Un varón de 42 años con residencia en La Línea de la Concepción (Cádiz) ha fallecido al filo de esta medianoche tras una colisión entre la embarcación en la que viajaba y una patrullera del servicio de Aduanas de Gibraltar. Fuentes oficiales del Gobierno de 'la Roca' explican que "se trataría, básicamente, de un accidente" y añaden que el choque se habría producido durante la persecución de "varios barcos de pequeño tamaño cargados de tabaco", por lo que la víctima mortal sería un contrabandista.
El fallecido se llama Alfredo Morodo Toledo. Su muerte ha provocado que alrededor de un centenar de personas hayan salido, este martes, a las calles de La Línea a protestar por lo sucedido. Los exaltados han lanzado piedras y otros objetos contundentes a los agentes de las fuerzas del orden españolas. En algún punto de la localidad gaditana también se han levantado barricadas. Los incidentes han finalizado entre las dos y las tres de esta madrugada, según fuentes de la Guardia Civil.
En uno de los vídeos sobre los incidentes que circulan por redes sociales, se escucha a un hombre decir: "Cada vez que me cruce una goma [en referencia a la patrullera de Gibraltar], si tengo que tirotear, tiroteo a los guardias. A matarlos voy".
Los hechos los investiga ahora el instructor forense de Gibraltar (HM Coroner). La autopsia del cadáver se realizará durante las próximas horas en dependencias oficiales del Peñón. La colisión se ha producido frente a las costas gibraltareñas del lado este de 'la Roca', en la playa de Levante.
El contrabando de tabaco entre Gibraltar y La Línea es un negocio ilícito con décadas de historia. Más allá del pequeño flujo diario de cartones de cigarrillos que salen de forma ilegal por la frontera con España, por las noches las mafias usan pequeñas embarcaciones a motor para trasladar desde el Peñón cajas de tabaco hasta las costas vecinas. Una vez en las playas linenses o en el paseo marítimo de la ciudad, jóvenes en motos suelen recoger la mercancía para su posterior distribución y reventa en quioscos y bares.
Este hecho provoca competencia desleal a los estancos de La Línea y de localidades cercanas como Algeciras o San Roque. El precio del paquete de tabaco de contrabando es menor al del comercializado por las vías legales. Por lo general, los contrabandistas utilizan pequeñas embarcaciones de fibra o aluminio conocidas como 'latillas', o lanchas neumáticas con motores de 25 a 60 CV y una eslora de entre 3,5 y 5 metros.