En muchas ocasiones el nuevo ministro de Consumo Alberto Garzón ha colaborado de camarero en el Rincón Cubano de la Feria de Málaga para servir una de las especialidades de esta caseta: los mojitos. El hombre que ha llevado al Partido Comunista de España (PCE) a volver a tener representación en un Gobierno -algo que no ocurría desde la II República- y que está llamado a defender los derechos de todos los consumidores españoles encuentra en Cuba un referente en la gestión: “El único país cuyo modelo de consumo es sostenible y tiene un desarrollo humano alto”. Así lo afirmó en 2012 en su cuenta de Twitter, de la que Garzón está eliminando ese tipo de comentarios como hizo en su día Pablo Echenique.
Pero estas labores de limpieza de la ‘tuiteca’ no evitan que regresen a la actualidad como un boomerang algunas declaraciones realizadas a los medios de comunicación a favor del régimen que impera en la isla desde que la revolución castrista cantó victoria el 1 de enero de 1959: “Creo que los valores y principios de Fidel Castro son unos valores y principios que tenemos que seguir defendiendo”, dijo el comunista Garzón.
Este Licenciado en Economía por la Universidad de Málaga y Máster en Economía Internacional y Desarrollo por la Universidad Complutense de Madrid también realiza guiños propios del discurso del régimen cubano en su último libro: ‘¿Quién vota a la derecha?':De qué forma el PP, Ciudadanos y Vox seducen a las clases medias’ (2019).
En esta publicación critica abiertamente al capitalismo del que alerta que “se expande como un virus por cada uno de los rincones del planeta”. Alberto Garzón se ha pronunciado en más de una ocasión contra el consumismo globalizado que impera actualmente; sin embargo, no tiene el menor problema para después recurrir al gigante Amazon para poner a la venta sus libros a un precio que oscila entre 7,59 y 17,95 euros.
En Cuba no hay un Ministerio de Consumo específico como lo habrá en España, pero sí hay políticas en la materia que se desconoce si Alberto Garzón aplicará en suelo español. Tal es el caso del programa de la canasta familiar normada, cuyo objetivo es distribuir entre la población cubana un grupo de 19 productos alimenticios de primera necesidad y 4 no alimenticios, de forma equitativa y a precios módicos subsidiados por el presupuesto del Estado. Algunos economistas ya han mostrado su temor a que se inspire en esas políticas, ante las preferencias que el coordinador de IU muestra por el modelo de un país que acabó en 2019 en el puesto número 72 del Índice de Desarrollo Humano (IDH), que publica Naciones Unidas tras analizar las variables de 189 países sobre desarrollo económico, salud y educación.
En la sinopsis del libro que publicó en 2017, ‘Por qué soy comunista: una reflexión sobre los nuevos retos de la izquierda’, Alberto Garzón deja caer su postura favorable a un profundo cambio en el modelo de consumo argumentando que la crisis ecológica actual “pone de manifiesto que nuestras formas de producir, distribuir y consumir están destruyendo el planeta”.
No parece descabellado pensar que para combatir el consumismo reinante en la sociedad española consistente en acumular bienes y servicios no esenciales, el nuevo ministro intente aplicar fórmulas cubanas, pasadas por el cedazo de la realidad de España. En el citado libro afirma que “el lugar del comunismo no es solo la Historia, sino, sobre todo, el presente y el futuro”.
Otra de las medias en las que podría inspirarse son las Listas de Precios Minoristas donde, por ejemplo, se insta a los comercios cubanos a evitar precios con fracciones. Hay que recordar que un muslo y un contramuslo de pollo cuestan dos dólares al cambio, y un obsoleto televisor de rayos catódicos, de 21 pulgadas, vale 270 dólares. Y todo ello cuando el salario medio de la población asciende a 28 dólares mensuales.
¿Partidario de salir de la UE?
Este economista que ahora tendrá que defender los intereses de los consumidores españoles en la zona euro, frente a procesos como el Brexit, en mayo de 2016 participó en el vigésimo congreso del Partido Comunista de España (PCE) donde se aprobó un documento, cuyo punto 6.3, se titulaba ejes para la construcción de la alternativa al euro. El texto arrancaba literalmente de esta manera: “El PCE apuesta por la necesidad ineludible de romper con la Unión Europea y salirnos del euro”.
Días después de aquel congreso y en plena campaña electoral, Alberto Garzón salió al paso desmintiendo que Izquierda Unida estuviera a favor de una salida de la zona euro, pero lo cierto es que pasados tres años, en su último libro, considera “espacios dudosamente legítimos” al Banco Central Europeo y a la Comisión Europea. También reflexiona en el resumen disponible sobre esta publicación en Amazon, que el hecho de que España esté bajo una moneda común es un elemento que “restringe el margen de actuación”.
Tantas idas y venidas en la postura del líder comunista español sobre el euro no son su mejor carta de presentación ante la Banca a la que se ha mostrado partidario de nacionalizar. Esto supone en la práctica otro guiño a postulados comunistas instaurados en la isla, donde el Banco Central de Cuba padece presiones gubernamentales porque sus funcionarios no gozan de estabilidad laboral.
En Cuba existe un sistema monetario dual. Lógicamente, en España sería impensable la convivencia de la peseta y el euro, por más que Alberto Garzón se empeñara a ello, la ortodoxia monetaria europea en Moncloa, la regenta la vicepresidenta Calviño. En Cuba, de un lado, los consumidores locales utilizan el peso cubano (CUP) para pagar el autobús o la la cesta de la compra, y de otro, el peso cubano convertible (CUC) lo emplean para acceder a todo tipo de artículos de importación y también es la moneda que usan los turistas.
Esta situación provoca que los consumidores forasteros sufran una estafa común, consistente en recibir el cambio en pesos cubanos (CUP) de productos que han pagado en pesos convertibles cubanos (CUC). La clave del engaño es la diferencia del valor entre ambas monedas: 1 CUC equivale a 26,5 CUP.
Este sistema monetario también provoca que los turistas sufran un recargo del 3% por sacar dinero de un cajero automático, el cambio del dólar está penalizado con un 10% de impuestos y en los comercios cubanos se encuentran con los productos con doble etiquetado: un precio se marca en CUC y otro en CUP.
Regular los alquileres
PSOE y Unidas Podemos en su programa del Gobierno de coalición han acordado una reforma del mercado eléctrico para abaratar la factura y atajar la sobrerretribución. El secretario general de IU en el programa con el que concurrió a las elecciones generales de junio de 2016 apostaba por nacionalizaciones en el sector energético, una propuesta que una vez más, y salvando las distancias, puede recordar al Sistema Eléctrico Nacional de Cuba. Aquí tampoco podrá influir el ministro Garzón en el Gobierno.
Garzón también se ha pronunciado a favor de regular los precios del alquiler de los pisos que actualmente viven una burbuja alcista y que provocan que la juventud española retrase la edad de emancipación ante la precariedad de los sueldos y de los contratos del mercado laboral. Para este fenómeno no hay recetas cubanas en las que pueda inspirarse Alberto Garzón porque en la isla directamente es una utopía para las parejas jóvenes tener una casa propia.
Simpatía por Cuba
-El ministro de Consumo alabó en un tuit el modelo consumidor de Cuba. Mildres, ¿usted qué opina?
- Eso lo dice porque no ha vivido allí. La demostración de que es un sistema insostenible es la miseria que hay en Cuba. Para llenar la despensa tenía que recurrir al mercado negro: eso sí que funciona bien allí. El precio de la carne de ternera era tan caro en las tiendas que tenía que recurrir a comprarla de estraperlo. En mi país todavía existen las cartillas de racionamiento y cada mes le dan a las familias, tengan cuatro miembros o veinte, un pollo, aceite (0,3 litros), arroz (3,2 kilos), frijoles (4,5 kilos)… Es cierto que la educación y la salud son gratuitas, pero en los hospitales no hay higiene, faltan ambulancias y se utilizan medicamentos que hace un millón de años dejaron de usarse en Europa. Este es el consumo que tenemos allí.
Esta doctora de Familia, de 49 años, lleva residiendo en la localidad murciana de la Estación de Blanca desde 2008. “Me marché de Cuba porque tenía un hijo y no quería que creciese allí: no hay futuro alguno”.
En 2003 se casó con un murciano del que se enamoró perdidamente, pero Mildres y su hijo tuvieron que esperar un lustro para poder abandonar la isla. “Para salir tenía que pagar mi servicio social por los estudios universitarios que había cursado, pero yo llevaba años ejerciendo la medicina interna y ya había cumplido con el Gobierno cubano. A pesar de ello, el Ministerio de Salud Pública tardó cinco años en firmar mi permiso de salida y durante ese tiempo estuve obligada a mantener con mi esposo una relación desde la distancia”.
En cuanto llegó a la Región de Murcia y homologó su título encontró trabajo. Con su sueldo, de 3.000 euros mensuales, lo primero que hizo fue sacar a sus padres de Cuba para traerlos a tierras murcianas. “Aquí me ocupo de que no les falte de nada porque allí vivir era muy difícil”. Algo que en la actualidad no ha cambiado porque los cubanos están sufriendo otro periodo de escasez a causa de las presiones de Estados Unidos sobre Venezuela: uno de los principales socios del primer secretario del Partido Comunista, Raúl Castro.
- Mildres, ¿qué opina de que el nuevo Gobierno de España vaya a contar con un ministro como Alberto Garzón, militante del Partido Comunista, y de que Pablo Iglesias, el líder de Unidas Podemos, vaya a ser vicepresidente de Derechos Sociales y Agenda 2030?
- Me veo preparando las maletas. A Pablo Iglesias lo veo como a Fidel Castro (risas).
La postura de esta doctora podría ser una opinión aislada, pero todo apunta a que se trata del sentir mayoritario de los cubanos residentes en suelo español porque la investigación académica ‘Una Cuba expandida: análisis de datos para un estudio de la diáspora cubana y su inclusión social en la España actual’, revela que los principales motivos que empujan a la población a abandonar la isla son económicos y de trabajo. Esto supone que no les gusta el modelo económico, laboral y de consumo inspirado en el comunismo que impulsó el difunto Comandante en Jefe, Fidel Castro.
La tuiteca del ministro del Partido Comunista de España no solo le ha deparado críticas desde los inmigrantes cubanos por su ensalzamiento del modelo de consumo de la isla, también ha recibido correctivos por parte del gremio de los economistas. Juan Ramón Rallo, socio fundador del Instituto Juan de Mariana, le ha dedicado un vídeo en su canal de Youtube titulado: ‘Alberto Garzón: un comunista defensor de Cuba al frente del Ministerio de Consumo’.
En la grabación de quince minutos, el economista no se anda por las ramas a la hora de definir el modelo de consumo cubano: “Este modelo económico basado en la miseria, en la caristia, y sobre todo en el racionamiento político, es el modelo de consumo que el comunista Alberto Garzón, próximo ministro de Consumo del Gobierno de España, alaba, aplaude y considera una referencia, una inspiración para sus políticas económicas”.
El economista Juan Ramón Rallo vaticina que el coordinador de IU y militante del PCE, dentro de la limitación competencial del nuevo Ministerio de Comercio, “desarrollará medidas inspiradas en el racionamiento político de la escasez, no fomentará medidas políticas que incrementen la producción y la prosperidad en todas las áreas del comercio, su objetivo no será alcanzar la producción en masa para permitir el consumo de las masas; al contrario, en aras de una muy mal entendida sostenibilidad en el consumo, Alberto Garzón promoverá la restricción de la producción dentro de sus áreas competenciales y el reparto por criterios políticos de la escasez resultante de esa políticamente inducida”.
Discursos de Fidel Castro
Entre el discurso del ministro de Consumo y el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana existen paralelismos por sus alusiones frecuentes a Marx y Lenin. Vaya, como ejemplo, que Alberto Garzón sostiene que “los textos de Marx sobre la especulación financiera parecen sacados de la última crisis y los de la globalización de Lenin retratan muy bien el comportamiento de Google”. Por su parte, Fidel Castro afirmó en una de sus numerosas y largas alocuciones dirigidas a su pueblo que “Marx y Lenin constituyen precisamente esas dos personalidades humanas que marcarán el paso de la prehistoria a la Historia de la humanidad”.
Es de esperar que el futuro ministro en sus comparecencias públicas module su discurso, incluida su postura con el sector privado dado que representará a consumidores de servicios públicos y privados.
Cabe recordar que en algunas de sus publicaciones Alberto Garzón no se anda con paños calientes a la hora de atacar a las multinacionales: “Una vez se ha puesto en marcha la lógica del capital, la sed de acumulación de capital privado es insaciable. Aunque esa misma lógica se percibe también cuando las grandes empresas privadas de sectores como la sanidad, la educación o la energía (por citar tan solo algunos ejemplos) maniobran para quedarse con el botín de los servicios públicos”.
‘Pijus Economicus’
También tendrá que repensar sus mensajes porque en el PSOE, el socio mayoritario del nuevo Gobierno de coalición, siempre hablan de “estado de bienestar”, pero Alberto Garzón considera que es más apropiado definirlo como “estado social”. Un pequeño matiz en la terminología en comparación con otras afirmaciones suyas en las que atacó al expresidente español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero: “El problema de Zapatero no fue que apoyó el matrimonio homosexual sino que hizo una política económica de derechas”.
Ahora tendrá que saber nadar y guardar la ropa para no confrontarse con la ortodoxia económica que promete Nadia Calviño, elegida vicepresidenta económica. La otra opción será recurrir a su blog para desahogarse escribiendo bajo su alias de ‘Pijus Economicus’, un guiño a la desternillante película ‘La vida de Brian’.
Más allá de las elucubraciones sobre las ‘recetas cubanas’ que pueda importar Alberto Garzón como Ministro de Consumo, lo cierto es que lo que todo el mundo tiene claro es que adoptará medidas de choque con los salones de juego.
No hay que olvidar que las Juventudes Comunistas fueron de las primeras organizaciones del país en organizar acciones contra la proliferación de locales de apuestas a lo largo de todo el territorio nacional. Una de sus acciones consistió en colocar pegatinas en las fachadas de estos establecimientos que superan los 3.500 en toda España.