La joven de 18 años, asesinada brutalmente y descuartizada en Valdemoro, era hija de una Guardia Civil. Había ido al colegio de la Benemérita, iba a prepararse las oposiciones para entrar en el Cuerpo y tenía una relación con Leandro, que la mató para cortarla en trocitos, dejarlos dispersados por su casa e incluso guisarlos para comérselos como si fuera el propio Hannibal Lecter. Una auténtica barbaridad.
Leandro, de 26 años, mató a la joven en su chalé de la calle Francia (Valdemoro). El colombiano, que padecía esquizofrenia –aunque no se medicaba– llevaba tiempo de okupa en la vivienda. En 2014, tras el desahucio de una familia, rompió la puerta, entró y la decoró a su antojo. Y, desde entonces, había hecho su vida allí. Trapicheaba, según los vecinos, con drogas y celebraba rituales satánicos de brujería. Y, en sus ratos libres, iba al gimnasio.
Al colombiano le encantaba levantar pesas, cultivar su cuerpo y lucirlo en las fotos de su Facebook, donde se autoproclamaba ‘carnicero-tatuador’ e incluía entre sus referentes al payaso diabólico de la película de miedo It. Porque sí, en su vivienda también tatuaba a muchos jóvenes de Valdemoro, entre carteles de Hannibal Lecter, cuchillos y catanas.
Allí dentro, aunque no lo aparentaba, era un monstruo; fuera, una persona introvertida, que apenas si hablaba con los vecinos, que paseaba a su pitbull por el barrio sin mantener una sola conversación y, eso sí, conocido por ser un habitual de uno de los gimnasios de la localidad.
Su novia dio la alerta
Leandro mató a la joven hija de Guardia Civil, con la que mantenía escarceos, y la descuartizó. Y, después, le pidió ayuda a su novia, también colombiana. La llamó y le instó a que fuera a su casa para recoger y tirar los pedazos del cuerpo de la chica. Y ella dijo que sí. Tenía miedo a que ella también acabara muerta, así que se acercó a la vivienda de la calle Francia y tiró los restos de la asesinada a los cubos de basura de la zona.
Pero, después, denunció. Hizo fotos y se dirigió al cuartel de la Guardia Civil y allí lo confesó todo: que su pareja le había llamado para pedirle que le ayudara a tirar partes del cuerpo de la joven y que ella había accedido por miedo. Pensaba que, en efecto, si no le prestaba ayuda, acabaría muerta. Total, que le ayudó y después fue a avisar del macabro crimen que había cometido su novio.
La Guardia Civil se presentó en su casa y se quedó con la boca abierta: encontraron sangre por todos lados, miembros de la chica esparcidos por la casa, algunos pedazos guisados y listos para ser comidos… Una barbaridad. Y, sobre todo, su cráneo en las inmediaciones de la vivienda. Entonces, procedieron a detenerlo para tomarle declaración y ver qué había ocurrido, cómo había cometido semejante crimen, cómo un ser humano puede ser capaz de crear semejante horror a su alrededor.
Prisión provisional para el acusado
Tras las actuaciones policiales, el juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 4 de Valdemoro, en función de guardia de detenidos, ha ordenado la prisión provisional comunicada y sin fianza del presunto responsable de la muerte y descuartizamiento de una joven de 18 años en esta localidad madrileña.
El acusado se acogió a su derecho constitucional y no quiso contestar a pregunta alguna durante su declaración. Al término de la misma, fue conducido por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado a la prisión de Valdemoro. En relación al segundo detenido por los mismos hechos, la excompañera sentimental del presunto autor material, la juez decretó también la prisión provisional comunicada y sin fianza, que fue solicitada por la acusación particular.
A la mujer se la investiga por la presunta comisión de un delito de encubrimiento del artículo 451 del Código Penal. En su caso, ha sido conducida al centro penitenciario de Alcalá Meco. Durante la larga jornada de declaraciones, que se prolongó desde las diez de la mañana hasta bien pasadas las nueve de la noche, la juez encargada del caso tomó también declaración a varios testigos. Entre ellos, a los padres de la joven fallecida, a la actual pareja sentimental de la madre, al hermano del principal acusado, a otra expareja sentimental del acusado y a varios vecinos.
En el curso de estas declaraciones no ha quedado acreditado que la víctima tuviera relación sentimental alguna con el hombre que presuntamente le causó la muerte, por lo que el caso permanece bajo la jurisdicción del juzgado mixto nº 4 de Valdemoro, que ha decretado el secreto de las actuaciones.