"Aquí ya me dijo la abogada que me iban a pedir homicidio (son de 10 a 15 años) pero a los siete ya estaría fuera y con tres o cuatro de permiso. Tranquilos, vale. Sed fuertes y gracias por el apoyo”. Era la primera vez que reconocía el crimen desde su detención. Ahora más que nunca resuenan las palabras que José Enrique Abuín Gey, alias 'El Chicle', escribió en aquella carta que envió a sus padres desde la cárcel. Esa posibilidad, tal y como predijo, podría hacerse realidad si el jurado popular acepta en su deliberación las tesis de la abogada del asesino confeso de Diana Quer.
Ese sería, quizás, el mejor escenario para Abuín. Que los miembros del tribunal argumentasen en su veredicto que solo es culpable de un delito de homicidio doloso. María Fernanda Álvarez, que ha peleado con uñas y dientes en las últimas semanas por la defensa de 'El Chicle', había planteado en sus conclusiones iniciales un delito de homicidio por imprudencia y una pena de dos años y medio de prisión. Sin embargo, en sus conclusiones finales, ha introducido una calificación alternativa, "homicidio con dolo eventual".
Esa modificación fue acompañada de un aumento en su petición de años para su defendido, una postura que ha introducido a tenor de las pruebas que han sido exhibidas en la sala a lo largo de estas casi tres semanas.
Álvarez especificó que esa calificación alternativa se le podría adjudicar a su defendido en el caso de que el jurado considerase que Abuín era consciente de la fuerza que estaba ejerciendo cuando le echó a Diana Quer las manos al cuello. En esa situación, el escenario más favorable, los cinco años de prisión, podría repercutir en que dentro de 16 meses, cuando el culpable del crimen alcanzase los dos tercios de la pena en prisión, podría empezar a beneficiarse de los permisos penitenciarios.
La deliberación del jurado
El jurado se encuentra ya deliberando para responder a las preguntas que conforman el objeto del veredicto. La abogada de 'El Chicle' continuó insistiendo, en su alegato final, que la intención de el encausado no era la de matar a la joven, sino que ella le sorprendió robando gasoil, y que entonces él la atacó por si ella le delataba por sus andanzas.
Esa versión se ha caído por su propio peso a lo largo de las últimas semanas en el juicio, con las pruebas en la mesa del posicionamiento del teléfono de Diana, que demostraban que nunca había pasado por donde llegó a decir Abuín. Su recorrido había sido otro, por el paseo marítimo, y Abuín iba detrás.
Ahora la letrada sí que introduce una modificación en sus conclusiones. Reconoce que 'El Chicle' pudo haber sido consciente de la posibilidad de causarle la muerte.
Entretanto, fiscalía y acusación mantuvieron sus conclusiones, en las que se define que debe ser condenado por agresión sexual, detención ilegal y asesinato con alevosía, ensañamiento. Y piden, claro, prisión permanente revisable para Abuín. Una posibilidad que, según aseguran fuentes cercanas al caso, pende de un hilo desde hace ya unos días.
El juez, este pasado martes, se reunió con el jurado antes de que los nueve miembros -cinco hombres, cuatro mujeres- se sentasen a deliberar. Y les hizo hincapié en la prudencia, en la presunción de inocencia y en que argumenten bien el objeto del veredicto.
La agresión sexual
"Diana va viva a Asados, y el objetivo es forzarla". Ricardo Pérez Lama fue duro en su alegato de esta semana, pero puso las cartas sobre la mesa. Y sacó a relucir el dato de que el asesino confeso de Diana llegó a pasar, según los datos del Grupo de Apoyo Tecnológico (GATO) de la UCO de la Guardia Civil, más de una hora y veinte minutos en la nave. Por qué está allí, se preguntaba, por qué tira el bolso al pozo, por qué la desnuda. Por que la estrangula tiempo después. Quería ocultar las pruebas de un crimen horrendo y execrable.
Durante todo este juicio, Abuín se ha quedado sin coartadas, desnudadas por la tecnología de los agentes de la investigación, por la avalancha de testigos, por las contradicciones de su relato, y porque todos los que pasaron por sala echaron por tierra su versión.
Solo le queda un resquicio para librarse de la prisión permanente, y ese es que el jurado no vea demostrado, ni siquiera por la abrumadora cantidad de indicios, la posibilidad de la agresión sexual en la nave industrial de Asados, Rianxo, en aquel sótano, a 200 metros de la casa de los padres del asesino.
Si el jurado considera probado que Abuín empleó las bridas en el crimen, quedará probado que le ató las manos, y que el crimen se llevó a cabo con alevosía. El relato de las acusaciones explica que si empleó ese objeto para inmovilizarla solo pudo hacerlo en la nave industrial. Sería, entonces, un asesinato. Y si hay asesinato, hay todo lo demás. Todo depende de las dudas que su letrada, María Fernanda Álvarez, inasequible ante todos los elementos que han jugado en su contra, haya conseguido sembrar en el jurado. Quizás sean más de las que parecen. Abuín tuvo mucha suerte con su letrada de oficio.
Noticias relacionadas
- La pelea de forenses se alía con El Chicle: a un paso de que se libre de la prisión permanente
- El último perdón de 'El Chicle' ante la sentencia: denuncia que el juicio ha sido como La Inquisición
- La perversa obsesión de 'El Chicle': buscaba a niñas en colegios y pedía "delgadas y morenas" en puticlubs