Casi ninguno de los miembros de su equipo amateur, el Piñera Atlético, sabían que a Jesús G. M., al que ellos llaman ‘Capa’, era también 'el señor del puerto' de Algeciras, la principal vía de entrada de cocaína en España. Cuando el 29 de octubre cayó detenido, algunos de sus compañeros de club, con los que jugaba una liga no federada, no se lo podían creer.
Pero la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, en coordinación con el Juzgado de Instrucción número 3 de Algeciras y de la Fiscalía Especial Antidrogas de la ciudad, llevaba un año y medio tras él. Ahora pasa sus días entre rejas en la prisión de Botafuegos, a un par de kilómetros de su urbe natal. Está acusado de blanqueo de capitales procedentes del tráfico de drogas.
El día de su detención, a ‘Capa’, de 54 años, le encontraron 710.000 euros. La mayoría de ese dinero estaba escondido en cajas de zapatos que guardaba en el interior de un billar en un chalet en la playa de Getares. La vivienda la había convertido en una especie de cajero automático al que sólo recurrían él o sus familiares más cercanos cuando necesitaba cash. Los investigadores creen que sólo acudía a ella cuando tenía que realizar algún pago, tal vez a bandas de narcos a los que les había sido imposible sacarles la mercancía de la instalación portuense y necesitaba calmar.
Sólo el olfato del perro de la Guardia Civil consiguió dar con el dinero oculto en el billar. Los agentes que lo detuvieron estuvieron tres horas contando los 13.000 billetes de 50 euros que guardaba junto a otros de menor valor. Era tanto dinero que la máquina que suelen usar para contar los billetes decomisados se atascaba de vez en cuando.
Hasta dar con el grueso del dinero habían encontrado 2.000 euros en un armario y otros 3.000 dentro de un casco de una moto. Cuando el perro olfateó con insistencia el billar, ‘Capa’ confesó sin atisbo de nerviosismo: “Vais a encontrar algo”. Y así fue.
“Capa era el tipo que cortaba el bacalao dentro del puerto”, explica una fuente de la investigación. “Cuando se producía un envío de coca desde Latinoamérica y los clientes europeos querían sacarlo de la instalación, casi siempre recurrían a él para organizarlo todo: controlaba a portuarios, gruistas, empleados de navieras, tenía buzos por si la carga venía adherida al casco de un buque y conseguía hasta habilitaciones para poder acceder con furgonetas con víveres para los barcos. Era el auténtico capo. Incluso pensamos que tiene soplones dentro de las fuerzas policiales porque durante los últimos tiempos sabía que andábamos tras él y se mostró aún más cauteloso”.
Su mujer y su hijo, detenidos
En la 'Operación Estratum' de la UCO de la Guardia Civil no sólo fue detenido Jesús G. M. También se arrestó a su hijo y a su exmujer, con la que tenía contacto fluido y propiedades a su nombre. La operación deriva de la que se denominó Allis Ubbo, en la que cayeron casi una veintena de portuarios. De hecho, en la investigación referida fue visto en reuniones claves con los cabecillas de la "colla" de estibadores detenidos por la extracción de 480 kilos de coca de la instalación portuaria.
Con la caída del ‘Señor del puerto’, explican las fuentes consultadas, se da por desmantelado el apoyo logístico “fundamental” para la entrada de cocaína en España a través del puerto de Algeciras, lugar “predilecto a día de hoy” para los carteles que envían ‘dama blanca’ a Europa.
En la operación que acabó con la detención de ‘Capa’ también se han intervenido 13 inmuebles en distintas zonas del Campo de Gibraltar, 14 cuentas bancarias vinculadas administrativamente con el principal detenido y su entorno familiar, una embarcación de reciente adquisición valorada en casi 100.000 euros, 11 vehículos de alta gama y una auto caravana a estrenar.
‘El Señor del Puerto’ se mostraba discreto. No frecuentaba restaurantes caros ni conducía cochazos. Eso, cuentan los investigadores, se lo dejaba a su hijo, “un niño mimado”. ‘Capa’, para pasar desapercibido, solía moverse con su furgoneta de trabajo ya que tiene varias empresas a su nombre vinculadas al mundo de la construcción, las reformas, la pintura y la instalación de placas solares.
En una de esas reuniones a las que ‘Capa’ fue seguido por los agentes de la UCO, éste se reunió con ‘el Maradona de la cocaína’, al que asesinaron a tiros en la Costa del Sol en un ajuste de cuentas a la salida de la comunión de su hijo. Como Jesús G. M. nunca tocaba la mercancía, los investigadores centraron sus pesquisas en su patrimonio. Y a finales del pasado octubre se lanzaron a por él.
Jesús G. M. llevaba vinculado al narcotráfico y el contrabando desde hace décadas. Empezó desde el escalafón más bajo, como ‘punto’, avisando a distintos grupos de contrabandistas de la presencia de patrullas policiales en las inmediaciones de zonas de descarga de hachís y tabaco.
Poco a poco fue creciendo. Hasta hacerse con el mando del puerto de Algeciras. Su precio era alto. El 20 del valor del alijo en metálico. Subía sus honorarios hasta el 30% si se trataba de pago en especie y al 50 si consideraba que la mayor vigilancia policial suponía un “aumento de la peligrosidad” para él y sus peones. Con ese dinero corrompía a estibadores, consignatarios y transportistas del puerto que necesitaba para extraer el cargamento de droga.
“Capa era una garantía para sacar la coca del puerto. A veces le llamaban las bandas porque otros no habían podido hacerlo. Recurrían a él como un valor seguro. Por eso les cobraba tanto”, explican las fuentes consultadas. Pero ‘el Señor del Puerto’ ha caído. Y en Algeciras hay muchos que lo echan de menos.