Pasaban 40 minutos de las 12 de la noche cuando el servicio de emergencias de Alcalá de Henares (Madrid) recibía la llamada que anticipaba una tragedia. En el número 16 de la calle Manuel Laredo un taxista había sido asesinado. La víctima se llamaba José Luis Espada y tenía 60 años; llevaba solamente un año al volante y había dejado su trabajo como profesor. Había sido degollado y presentaba pequeños cortes en las manos, lo que indica que pudo haber un forcejeo. Estaba en el asiento del conductor del Toyota Prius y con el cinturón puesto. Cuando llegó el servicio de emergencias solo pudo certificar la muerte, que se había producido media hora atrás, aproximadamente. La Policía baraja la hipótesis de un robo, ya que el interior del vehículo estaba revuelto.
El municipio madrileño de Alcalá de Henares ha amanecido consternado por el suceso. Hacía no más de un año que José Luis conducía un taxi de la compañía Alcalá Radio Taxi (que cuenta con unos 70 coches asociados). Era conductor asalariado, es decir, sin licencia propia y trabajaba siempre de noche. Vivía del barrio complutense de Los Nogales, una zona compuesta por cuatro grandes bloques de viviendas y donde predominan las clases trabajadoras, en el norte del municipio. José Luis y su familia llevaban cerca de 30 años viviendo allí.
Estaba casado con Nieves, tenía dos hijos (Luis y Laura) y hacía poco que había sido abuelo por primera vez. Antes de taxista había sido profesor, igual que su mujer. "Era un auténtico cielo", afirma una vecina de su mismo bloque. Esta opinión la comparte su amigo y compañero Eloy Lozano: “Era una bellísima persona. Siempre se dice esto cuando muere alguien, pero en este caso es cierto“, ha declarado, visiblemente afectado por los hechos. "Era encantador y muy educado. Siempre te saludaba con una sonrisa", afirma su vecina de la puerta contigua, aún perpleja con la noticia. "Y los hijos igual, super educados... ¡Qué horror!". José Luis apenas frecuentaba los bares de su barrio y era una persona muy casera, según afirman sus conocidos.
Un gremio conmocionado
Los taxistas complutenses —y algunos madrileños— se han reunido la mañana de este martes en la Plaza de Cervantes para guardar un minuto de silencio por la muerte de José Luis y para reclamar más medidas de seguridad. Todos los taxis, cerca de 400, portaban un lazo negro en el salpicadero como muestra de su luto. También se han desplazado hasta aquí numerosos medios de comunicación.
De igual manera, la asociación Fedetaxi ha llamado a los taxistas a concentrarse en la calle Ponzano de Madrid. La asociación también ha denunciado la situación de desamparo que sufren los conductores, especialmente los que hacen turnos de noche en zonas poco transitadas, como en la que murió José Luis. La junta directiva de la Federación Profesional del Taxi de Madrid ha guardado cinco minutos de silencio en recuerdo de su compañero asesinado.
La asociación Élite Taxi Madrid ha mostrado su consternación por los sucedido y también ha asegurado que seguirá exigiendo más seguridad para los taxistas. Igualmente, el alcalde de Alcalá de Henares, Javier Rodríguez Palacios, ha manifestado su tristeza por la muerte de Jose Luis. "Lamento profundamente la muerte por arma blanca de un taxista esta noche en nuestra ciudad. La Policía mediante la Brigada de Homicidios de Madrid está investigando el caso y hay que respetar su trabajo y profesionalidad deseando que el caso se esclarezca lo antes posible", ha escrito en Twitter. Precisamente, la Policía ha encontrado este mediodía el arma homicida, un cuchillo, cerca del lugar de los hechos, según informa el diario El Mundo.
El último caso similar ocurrido en la Comunidad de Madrid fue el 28 de enero de 2018 en Móstoles. Dos hombres entraron como pasajeros y apuñalaron al taxista en el cuello, a apenas unos milímetros de la yugular. Los atracadores se llevaron la recaudación, el GPS y el móvil. La víctima afortunadamente sobrevivió al ataque, aunque quedó gravemente herida. Uno de los ladrones se entregó a la Policía y el otro fue detenido poco tiempo después.
Sin embargo, en Alcalá de Henares esto nunca había sucedido, según han recalcado los taxistas concentrados este martes. El municipio madrileño, de algo menos de 200.000 habitantes y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, no destaca por su tasa de criminalidad. Por el contrario, estos hechos son poco frecuentes. Entre enero y marzo de este año solo se registró un asesinato, según datos del Ministerio del Interior. En el mismo periodo del año pasado, hubo tres.