El Chaplin, la discoteca más famosa de Benidorm, anda medio vacía hasta que van a dar la 1 de la noche. Entonces empieza a llenarse. Ingleses con camisetas de fútbol y una despedida de soltera de irlandesas blandiendo un enorme pene hinchable rosa. Todos esperando el espectáculo más famoso del Chaplin: el striptease de Toni, The Little Big Man. (El pequeño gran hombre). Un show con una legión de seguidores en el Reino Unido
En el centro de la pista, cuatro sillas. Las ocupan tres chicas y un chico con los ojos vendados. A la una en punto, el público estalla porque entra corriendo Toni, ‘The Midget’ (‘El Enano’). Por los altavoces suena In the army now de Status Quo porque hoy Toni va vestido de militar. Hace flexiones, dispara con una metralleta falsa y se va quitando el uniforme a medida que le hace bromas a los 4 de las sillas. Les unta nata, se les sube encima, los revuelca por el suelo…
El pene hinchable ha cruzado fronteras y ha pasado del grupo de irlandesas a un inglés bastante ebrio que quiere sumarse al show sin permiso. Intenta entrar en el perímetro del militar Toni armado con el gran falo rosa. El guardia de seguridad lo mata con la mirada, abre los brazos y amaga con dar un paso hacia él. El borracho recula y del susto se le escapa el pene de las manos (el hinchable). Toni puede llegar entonces al cénit de su número. Al momento álgido. A cuando se arranca el tanga. Resulta que debajo tiene otro que nunca se quita. Les hace cuatro bromas más a los guiris con la ayuda del segurata y se acaba el show. Aplausos, fotos con la estrella… y para casa. Así, casi cada noche desde hace 7 años.
Probablemente esta haya sido una de las últimas. En España van a prohibirse este tipo de espectáculos. El Congreso aprobó a principios de este año el cambio de la normativa con la finalidad de que no se celebren espectáculos públicos y privados que "denigren" a las personas con acondroplasia (enanismo). Todavía no es ley porque aún no tenemos gobierno, pero el texto ya se aprobó por unanimidad por todos los partidos políticos. Dice que actuará contra los espectáculos que humillan la dignidad de estas personas y sus derechos fundamentales.
¿Esto no os ofende?
“Que lo quieren prohibir porque les ofende. Y yo me voy a quedar sin trabajo. ¿Eso no les ofende?” reflexiona Toni en la puerta del Chaplin antes del espectáculo. Toni, ‘The Midget’ se llama en realidad Antonio Ivars Cardona, es valenciano y tiene 41 años. Sufre acondroplasia y no llega al metro treinta de altura. Desde los 18 años ha trabajado en espectáculos taurinos, en cuadrillas del corte del ‘Bombero Torero’. Pero hace 7 años conoció a los dueños del Chaplin en una noche de fiesta y desde entonces dejó los ruedos para hacer striptease.
“A mí me gusta mi trabajo. Mucho más que cuando estaba con los toros. Aquí me divierto con la gente, me pongo un disfraz distinto cada noche, y hago reír al público. A mí no me humillan y no creo que se rían de mí. Se ríen porque hago cosas graciosas, que me las preparo en el espectáculo para eso. Para un artista cómico, lo mejor que le puede pasar es que la gente se ría, ¿no?”, se pregunta.
Toni se gana bien la vida con el striptease. No quiere entrar en cuánto dinero tiene, que esto no es el programa de Broncano. Pero entre lo que gana por contrato y las propinas, se ha comprado un coche de esos de 49 centímetros cúbicos, “pero este con las ruedas bien estables, que con el otro que tenía vino una vez una tormenta con viento y me estampé”. También se ha alquilado un apartamento a dos calles del Chaplin y ayuda económicamente a sus padres jubilados, que viven en el vecino pueblo de Benissa y sólo cobran la pensión.
Celebridad en Inglaterra
Mientras fuma en la puerta antes del show, un grupo de irlandeses se le acerca y le dicen que lo conocen de ‘Lad Bible’, la web británica en la que han convertido a Toni en toda una celebridad en las islas. Algún periódico en papel como el Daily Star le ha dedicado recientemente una página entera a su caso y sus fans le piden a España que no lo prohíban. El grupo de dublineses (todos de entre 40 y 60 años) se hacen un par de fotos con Toni en la puerta y le dan 10 euros de propina.
“Fotos muchas, pero, a mí no me hacen burradas por la calle. Siempre hay algún pasado que la lía, pero eso pasa en todos lados y con todo el mundo. Pero yo siempre me he sentido muy seguro aquí”, reconoce señalando al portero del Chaplin. El guardia de seguridad, que tiene padre español y madre inglesa, también da su opinión: “Yo creo que lo discriminatorio es no dejarlo trabajar, ¿no? Yo puedo hacer un striptease. Esta chica que acaba de salir también puede. Pero… ¿Toni no por tener enanismo? A mí me parece que la humillación es esa”.
Tal vez cuando se sintió más humillado Toni fue aquel día que tuvo que ir a declarar a comisaría. Pero no por ninguna agresión o pelea. Cayetano, uno de los propietarios del bar, recuerda el motivo. “Pasó por la puerta una mujer que tiene una niña de 5 años con acondroplasia. Se indignó, le pareció ofensivo, fue a poner una denuncia... y al día siguiente tuvimos que ir los dos a prestar declaración”. Toni tuvo que aclarar allí que no estaba siendo explotado por los dueños, que no lo estaban humillando, que ser stripper es su trabajo desde hace 7 años. "Después de declarar, la policía vino por la noche a presenciar su show a ver si era verdad. Les pareció muy divertido y se fueron. Pero ¿qué necesidad tiene Toni de ir a declarar a la policía por hacer su trabajo?”, se queja Cayetano.
Aquel episodio derivó incluso en una investigación por parte de Fiscalía. Síntoma de cómo de serias se están poniendo las cosas en España. Así, Toni está intranquilo cara al futuro. “Pues me tendré que buscar otra cosa, pero yo siempre he trabajado en los espectáculos, que es lo que me gusta. Yo no tengo ayudas económicas porque estoy bien. No voy en silla de ruedas, no estoy mal de la cabeza... ¿Qué me van a dar, ayudas de 1.600 euros por quedarme en mi casa?”, contesta, dando alguna pista sobre lo que gana. “O si no qué, ¿me pongo a pedir limosna por la calle? Yo ya estoy bien aquí. Che, y que cada noche llego a mi casa limpito. Me ducho porque he sudado, pero no traigo las manos manchadas como un mecánico ni la ropa sucia. Mi trabajo es muy digno”, concluye.
Los abolicionistas
En la otra parte, los que han llevado la abolición de este tipo de espectáculos hasta Bruselas. El rostro más conocido es el de Felipe Orviz Orviz, un asesor jurídico gijonense de 39 años con acondroplasia que trabaja para la Fundación ALPE. Ha liderado la cruzada para la eliminación del uso de personas con enanismo en espectáculos denigrantes: “En ese local hay un cartel en la puerta que dice que se alquilan enanos. Eso es lo ofensivo. Verás como no ponen en ningún lado “Se alquilan mujeres” o “Se alquilan maricones”. Los que hacemos risa somos las personas con enanismo. Reirse del enano. Nunca vas a ver que anuncien strippers con síndrome de Down o alguna discapacidad intelectual. Directamente nadie entraría, se escandalizaría y se daría la vuelta”, sentencia. El cartel ya no está en la puerta del Chaplin, pero efectivamente existió.
Orviz recuerda que sufrió humillaciones por su enanismo incluso cuando fue a Bélgica a presentar el texto que prohibirá estos espectáculos. Estaba en un bar de Bruselas junto a otras personas con acondroplasia “y un grupo de gente se nos acercó, se agachaban a nuestra altura, nos grababan videos riéndose de nosotros. Todo eso gente de traje y corbata, no eran críos”, recuerda.
Asegura así que la situación es humillante para las personas con enanismo “en todas partes. En Bulgaria es dramático, les tiran piedras por la calle y todo. En Francia tuvieron que prohibir el ‘lanzamiento de enanos’ en 1995”, recuerda. Curiosamente, tras aquella prohibición en el país galo, uno de los hombres con enanismo que se ganaba la vida siendo disparado por el aire recurrió hasta llegar incluso a la ONU. Reclamaba su derecho a trabajar, su libertad individual. La ONU no le dio la razón y concluyó que eran espectáculos denigrantes y contrarios a los derechos humanos.
Actualmente no hay un censo de personas con enanismo en España. Tampoco de los que trabajan en espectáculos, aunque se estiman en un centenar. La mayoría se dedicaba antes a shows taurinos. Ahora han decaído los toros, pero se han incrementado las despedidas de soltero, donde trabajan la mayoría como strippers o antistrippers: “Son todos extranjeros que vienen de países muy pobres donde sólo tienen miseria. El empresario español lo sabe y los utiliza de forma humillante. Y ellos dicen que es mejor que te humillen que no poder comer. Por eso siguen trabajando ahí y siendo denigrados” asegura Felipe Orviz. Pero Toni Ivars lo desmiente, recordando que él es valenciano, español, y que en ningún momento se ha visto en la disyuntiva de comer o humillarse.
Trabajo digno
Orviz dice que él y la asociación para la que trabaja, la Fundación ALPE "que es una fundación privada y sin subvenciones", pueden ayudar a estas personas con enanismo a “encontrar trabajos dignos. Hacemos talleres para que puedan llevar a cabo un reciclaje laboral y puedan incorporarse al mercado de trabajo en unos puestos normales y donde no les denigren”.
Toni Ivars, el Little Big Man, no lo ve claro. “Cuando dicen que me busque un trabajo digno, ¿a qué se refieren? ¿A meterme ocho horas en una fábrica para cobrar menos?. Pues yo estoy mejor aquí en mi espectáculo. Me gusta mi trabajo, me gusta la noche, me gano bien la vida y me siento respetado. Aquí hay mucho compañerismo. Trabajo con otro artista rumano que se llama Dimitri, nos llevamos de lujo y me hace algunos de mis trajes a medida. Los dos nos disfrazamos y vamos juntos. Él lleva unos zancos. El alto no le ofende a nadie, ¿no? Sólo el enano”, pregunta con retranca.
Acaba la noche y Toni se ha sacado una buena pasta en propinas por posar en fotos. “Más me sacaría si hubiese aprendido a hablar inglés”, confiesa. Lleva el tío 7 años entre turistas británicos y apenas chapurrea unas palabras en english. “Me gustaría, pero mi temporada de trabajo acaba en noviembre y libro solo diciembre, enero y febrero. Para entonces ya están todas las academias llenas y el curso empezado”. Reconoce que si lo hablase también habría ligado más, aunque propuestas sexuales no le han faltado. Porque también hablamos de sexo con naturalidad.
Y parece que es una filia común. En 2014 se viralizó una noticia que explicaba que una valenciana se había quedado embarazada del ‘enanito boy’ de su despedida de soltera. Respecto a ese episodio, Felipe Orviz apunta: “Fíjate cuál es la noticia. Que el ‘enanito boy’ la ha dejado embarazada. El embarazo no es la noticia. Cuántas mujeres se quedarán embarazadas por cuernos y no son noticia. La noticia es que lo haga una persona con enanismo. Es lo raro, lo chistoso. Ahí tienes la prueba de cuál es el tratamiento de estas cosas y de todo el trabajo que queda por hacer”. No conciben en el Chaplin que una persona que llega a proponerle sexo a otra pueda tener como objetivo burlarse de ella, por mucho enanismo que tenga. Respecto a esto, Orviz zanja: “No voy a entrar en eso. Para mí todo esto está bastante claro y te aseguro que si vas a uno de esos striptease vas a salir tocado al ver el espectáculo tan denigrante”.
En el Chaplin nadie sale tocado. De hecho, todos salen de forma ordenada tras el show de Toni. Cosa rara, dado que son turistas británicos de vacaciones. Pero agosto es temporada baja british. Volverán en septiembre y octubre, cuando los precios bajen otra vez. Tal vez en noviembre, para las multitudinarias fiestas de Benidorm. Después, los tres meses de descanso… y esta vez, la incertidumbre de Toni. No sabe si volverá a trabajar en el Chaplin tras 7 años de espectáculos. El gobierno lo va a prohibir y dicen que lo hacen por su bien y por su dignidad. Pero él sigue sin verlo claro.