuda de su amiga, la que logra huir. "Mi hija es una niña fuerte, así que con patadas y golpes, pudo huir. Eso sí, de nada sirvió que gritarán nadie les ayudó", crítica la progenitora. Acto seguido, es cuando María llama a su hermano M., ya resguardada en un lugar donde había dos parejas. Esa noche, el grupo de magrebíes ya había protagonizado hasta tres incidentes en el concierto, según informó la seguridad del recinto a la familia de los menores.
Tras el aviso de su hermana, M. se presenta en ese momento allí en compañía de unos amigos para ayudarla. Buscan al grupo que ha intentado agredirla y es M. -en compañía de sus amigos y su hermana- quien pregunta directamente al líder. "¿Tú cuantos años tienes?", le dice. El agresor responde: "Yo, 18". Después le reprocha. "¿No te da vergüenza intentar abusar de una niña de 14 años?".
Lo atraparon en el callejón
El líder del grupo le contesta: "Qué bonita esa medalla que llevas...". Y acto seguido le da el primer puñetazo. Así hasta seis, que le van propinando diferentes miembros del grupo, atacándole incluso por la espalda. No se defiende, tampoco le dan opción. Al advertir tal situación, el amigo de M., que presentaba la mandíbula ya destrozada -tras lo que tendrá que ser operado en los próximos días-, le dice que deben emprender la huida. Y así lo hacen.
El amigo de M. se esconde detrás de una hamaca, y el agredido huye con su hermana y la amiga. En ese momento, un testigo graba la escena. "Mi hijo salió corriendo, las piernas no le respondían y le cogieron en un callejón; mi hija y su amiga pararon a mitad de camino", relata la madre. En esa calle estrecha, a 400 metros de su casa, en Ses Fontanelles, la banda atrapa de nuevo al joven. Y, bajo amenazas de muerte, le roban todo lo que lleva encima: un reloj, una medalla, el móvil y el dinero que llevaba en metálico.
Si bien, cuando todo parecía ir a peor, es uno de los integrantes del grupo quien pide a los agresores que "dejen a M.". En ese momento, es ese chico quien ayuda al menor, en estado de shock, y le lleva hasta donde está su hermana. "Yo solo puedo estar agradecida porque hiciese eso, le dimos las gracias por salvarle la vida. Esto podía haber acabado mucho peor", dice la progenitora. El joven incluso le devolvió algunas pertenencias. Aún así, esta madre pide justicia, que todos los que agredieron a su hijo lo paguen.