A Gastón no le dio tiempo a ver el choque de los aparatos contra la parte de atrás de su finca. Solo advirtió un haz de luz incandescente descendiendo a toda velocidad. Todo sucedió muy rápido, en apenas cinco minutos. En torno a las 13.37 estaba en su casa situada en la carretera de Sencelles a Sineu, al norte de la isla de Mallorca, y faltaba poco para la hora de comer. Entonces escuchó el impacto. "Vi cómo caía, pero no cómo chocó. Cayó una bola de fuego. Luego se escuchó el golpe enorme, y muchos gritos. Fue una sensación horrible, horrible".
Nunca, dice, había visto cosa igual. Los cuerpos deshechos, sin vida, de los tripulantes. Los restos de una de las aeronaves. Todo ardiendo bajo un amasijo de hierros.
No era la primera vez advertía el zumbido de las hélices de un helicóptero sobrevolando su casa. La zona en la que se encuentra su vivienda, a pocos minutos del aeródromo de Binissalem, es un lugar en el que resulta habitual escuchar esta clase de sonidos. Decenas de aficionados acuden aquí cada semana para alquilar los servicios de las empresas de este recinto y así disfrutar de un paseo en el aire. Pero esta vez el paseo acabó de la forma más trágica posible. Lo que este hombre relata a EL ESPAÑOL es el momento posterior al que quizás sea el mayor accidente aéreo de la historia de Mallorca.
Siete personas han muerto y no ha quedado un solo superviviente. Todos fallecieron en el acto: un matrimonio alemán y sus dos hijos menores, de siete y nueve años, el piloto del helicóptero que les transportaba, el piloto valenciano de la avioneta ultraligera y también su acompañante, de origen mallorquín. Ambos artefactos cayeron al sur de la localidad de Inca, 15 kilómetros al sur.
Iba a ser un domingo apacible. A las 10 y cuarto de la mañana, dos helicópteros Partieron del aeródromo de San Bonet, a las afueras de Palma. Transportaban a dos familias alemanas que habían contratado sus servicios para un agradable paseo aéreo hasta la hora de comer. Uno de ellos, modelo Bell 206 Long Ranger, fue uno de los protagonistas de la tragedia. Escogieron la empresa Rotorflug Helicopters, una compañía alemana fundada en el año 1972 y que lleva décadas organizando este tipo de trayectos tanto en las Islas Baleares como en otras ciudades europeas.
En Mallorca, la base de esta firma se encuentra exactamente en ese emplazamiento, que era el aeropuerto de la isla antes de la construcción del de Palma. Desde allí, explican fuentes conocedoras de la zona y de este tipo de actividades aeronáuticas a EL ESPAÑOL, se organizan con frecuencia travesías de estas características.
Mientras tanto, esa misma mañana, una avioneta ultraligera de la empresa Aeroprakt despegó 20 kilómetros al este de San Bonet. En ella viajaban el piloto, Juanjo Vidal, de origen valenciano, y un amigo suyo, mallorquín. Para Juan José era su segundo vuelo del día. Su mujer se encontraba en la base, y le vio despegar. Después presenció el choque y la caída desde el cielo del aparato en llamas en el que iba su marido. No tenían hijos.
Un experimentado piloto italiano
Cedric Leoni era italiano, natural de Roma, y llevaba años siendo la cara visible de la empresa de helicópteros Rotorflug en la isla. Un piloto enormemente experimentado al que muchos acudían para conocer los vuelos en las alturas. Si un reducido grupo de turistas quería darse un auténtico paseo en el aire para comprobar la belleza del lugar, para apreciar Mallorca en todo su esplendor, era probable que muchos terminasen recurriendo a él.
En la mañana calurosa de este domingo a Cedric le tocaba volar sin copiloto. Este había decidido no ocupar la plaza para dar cabida a uno de los miembros de la familia alemana que había contratado un viaje para sobrevolar esta zona de la isla y poder disfrutar de las vistas durante unas pocas horas.
La familia tenía la intención de comer con unos amigos en la localidad de Camp de Mar, que se encuentra al oeste del archipiélago. Fuentes de la investigación explican que, antes de la hora del almuerzo, pretendían conocer la isla desde el aire. Y por eso contrataron los servicios del experimentado piloto. Y escogieron dos helicópteros para trasladarles a todos. Solo uno de ellos llegó a su destino.
Los dos aparatos se estrellaron e incendiaron cerca del Camino Viejo de Costix. Los restos de ambos cayeron en sendas fincas cercanas y los vecinos fueron los primeros en actuar. Con rapidez, al sacar las mangueras de sus casas, evitaron que se propagasen las llamas.
Desde el aeródromo de Binissalem observaba la mujer de Juanjo Vidal, el piloto del ultraligero. Le había visto despegar. Un conocido de este hombre explicó a la agencia Efe cómo la esposa de este -le define como un "chaval estupendo"- presenció también la caída de la aeronave manejada por su marido. No tenían hijos y estaban casados. "Ha visto la humareda y me ha dicho que lo ha visto caer".
La colisión entre el helicóptero y la avioneta ultraligera se produjo a una altura de entre 700 metros de altura y un kilómetro. En ese rango de espacio se produjo el choque. Tal y como explica la teniente de alcalde de Inca, Mari Carmen Oses Ramos, los dos aparatos impactaron contra el suelo a apenas 400 metros de distancia del hospital de Inca, el más cercano. Ambas naves cayeron en en un camino próximo a viviendas particulares. Por fortuna no chocaron directamente contra ninguna de ellas.
El más grave de la historia de la isla
La presidenta del Govern, Francina Armengol, ha anunciado que Baleares decretará este lunes tres días de duelo por el accidente aéreo y ha expresado su pésame a las familias y amigos de lo fallecidos en "el desgraciado accidente aéreo.
Según explica Diario de Mallorca, se trata del accidente más grave ocurrido en la historia de la isla. Es preciso remontarse hasta el año 1959 para hallar un siniestro de similares características. En ese entonces, el 3 de mayo de aquel año, cinco personas fallecieron al estrellarse un avión austríaco en el Pico de Alfàbia, en la sierra de Tramontana.
Dice también Armengol que es pronto para conocer las causas del siniestro. César es piloto, tiene licencia de piloto comercial y organiza viajes y visitas aéreas desde el aeródromo de Son Bonet desde el año 2014. Conoce bien la zona, el modo en que es preciso volar en esta parte de la isla y los entresijos y diferencias entre el vuelo en helicóptero y el vuelo en ultraligero. Este tipo de accidentes, dice, no son habituales. En Mallorca existe una gran afición por este tipo de ocio, y hay grandes expertos en actividades en el aire que ayudan a que todo siempre salga bien. "Muchos de los clientes que tenemos vienen de países del centro de Europa, como en este caso, que eran alemanes. Es una actividad muy segura".
Una de las causas hacia las que apunta, explica a EL ESPAÑOL es la de las distintas frecuencias de radio presentes en la zona. " Funciona del mismo modo en que los barcos se comunican en el mar entre sí. Aquí, si estoy encima de Inca, todos los aviones saben el lugar en el que estoy a través de la frecuencia común 123,5. Qué pasa, que ahí, muy cerquita, está el aeródromo de Binissalem, y allí tienen la frecuencia 130,15, que no abarca la de Son Bonet. Una de las razones puede haber sido esa".
Por lo pronto, la Guardia Civil y Aviación Civil han iniciado una investigación para esclarecer las circunstancias en las que se han producido el accidente.
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