José A. F. C., el profesor de Música investigado por atar y amordazar en un colegio concertado de Jerez de la Frontera (Cádiz) a un alumno con síndrome de Asperger, una discapacidad del espectro autista, declaró ante el juez instructor que fue el propio menor quien le pidió “un trozo” de “una especie de cinta aislante” con el fin de taparse la boca a sí mismo.
El profesor explicó que aquel día llegó a clase “después de haber estado decorando el salón de actos” con motivo del Día de Andalucía. “Llevaba en la mano un ovillo de cuerda de banderines y una especie de cinta aislante”, relató ante el titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Jerez, José Manuel del Brío.
“Al llegar, había jaleo. A todos les dije que se callaran, mostrándoles la cuerda y la cinta. Sólo lo mostré, no les dije nada, se pusieron a reír. Á. (la víctima) estaba tirado en el suelo dando patadas a las mesas y las sillas. Le pedí que se levantara y se sentara, pero siguió protestando (...) Entonces yo me puse un trozo de cinta aislante en la boca, para que entendiera que había que callarse”.
En su declaración, a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, el profesor no se hace responsable de las acusaciones y señala que fue el propio alumno quien le pidió “otro trozo de cinta mientras se reía”. “Se lo puso también en la boca. Ahí se quedó la cosa”, explicó a continuación.
La declaración en sede judicial de José A. F. C. se produjo el 6 de mayo del año pasado. El colegio María Auxiliadora de Jerez conoció los hechos después de que tres compañeros del niño con síndrome de Asperger enviaran una carta a la dirección del centro.
El colegio organizó una reunión con los padres de todos los alumnos de la clase de Á., aunque no les notificó el motivo de la convocatoria. Sin embargo, los progenitores de la víctima, ambos médicos de profesión, no pudieron asistir.
A la mañana siguiente, al dejar a Á. y a sus otros dos hijos en el colegio, el matrimonio conoció lo sucedido de boca de otros padres. Denunciaron ante la Policía Nacional. Los investigadores policiales imputaron al investigado la comisión de un posible delito contra la integridad moral y/o trato degradante.
El testimonio de los compañeros
“El año pasado lo ató a una silla. Él interrumpió y [el profesor] dijo que la próxima vez que lo hiciera lo ataba. Lo ató con una cuerda y cinta adhesiva en la boca. Fue en 6º de ESO”, explicó uno de los amigos de A. ante la dirección del colegio. Otro dijo: “A. se enfadó. No podía hablar”. Y un tercero añadió: “En la silla estaba llorando. Cuando se calmó, lo soltó. Estaba con un poco de miedo”.
La víctima de la presuntas vejaciones por parte del citado profesor tenía 12 años en el momento de los hechos. El menor tiene diagnosticada una discapacidad del 41%. No contó nada en su casa. Tras aquel trance en clase, ha sufrido varios episodios de intento de suicidio. Los padres del niño encontraron a su hijo con una correa en el cuello o con un cuchillo en la mano. El menor también les trasladó su voluntad de precipitarse por un balcón.
En la denuncia de los padres se explicaba que uno de estos episodios se produjo a raíz de que el citado docente le preguntase a Á. “que quién quería que se muriera, su profesor o su madre”, a lo que el alumno contestó que “el profesor”.
Por esa respuesta, y según el relato dado por la progenitora ante los policías tras escuchar a su hijo, el docente amenazó al menor con abrirle un parte disciplinario y el niño, “que no entiende ese tipo de bromas, entró en crisis”.
El centro educativo en el que trabaja el docente señalado tiene un concierto con la Junta de Andalucía. El colegio admitió los hechos tras entrevistar a más de una decena de alumnos. Aunque le abrió un expediente sancionador al profesor, sin embargo no le impuso ningún tipo de sanción porque los hechos, sucedidos el curso 2018-19, habrían prescrito.
Ante el juez, el citado profesor negó las imputaciones y aseguró que es “conocedor del problema del chico”. Dijo que “no es cierto que el año pasada sentara al niño en una silla, le pusiera esparadrapo en la boca ni le atara las piernas”.
Los compañeros de Á. que denunciaron los hechos alertaron a la dirección del colegio de otros episodios, aunque de menor gravedad. Explicaron que José A. F. C. les gastaba bromas de mal gusto a todos ellos y que se burlaba de sus apellidos.
"El que hace tonterías"
José A. F. C. lo negó. Sólo admitió que en ocasiones solía usar la expresión “tonto es el que hace tonterías” con el fin de que “valoren si lo que están haciendo es lo que se debe hacer en una clase o no”.
Tras conocer los hechos denunciados, la Fiscalía solicitó el archivo de la causa por considerar que no existe delito. Sin embargo, el juez instructor continuó con las diligencias antes de decidir si abre juicio oral contra el docente.
El 18 de febrero de 2020 está previsto que el alumno que padece síndrome de Asperger testifique ante el juez instructor, una prueba que, probablemente, le ahorraría volver a pasar por una sala de vistas en caso de que el docente llegue a sentarse en el banquillo de los acusados.