Defender a su hermana, de 14 años, de un intento de violación por parte veinte jóvenes, le costó a M., de 16, una brutal paliza. Este menor recibió hasta seis puñetazos en la mandíbula por diferentes miembros de la banda, en la madrugada del viernes pasado en Palma de Mallorca. Unas lesiones por las que, según ha podido saber este diario, M. tendrá que ser operado finalmente este viernes.
En la intervención, que está previsto se lleve a cabo sobre las 17.00 horas, el cirujano maxilofacial implantará una placa tanto en la parte izquierda como en la derecha de la mandíbula de la víctima, que quedó prácticamente destrozada tras la agresión. Cuando sobre las 03.00 horas del sábado acudió con su familia al hospital, M. apenas podía mover la boca, presentaba un fuerte traumatismo y una hinchazón considerable. Finalmente, cuatro días después de que recibiese el alta, el centro hospitalario notificó a la familia que M. tendría que ser invertenido para reparar los huesos fracturados de su mandíbula.
La recuperación de esta operación, denominada osteosíntesis, durará aproximadamente treinta días, en los que el menor solo podrá ingerir líquidos. Tras esto, los médicos valoraran si las placas de titanio han consolidado la fractura. De ser así, finalmente le volverán a intervenir para retirárselas.
La madre de los menores tiene pensado, según indicó a este diario, pedir permiso al Ayuntamiento de Palma y convocar una manifestación para exigir Justicia por todo lo que vivieron sus hijos a la salida del concierto de los 40 Principales en ses Fontanelles.
Por el momento, gracias a los cientos que mallorquines que se pusieron en contacto con la familia para informarles sobre los agresores, la Policía Nacional ya ha identificado al líder de la banda, mayor de edad, de origen marroquí, y a cinco jóvenes que participaron de manera más activa en la brutal paliza al menor de 16 años. Según fuentes policiales, los seis podrían ser detenidos en las próximas horas.
Todo ocurrió en menos de 30 minutos, tras el fin del concierto, que reunió a más de 8.000 personas. María y su amiga, las dos de 14 años, emprendieron el camino de regreso a casa tras el fin del evento, sobre las dos de la madrugada. Pero antes de abandonar el recinto, dieron con un grupo de unos 20 jóvenes, algunos de ellos de origen magrebí, que empezaron a amedrentarlas. La cosa fue a más. A María la intentan retener en dos ocasiones con el fin de agredirla sexualmente. La tocan, le agarran el pelo... y le sueltan frases como "cariño, no te acuerdas de mí, ven...". La joven, con ayuda de su amiga, logra zafarse de ellos y huir.
María, nerviosa, en estado de shock, llama a su hermano M., de 16 años, para contarle lo sucedido. El joven llega hasta el lugar y se dirige al líder del grupo, de origen marroquí, para defender a su hermana y pedirle explicaciones. M. no puede hacer nada. El grupo empieza a rodearle y le propina una brutal paliza. Le asestan varios puñetazos, sobre todo en el rostro, que prácticamente le destrozan la mandíbula. Intenta huir, pero en un callejón, a 400 metros de su casa, lo vuelven a atrapar y finalmente le roban todo lo que lleva encima.
Así describe lo que ocurrió la pasada madrugada del sábado, casi con la voz quebrada, la madre de las dos víctimas, en conversación con EL ESPAÑOL. Prefiere no revelar su nombre, ni el de sus hijos, oriundos de Palma de Mallorca, para protegerlos. Según cuenta, apenas han salido de casa desde que su hijo salió del hospital con dos fracturas en la mandíbula. Tienen miedo. Ese mismo día, denunciaron los hechos ante la Policía Nacional, que investiga la agresión.
Intentaron raptarla
La noche, sin duda, se antojó en la peor pesadilla para esta familia mallorquina. En las imágenes del video, que pueden observar en este artículo, M. huye corriendo, casi sin fuerzas; detrás, su hermana y su amiga le siguen, y a continuación, toda una multitud en la que se entremezclan asistentes y los agresores, que persiguen a los tres menores. En ese instante, la banda ya había intentado abusar de la joven de 14 años y había propinado la paliza a su hermano.
Todo empieza a la salida del recinto en el que se celebra el concierto. En un primer momento, según cuenta la madre, una vez que la banda intenta raptar a su hija y agredirla sexualmente, es ella misma, con ayuda de su amiga, la que logra huir. "Mi hija es una niña fuerte, así que con patadas y golpes, pudo huir. Eso sí, de nada sirvió que gritarán nadie les ayudó", crítica la progenitora. Acto seguido, es cuando María llama a su hermano M., ya resguardada en un lugar donde había dos parejas. Esa noche, el grupo de magrebíes ya había protagonizado hasta tres incidentes en el concierto, según informó la seguridad del recinto a la familia de los menores.
Tras el aviso de su hermana, M. se presenta en ese momento allí en compañía de unos amigos para ayudarla. Buscan al grupo que ha intentado agredirla y es M. -en compañía de sus amigos y su hermana- quien pregunta directamente al líder. "¿Tú cuantos años tienes?", le dice. El agresor responde: "Yo, 18". Después le reprocha. "¿No te da vergüenza intentar abusar de una niña de 14 años?".
El callejón
El líder del grupo le contesta: "Qué bonita esa medalla que llevas...". Y acto seguido le da el primer puñetazo. Así hasta seis, que le van propinando diferentes miembros del grupo, atacándole incluso por la espalda. No se defiende, tampoco le dan opción. Al advertir tal situación, el amigo de M., que presentaba la mandíbula ya destrozada -tras lo que tendrá que ser operado en los próximos días-, le dice que deben emprender la huida. Y así lo hacen.
El amigo de M. se esconde detrás de una hamaca, y el agredido huye con su hermana y la amiga. En ese momento, un testigo graba la escena. "Mi hijo salió corriendo, las piernas no le respondían y le cogieron en un callejón; mi hija y su amiga pararon a mitad de camino", relata la madre. En esa calle estrecha, a 400 metros de su casa, en Ses Fontanelles, la banda atrapa de nuevo al joven. Y, bajo amenazas de muerte, le roban todo lo que lleva encima: un reloj, una medalla, el móvil y el dinero que llevaba en metálico.
Si bien, cuando todo parecía ir a peor, es uno de los integrantes del grupo quien pide a los agresores que "dejen a M.". En ese momento, es ese chico quien ayuda al menor, en estado de shock, y le lleva hasta donde está su hermana. "Yo solo puedo estar agradecida porque hiciese eso, le dimos las gracias por salvarle la vida. Esto podía haber acabado mucho peor", dice la progenitora. El joven incluso le devolvió algunas pertenencias. Aún así, esta madre seguirá pididiendo justicia, que todos los que agredieron a su hijo lo paguen.