El final a 26 años de información taurina ininterrumpida en la Cadena Ser fue abrupto. El pasado domingo, Prisa decidió cancelar Los toros, el programa de Manuel Molés, el último gran periodista taurino. "Nos sentimos acorralados", lanza Gonzalo Bienvenida, el redactor más joven de Los toros, se incorporó en junio de 2017, encargado de presentar el último programa desde Madrid. Molés estaba en Colombia, donde colabora con Radio Caracol. "Fue un poco improvisado. Fuimos conscientes de que se acababa el programa sólo unas horas antes. Muy rápido", señala Bienvenida.
Fuentes de Prisa consultadas por este diario confirman que el cierre de Los toros está provocado por el diseño de las nuevas madrugadas de la Ser. Los toros, Contigo dentro -Celia Blanco- y Los muchos libros -Macarena Berlín- ya no estarán en la parrilla. "Hay un ajuste de programación y la cadena apuesta decididamente por todos los programas de contenido de humor".
Durante los últimos meses, hubo reuniones entre "Molés, María José Ruiz [productora] y la dirección de la cadena. El objetivo era buscar patrocinadores. Los había para 2020", añade Gonzalo Bienvenida. Desde Prisa no cierran la puerta a Molés. "Está abierta la posibilidad de que colabore puntualmente en emisiones de carácter local", comentan fuentes próximas a la emisora, refiriéndose a la información que generen ferias como la de Abril o San Isidro. "Desde hacía tiempo me di cuenta que se iba a acabar el programa sin él. Pensaba que la casa iba a respetar la antigüedad. Una cosa natural, no que se cerrara el programa directamente”, piensa Bienvenida.
A pesar de los rumores y la polémica que ha provocado en el sector taurino su cancelación, "no se acaba la información taurina en Prisa", ni en la Ser, aclaran las mismas fuentes. "Cuando haya algo relevante que contar y si es de interés general, se contará. Dependerá del criterio de los directores de los distintos programas".
¿Legado? "Tiene mucha capacidad"
Manuel Molés, "Manolo", como lo conocen quienes han trabajado a su lado, ha mantenido durante casi tres décadas al mismo equipo, con algunos cambios mínimos. “El equipo queda a la espera. Si hay una feria, pues se irá, y si hay que hacer un programa con público, pues se hace. Lo que fastidia es no tener continuidad después de 26 años. El equipo queda mal, de momento, triste y a la espera”, explica María José Ruiz, que ha trabajado con Molés desde los 90. "Nos conocimos cuando dirigía la revista El Ruedo, después de haber trabajado en Fiesta Española". Vivieron juntos 14 años, se casaron en 2004 y se divorciaron en 2012. "Nunca mezclamos lo personal con lo profesional. Había gente que no sabía que estábamos juntos hasta que nos casamos. Y yo me he llevado la mayores broncas en la Ser".
María José Ruiz ha sido siempre "la mano derecha" de Molés, según Carmen Peinado, que trabajó también en producción hasta hace un mes. "Por un problema personal tuve que dejarlo". A su lado, dice, "la experiencia ha sido muy buena. Manolo lleva el trabajo grabado en la frente". Esa "capacidad" le ha permitido "dominar el lenguaje televisivo, radiofónico y escrito", dice Peinado. "Era muy exigente". Bienvenida explica que es "un tío con una actividad increíble. Tiene un espíritu joven. Llegaba a la radio el primero. No se nos podía escapar nada".
Sólo le han faltado tres meses para cumplir 80 años al frente de Los toros. Donde María José Ruiz, Carmen Peinado y Gonzalo Bienvenida ven una virtud, algunos advierten el principal problema de Molés, la razón de su decadencia: "No fue capaz de rodearse de gente talentosa y dejar un legado periodístico. El programa desde hace tiempo estaba acabado. Él tenía que abarcarlo todo", señala una fuente que conoce al comunicador y prefiere mantener el anonimato.
En 2015, la Ser decidió cambiar el horario de Los toros, aplazando su emisión a las 2.30 de la madrugada. Tras un enfado monumental de Molés, según publicó en su momento El Confidencial Digital, se optó por emitir el programa en Radiolé. Más tarde, se repetía en la Ser. Y en la Ser Más, la segunda cadena, una conexión local. "Aceptó lo de Radiolé porque el horario propuesto era muy malo", añade Gonzalo Bienvenida. "Él no se olía nada del cierre. Quiso siempre, al menos, mantener el podcast bajo la imagen de la Ser. Sabía que la audiencia la conseguía por ahí". "Nos tuvimos que adaptar a los tiempos", recuerda Ruiz. El cambio de horario provocó una bajada en el EGM de 2016 del 74,4% de la audiencia, año en el que rozó los 70.000 oyentes. Cuando se emitía tras El larguero, Molés consiguió alcanzar los 900.000.
A pesar de que, según cuenta María José Ruiz, "todos los domingos sentíamos la responsabilidad, Molés también, que se ponía muy nervioso", es cierto que tanto Bienvenida como la productora coinciden en que era complicado contactar con algunos protagonistas. "Había personajes que no entraban en el programa desde hace tiempo y era difícil", comenta el joven periodista. "Nos preguntábamos si seríamos capaces de hablar con los toreros, aunque sabíamos que algunos no querían", dice María José Ruiz, deslizando que Molés ya no tenía la influencia de otros tiempos.
"Los famosos sobres"
Durante los años dorados, "en la cadena no estaban preocupados por la publicidad. Carmen y yo preguntábamos por qué no metían publicidad y nos respondían que no hacía falta. Eso es lo que nos ha sacado de la parrilla", dice su ex mujer. "Era una época en la que iba bien todo. Los periodistas taurinos no supimos trasladar la grandeza de la fiesta. Ahora las marcas no quieren relacionarse con los toros. Cuesta mucho vincular la publicidad a contenido taurino y es fundamental para sobrevivir".
María José Ruiz aclara una de las leyendas que rodean la figura del veterano periodista: el dinero de los toreros. "Nunca he buscado publicidad. Mi trabajo era exclusivamente el de producción". Respecto a los sobres de dinero es tajante. "Me parece una profunda falta de respeto. Si quieres te lo digo en moderno: 'flipo'. No sé si alguien habrá estado más cerca de Molés en los últimos 26 años. Me quedo ojiplática. ¿He vivido en otro planeta? Manolo siempre ha tenido un escrúpulo brutal, incómodo a veces. Es una gran falta de respeto y se debe a la envidia", se emociona. "No me importa emocionarme".
“El asunto de los famosos sobres lo he oído ahora cuando ya no estaba en el programa", responde Carmen Peinado. "Estando con él no he tenido conciencia de que Manolo haya cogido ningún sobre”. En el sector es algo que, prácticamente, se ha dado por hecho, que una generación de periodistas recibió sobresueldos, una modalidad del pizzo con la que los toreros se aseguraban gustar. "Lo cuentan los profesionales. Gonzalito, el que fue mozo de espadas de Curro Romero y Víctor Méndez y El Cid, por ejemplo, siempre lo ha contado, que le pagaba sobres a Molés", dice la misma fuente anónima del sector. "Ahora no lo puede ni ver".
"¿Manolo Molés?", descuelga el teléfono Gonzalito, mozo de espadas de Huelva ya retirado, "es una prenda, se lo digo yo. No me llevo con él y ya está. No nos hablamos desde hace mucho tiempo. No puedo contar nada porque usted es un periodista. Molés es una prenda. Un regalo. Yo no lo puedo decir si me ha pedido o no me ha pedido dinero".
"Ha sido un periodista muy bien pagado", sale en su defensa María José Ruiz. "Ha cobrado lo que ha generado. Se lo merecía por lo que ha montado en la radio y televisión. Hubo un gran tándem entre Prisa y Manolo Molés, se sacó de la manga un canal de televisión y la idea de retransmitir ferias enteras junto a Polanco, que era otro genio, y José Luis Lozano".
'Pueblo', 'Toros' y Taurocast
Las retransmisiones se convirtieron en un canal temático, canal plus toros, que pasó a ser canal Toros tras la compra de Telefónica. Su sueldo al frente del canal sobrepasó con creces los 100.000 euros. Junto al maestro Chenel, retransmitió durante varias décadas las corridas, un altavoz que lo convirtió en emblema para la afición. En 2017 se acordó su salida de Movistar, momento en el que fue sustituido por el periodista Chapu Apaolaza. "Los directivos decidieron que debía salir después de tantos años retransmitiendo corridas, por darle un aire nuevo al canal. No tenía sentido que estuviera a todas horas", cuentan fuentes del canal bien informadas de ese movimiento.
Tras el cese, mantenía una colaboración que se acabó tras embarcarse en Taurocast, el streaming taurino que se quedó a medias. "Coincidí con Manolo en el proyecto de Taurocast", recuerda Gonzalo Bienvenida, uno de los periodistas que trataron de impulsar el plan de Javier Tebas Llanas, junto a Carmelo López y el propio Molés, "parte fundamental" de una plataforma en stand by. Casi tres años después de su lanzamiento ha dejado sin servicio a un buen puñado de clientes.
En la presentación, Molés dijo que "había llegado el momento de hacer aficionados de verdad en este país", echando por tierra todo su trabajo anterior. "Habrá periodismo de toda la vida", dijo, "con la mejor tecnología". Su inclusión en Taurocast fue el último intento de sobrevivirse. Molés ha tenido, hasta ahora, una capacidad infinita de adaptación, demostrada desde sus inicios en Pueblo, "donde hacía reportajes, política, de todo", recuerda María José Ruiz. "Emilio Romero, el director de Pueblo lo puso a trabajar junto a Mariví Romero en TVE. Tuvo mucho éxito aquel programa de toros. Más tarde, empezamos a abrirnos hueco en la Ser".
Ruiz cree que fueron "los espectadores" quienes obligaron a Molés a quedarse en los toros. "Es el de los toros", le decían. "Puso su periodismo al servicio de la fiesta". Posiblemente vio un nicho donde abrirse hueco: la mujer que más tiempo ha compartido con él no puede responder en qué momento se aficionó a los toros. "Esta historia la sé porque la ha contado varias veces Manolo en los corrillos. No le pudo decir que no a Emilio Romero. Nadie le podía decir que no entonces a Emilio Romero".
Molés, que nació el 2 de abril de 1940 en Alquerías del Niño Perdido, un pueblo con tradición taurina, como la mayoría del litoral mediterráneo, compartió redacción en Pueblo con Raúl del Pozo. "Es una maravillosa persona y un gran periodista. A mí no me consta que las páginas de toros estuvieran compradas. Yo seguía a los toreros y no cobré ni un duro nunca", explica el articulista. "Considero a Molés un gran periodista y un gran tipo. Conocí a su padre, que era de Castellón, y me invitó a naranjas, éramos muy amigos".
La vida en aquella redacción consistía en "pasar muchas horas juntos". "Los periódicos no eran como ahora. Jugábamos al póker en la redacción. Era otra cosa. Después nos matábamos por salir en primera página. Nos creíamos los reyes del mambo. Hasta las cinco de la madrugada jugábamos a las cartas. Luego, íbamos a la churrería de Trapote, rodeados de maderos, putas y churros. Seguíamos con emoción a los toreros. Nos hicimos periodistas en los coches de cuadrillas. Eran los últimos españoles con espada. Molés ha sido el último gran cronista taurino".
En declaraciones a El Mundo, Molés ha reconocido que tiene "nuevos proyectos", que está pensando en escribir "dos libros" y que está "agradecido" a la Ser. Desde Cali, ha emplazado a este medio a responder cuando regrese a Madrid.