En Fuentespalda (Teruel), hace dos años, pensaron que era buena idea montar una tirolina para fomentar el turismo y evitar la despoblación de la zona. Lo que no sabían, entonces, era que iba a ser la más grande de Europa (con dos kilómetros de recorrido y 200 metros de desnivel). Esa no era su pretensión en un primer momento. “Nos enteramos después, cuando empezamos a proyectarlo”, reconocen en conversación con EL ESPAÑOL desde la empresa que se ha encargado de construirla. Hoy, ese sueño que se empezó a gestar como un imposible es una realidad.
La tirolina más grande de Europa –y la única del mundo con estas dimensiones donde también pueden tirarse los discapacitados– está en Fuentespalda, un pueblo de apenas 286 habitantes (según datos de 2018) situado en la comarca de Matarraña (Teruel). Allí, desde este jueves, cualquiera puede tirarse por ella pagando 25 euros. Ya está inaugurada, aunque con reservas. “Todavía no está a pleno rendimiento”, matizan. Pero ya se pueden ir haciendo reservas para el mes de agosto. Y, en septiembre, esperan presentarla mundialmente en un evento al que pretenden que acudan famosos y políticos.
Carmen Agud, la alcaldesa de la localidad, del Par (Partido Aragonés), fue la que decidió impulsar el proyecto. “Fuentespalda tiene los problemas de cualquier pueblo pequeñito, como muchos aquí en Teruel: la despoblación, el paro, el que los jóvenes se van… Y en el ayuntamiento pensaron que era buena idea montar la tirolina para fomentar el turismo y crear puestos de trabajo”, cuenta Pilar, responsable de comunicación de la empresa que se ha encargado de construirla.
El ayuntamiento, entonces, como promotor del proyecto, se puso manos a la obra: cedió los terrenos a una empresa gestora que se iba a encargar de llevar todo a buen puerto y ha aportado 140.000 euros de fondos públicos, según el diario La Comarca, para que se llevara a cabo. “A partir de aquí, no se puede decir cuál ha sido el coste total de la obra. Lo que sí te puedo contar es que se ha triplicado la inversión inicial por todas las dificultades que nos hemos ido encontrando en el camino”, explican desde la compañía.
Pero la construcción no ha sido sencilla, ni siquiera cumplir los plazos, que se han ido postergando hasta alcanzar los dos años. De hecho, han participado infinidad de empresas en su puesta a punto. “Entre cuatro o cinco principales y luego muchas otras”, añaden. Los materiales, por ejemplo, los han comprado casi todos en Alemania; y los helicópteros, desde Lleida. “Y 10 personas del pueblo han participado”, se enorgullece Pilar.
Ahora, la idea es que la tirolina sirva para atraer a turistas a la zona. “Va a generar, además, cuando esté a pleno rendimiento entre cinco y ocho puestos de trabajo”, confiesan desde la empresa gestora. La experiencia, desde luego, es única: Fuentespalda ofrece tirarse desde la tirolina más grande de Europa y recorrer dos kilómetros con un desnivel de 200 metros en apenas dos minutos. ¿El precio? Dependerá. Individualmente, vivir la experiencia costará 25 euros, pero desde la gestora tienen pensando hacer rebajas a grupos de 10 personas e impulsar una serie de packs de turismo junto a restaurantes y hoteles de la zona.
Teruel, definitivamente, existe. Y tiene la tirolina más grande de Europa. Dese luego, no es algo que puedan decir en todas partes.