Es cuestión de horas que los Reyes Magos entren furtivamente en casa de la mayoría de los españoles. Y muchos niños han pedido en la carta a sus majestades el juguete de moda: el Ksi-Merito. Estos muñecos son neonatos que vienen de un planeta imaginario llamado Neonatitlán, según Distroller, la empresa mexicana que los ha creado. Lucía, de 7 años, es una de las afortunadas que ha recibido a su bebé -aunque ella por Papá Noel, este 25 de diciembre-. Ahora, junto a sus padres, espera una fila de una hora en una juguetería del madrileño municipio de Pozuelo de Alarcón para que la llamada enfermera Tania le dé las vacunas necesarias para que su bebé prematuro sobreviva. Lucía, una feliz niña con trenzas y lacitos con su muñequito rosa, no lo sabe pero su diversión no está exenta de polémica: la indumentaria de la sanitaria y la manera de jugar con los Ksi-Meritos han sido tachadas de sexistas por el estereotipo que representa Tania y por dar una visión de la maternidad enfocada a las niñas.
Los recién nacidos, de 15 centímetros, grandes ojos y una cabeza del tamaño de su cuerpo, fueron creados en México y su anuncio generó controversia porque en ellos salen niñas, vestidas como los años 50 -a lo Doris Gray-, cuyo único fin es cuidar a sus bebés. Y es la enfermera Tania, el personaje sanitario creado por la franquicia, quien les explica a las menores de dónde vino el Ksi-Merito y qué hay que hacer para cuidarlo. Fuera de la pantalla, Tania está representada por mujer de carne y hueso que interpreta el papel de enfermera con esmero. La ilusión de sus pequeñas clientas está en juego. Pero no todas visten igual. EL ESPAÑOL ha sido testigo de que en algunos casos la trabajadora se disfraza como una enfermera sacada de una película de la Segunda Guerra Mundial: con su cofia y bata blanca ceñida al cuerpo. Y en otros, Tania lleva una indumentaria similar a una enfermera actual. La diferencia: en su camisa hay dibujados pequeños motivos de Ksi-Meritos.
Sin embargo, el anuncio mexicano en el que se enseña a las niñas a ser mamás, no dejó frío a nadie. “Esta campaña publicitaria no tendría cabida en España porque tenemos un concepto más crítico del feminismo”, según cuenta a este periódico Teresa Agustín, de la Fundación Mujeres. Pese a esto, la vestimenta de la enfermera Tania, responsable de vacunar a los Ksi-Meritos, presenta a la mujer como una figura “sexualizada, con un uniforme antiguo, fuera de lo que es la realidad de la profesión”, en palabras de Mar Rocha, enfermera que pertenece al Sindicato de Enfermería (SATSE).
Los Ksi-Meritos, además, vienen dotados de una tarjeta de identidad y riguroso calendario de vacunas que hay aplicarles. Y, a juicio de Juan Hortal, maestro de Educación Infantil, genera “frustración” en los menores porque supone poner a los pequeños una responsabilidad que, de no satisfacerse, les produce a los niños un fuerte “sentimiento de culpabilidad”.
Desde El Corte Inglés, la única tienda en España que cuenta con los nuevos modelos, la visión es otra: “El muñeco se basa en una experiencia: una vez adoptado, tienes que pasar las revisiones y controles con la enfermera... como un bebé de verdad”. Y lo hacen. La sección de juguetes de uno de sus centros comerciales está abarrotada de niñas que, pacientemente, esperan a que la enfermera Tania les dé a sus Ksi-meritos los medicamentos necesarios. En la fila hay 38 personas. Y 39. Y 40... La fiebre de los Ksi-Meritos no cesa y siguen llegando padres que, en compañía de sus hijas, esperan su turno. Ahora, el tiempo invertido no importa, ya que están en sus vacaciones navideñas.
Así, padres, abuelos y niños pasan una hora y media esperando para ser atendidos en la Clínica Neonatal, situada en un stan de El Corte Inglés, uno de los puntos de venta de Ksi-Meritos. Ahí, la enfermera Tania osculta y examina cada muñeco para recomendarle posteriormente al paciente qué tratamiento o vacuna necesita. Los bebés neonatos cuestan 45,95 euros y cada vacuna son 7,95 euros. Hay de varios tipos: contra la tuberculosis (la TLP), contra la tos (la Sabin Polímeros o la DSP), o contra el sarampión, entre otras.
“La verdad, no se justifica el precio ni la espera para que atiendan al muñeco de mi hija, pero lo hago por ella”, opina a este medio un padre hastiado de esperar en la fila. Su mujer, asiente. Mientras tanto, la menor juega con otras niñas con sus recién nacidos en el suelo del centro comercial. No hay niños, chicos, jugando con Ksi-Meritos, al menos en este lugar. Pese a esto, sí que hay niños -varones- por doquier. Están examinando con ahínco todos los juguetes de la planta que ha habilitado este centro comercial para la campaña. No quieren equivocarse. Tienen que calcular fríamente qué van a pedir en sus misivas a los Reyes Magos.
Un juguete poco recomendado
Los expertos educativos consultados por este diario coinciden en que los Ksi-Meritos, pensados para menores de 3 años en adelante, no son los juguetes más adecuados para regalar. El maestro en Educación Infantil Juan Hortal considera que el neonato de juguete es un juego “excesivamente” estructurado y dirigido e impide a los menores desarrollar facultades de imaginación.
-Y, Juan, ¿por qué no es recomendable un muñeco estructurado para los niños más pequeños?
-Porque los muñecos con un modo de jugar estructurado -como los Ksi-Meritos- no son como un muñeco tradicional, que deja libre a la imaginación para que el niño decida qué hace, a dónde va, por qué es así, todo. En vez de eso, este muñeco está muy condicionado a las vacunas que tengan que ponerle. Y todo juego que esté tan estructurado y dirigido pierde la gracia de lo que es el juego, de imaginar. Además, puede generar sufrimiento porque los niños se meten en su papel paternal y si no pueden llevar al muñeco ante la enfermera Tania se genera un sentimiento de culpabilidad y es algo que no les corresponde. A los niños les corresponde jugar sin tener que sentirse con responsabilidades.
Para Milagros Sáinz, investigadora del grupo de Género y TIC de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), “los niños y niñas han de estar expuestos a todo tipo de estímulos y juguetes tanto masculinos como femeninos para que aprendan diferentes competencias independientemente de su género”. En este sentido, la investigadora piensa que cuando un menor va con su muñeco Ksi-Merito para que una enfermera -siempre mujer- le atienda, produce que los niños “asuman que las tareas vinculadas con los cuidados están siempre ligadas a las mujeres”. Por ello, “no se rompe el círculo de los estereotipos de roles de género, sino que continuamente se están reforzando”. La experta se mostraba contrariada al conocer la existencia de este muñeco. Lo considera una involución en materia de juegos que rompan los estereotipos de género. Mientras tanto, las niñas seguían esperando en la fila de Clínica Neonatal.
Éxito en las ventas
Pese a todo, los Ksi-Meritos, con nombres propios como Chivatita, Isabelonga, K-Chito o Guats, son un auténtico fenómeno de ventas. Desde su aterrizaje en España, a finales de 2018, se han abierto 18 puntos de venta por todo el territorio. Están en corners de El Corte Inglés y en otras tiendas especializadas en la venta de juguetes. Son un modo de vida.
El merchandising del universo extraterrestre creado por Distroller es inagotable. Vende todo tipo de vestidos para los Ksi-Meritos (17,95 euros), papillas de bebé a 8,95 euros o hasta una nave espacial -con aspecto de platillo volante- para poder transportarlo (26,95 euros). El éxito hace que, a las 21:00 horas de un jueves, una juguetería de Pozuelo -que cierra a las 21:30- siga con una fila de 17 padres.
Las ventas, de este modo, están en crecimiento. La directora del grupo CIFE -las distribuidora de los Ksi-Meritos en España-, Vanessa Salamanca, consideró ante los medios “un acierto” unir el destino de este grupo con la empresa mexicana Distroller, ya que ha superado todas sus expectativas de ventas. En este sentido, reconoció al diario económico Marketing News que el objetivo de ventas para este 2019 es llegar a las 500.000 unidades vendidas y así, duplicar las cifras con las que cerró el año pasado. También afirmó en televisión que el producto “está al margen de ideologías políticas, religiosas y sexistas” y que lo que pretenden con la venta de los neonatos de juguete es “crear ilusiones y fantasías en los niños”.
Recomendación de compra a los padres
La Univeristat Oberta de Catalunya, en un estudio que ha promulgado en esta semana sobre la adquisición de juguetes en estas fiestas, transmite a los padres que “elegir un juego es una gran responsabilidad para un adulto, incluso si es un juego educativo, y especialmente para evitar el sesgo sexista que suele existir, más o menos evidente”.
En opinión de María Antonia Huertas, profesora de Informática de la UOC y participante en el estudio, los juguetes deben estar “libres de marcas de estereotipos de género. Por ejemplo, en la presentación tienen que aparecer niñas y niños, o incluso solo niñas, pero de ninguna manera solo niños. Igualmente, en su diseño y contenido no debería haber marcas de estereotipo de género (evitemos rosas y azules, ser muy competitivo o muy poco, entre otras cosas). A partir de ahí, tiene que ser estimulante, entretenido y actual”.
Milagros Sáinz explica a este medio que “los padres son responsables de educar y socializar en igualdad de oportunidades a su hijos. Esto implica hacer un esfuerzo para que los hijos estén expuestos a estímulos y juguetes que desarrollen habilidades que no los encasillen en un rol masculino o femenino”. De esta manera, como opciones concretas recomienda a los padres comprar juegos que animen a pintar, colorear o hacer formas con plastilina o arena artificial, los bloques de construcción, los juegos de formas y colores, las cometas, las peonzas, los instrumentos musicales, pelotas y balones, los libros y los cuentos no sexistas, entre otros. Pese a ello, una cosa sigue siendo clara: el Ksi-Merito es el juguete estrella de las Navidades.