Joaquim Altemir tiene 50 años. Vive en un pueblo de la periferia de Barcelona. No ve a su hijo desde el 3 de noviembre de 2017. Fue en Abiyán (Costa de Marfil). Tras divorciarse de su ex, ésta se marchó con el niño de país en país por motivos laborales: EEUU, Camerún, Costa de Marfil, Argentina... Ahora vive con el menor, de 11 años, en Buenos Aires. A Joaquim no le permite ver a su hijo. Lo tiene denunciado por violencia de género, delito que él niega haber cometido. Explica que, a su juicio, el menor sufre alienación parental. "Antes de marcharse, la relación entra ambos era normal. Ahora ya ha declarado en mi contra ante un juez". El crío tiene ya 11 años. Una jueza de España obligó a la madre a darle un teléfono de contacto al padre. "Lo llamo dos veces al día y ella nunca lo ha puesto ni ha contestado".