Imagine ver a Monserrat Caballé, Adolf Hitler, Albert Einstein y Frida Kahlo cagando en un mismo lugar, codo con codo, acompañándose. Esta curiosa escena escatológica la contempla cada mañana uno de los fundadores de Unión del Pueblo Navarro (UPN), Xabier Añoveros (Pamplona, 1944), quien con mucho orgullo exhibe en el pasillo de su casa la colección más prolífica del mundo de caganers. El también catedrático jubilado de Derecho Mercantil de la Universidad de Barcelona tiene 1.800 figuras: de infinidad de personalidades. De todos los tamaños, formas y colores. Pero, por suerte, no sufre todos los olores.
Estas figuras tan tradicionales en la festividad de Navidad, sin embargo, tienen un origen desconocido. Para este acérrimo coleccionista, el caganer “nace en las zonas rurales de Cataluña. La gente religiosa de las masías catalanas de finales del siglo XVIII construía las figuras para sus belenes. Luego las familias se llamaban entre sí para ver los de los demás. Hasta que alguna persona puso una vez una persona cagando en un esquina haciendo que el párroco pusiese el grito en el cielo”, se ríe el coleccionista. “Pero a los vecinos les hizo gracia y al siguiente año, varias personas tenían un caganer en su belén y comenzó a propagarse este fenómeno hasta llegar a la ciudad, a Barcelona”, lugar donde reside el ex profesor desde su más tierna infancia.
Pero, ¿de dónde le viene la afición por coleccionar caganers? “Yo siempre he sido una persona muy aficionada al pesebrismo. Desde muy crío, yo hacía el belén en casa de mis padres. Y dentro del pesebrismo siempre he sido muy aficionado de la figura del caganer porque me parece una figura muy contestataria. Tras dos o tres años meditando si empezaba la colección, un buen día hace 46 años me decidí a hacerlo. Fui a la feria de Santa Llúcia [En Barcelona] y compré todos los caganers distintos que había en el lugar. Sólo eran 18”, cuenta Xabier amablemente a EL ESPAÑOL con su voz ronca, de esas que tienen las personas llenas de anécdotas acumuladas por los años.
Parece, aún así, que todo lo que ha hecho Añoveros en la vida ha sido a lo grande. No se considera un hombre de medias tintas. O todo o nada. De ahí que a parte de coleccionar caganers, el ex profesor universitario esté sacando su quinta tesis doctoral en literatura, tras las otras en derecho, ciencias económicas, humanidades e historia. Cuando este coleccionista compró sus primeros 18 caganers en 1973 nunca imaginaría que hoy, casi medio siglo después, tendría 100 veces más. Ni él, ni su mujer.
- ¿Eso qué es?- le dijo a Xabier su esposa al ver las primeras figuras escatológicas expuestas sobre la chimenea.
-Una colección de caganers que he empezado hoy- responde dubitativo el incipiente coleccionista.
-Que empiezas y acabas hoy- sentencia su mujer.
La esposa de Xabier no sabía lo que venía. No esperaba acabar con miles de caganers como compañeros de hogar. Todos cagando, desde Fidel Castro hasta José María Aznar. Desde el futbolista Kubala al cantante Freddie Mercury. Pero como dice una de las míticas canciones de este artista show must go on -El espectáculo debe continuar-. Y continuó, año a año y figura a figura, hasta llegar a ser la colección de caganers más importante del mundo.
Y claro, albergar tantas figuras en casa supone un claro problema de espacio. Por ello, Xabier adaptó con estanterías un amplio pasillo para poder exponer sus caganers. Estos están ordenados por temáticas, como personajes ilustres muertos o simplemente, por oficios: monjas, curas, guardias civiles, deportistas o médicos…
Si uno se fija, de hecho, en el escrupuloso orden que Añoveros sigue para sub clasificar sus figuras observa que hasta los famosos están agrupado con un hilo conductor. Por ejemplo, son compañeros de estante los líderes comunistas y socialistas muertos como Fidel Casto, el Che Guevera, Hugo Chávez y ex líder libio Muamar el Gadafi.
Pero de la exuberante colección, Xabier tiene un caganer favorito: “Al que más cariño le tengo es al primero que compré. En la primera Navidad, tras casarme y formar mi propio hogar, mi mujer y yo fuimos a comprar un belén con la nacimiento, los reyes, los pastores... Y ahí adquirí el primer caganer. Esto fue para la fiestas navideñas de 1970. Y evidentemente ése es mi preferido”. Pese a ello, este caganer es un figura normal, que no representa a ningún personaje. Sólo caga mientras fuma su pipa.
Xabier, miembro del junta directiva de Amics del Caganer
El coleccionista lleva su afición a extremos insospechados. Tanto es así que él, junto a otros colegas amantes de compilar caganers, constituye en 1990 la asociación Amics del Caganer, de la que es miembro de la junta directiva desde su fundación. La voluntad de esta entidad es “reunir personas interesadas en la figura más emblemática del pesebre catalán, el caganer, y a la vez, potenciar actividades encaminadas a dar a conocerlo”, según explican en su página web.
"Es por las fiestas de Navidad, con todo, cuando la asociación desarrolla más actividad, entre ellas las exposiciones exclusivamente de figuras de caganers que se hacen en todo el país con gran éxito de asistencia", afirman. Por ello, Xabier no tiene actualmente todas sus figuras consigo, ya que ha cedido varias para "una exposición en Mataró".
El hobbie común que comparten los asociados les lleva a “intercambiar información” sobre dónde y cuándo comprar una nueva figura. Por ejemplo, “una persona dice a los demás que un artesano de Sabadell ha elaborado un caganer nuevo para que todos vayamos a comprarlo”, explica el ex docente. Y así funcionan. Como red social que comparte los puntos de compra-venta.
Aun así, Xabier no sólo limita a engordar su colección con caganers catalanes, sino que cada vez que viaja a cualquier parte del mundo busca una figura escatólógica. “Cagarnes, como figuras de belén, sólo se pueden adquirir en España, Portugal, Francia e Italia”, sin embargo, “si yo estoy en México o Alemania lo que compro es un personaje cagando, que realmente no son caganers del Belén como tal”.
Un belén atípico
Xabier Añoveros, también ex directivo del Real Club Deportivo Espanyol, cada Navidad monta en su casa una representación inusual del nacimiento de Jesús con 300 figuras. En él, están los personajes tradicionales que hay en un belén de cualquier casa española: José, María, Jesús o los reyes magos, pero también acompañan al elenco un total de 30 caganers, escondidos por los recovecos de los 10 metros cuadrados de la inmensa representación navideña. Estos 30 caganers ‘afortunados’ son seleccionados cada año por el coleccionista según lo que le “apetece”.
Pero el catedrático jubilado le da siempre un toque de siglo XXI al belén. Si uno midiera 10 centímetros, como las figuras de este pesebre, podría recorrer sus calles observando que puede ir al cajero de la pequeña oficina de La Caixa que en él se expone. O también acudir al cuartel de la Guardia Civil en miniatura si uno tiene problemas. Y si hay interés en la política, uno se puede afiliar a la Agrupación de Belén del Partido Popular.
Y como en la vida misma, en este belén las figuras pueden morir e ir al infierno, situado bajo el poblado. “En el infierno cada año pongo a políticos u otros personajes que se hayan portado mal”, bromea Xabier sin querer desvelar qué personajes están este 2019 en el averno.
Tanto la colección de caganers como el gran belén, han servido par que Xabier reciba multitud de visitas por su originalidad. No sólo de sus hijos y sus tres nietos, sino también otra gente cercana se acerca cada Navidad a su casa, situada en Barcelona, a admirarlos. El Vuelve a casa por Navidad para el catedrático jubilado y cofundador de UPN es un Vuelve a casa para ver el maravilloso belén de este año. “Los niños que vienen se quedan anonadados al ver el belén y juegan a buscar los caganers escondidos”, se enorgullece el anciano coleccionista.