No todas las copas que se toman durante una noche de fiesta son líquidas, ahora también el alcohol se puede comer. Al tradicional cubata o a los exclusivos gin tonics les ha salido un fuerte competidor que triunfa entre los más jóvenes: los ositos con alcohol de la marca Osito & Co. 17 de estas gominolas equivalen a una copa. Y han sido creadas por Ander Méndez (24), Tamar Gigolashvili (24) y Julen Justa (25), tres jóvenes vascos que acaban de terminar sus carreras. El éxito de los ositos ha crecido como la espuma. Un año después de que los emprendedores lanzaran su producto al mercado EL ESPAÑOL ha hablado con ellos.
La idea de los tres emprendedores, amigos de toda la vida, surgió tras “un largo día de estudio” en el que se les ocurrió mezclar unas gominolas -con las que tanto disfrutaban de pequeños- con alcohol -con el que se lo pasan bien en la actualidad-. Dejaron las chuches etílicas durante dos días en la nevera a ver qué pasaba. Sin embargo, Ander asegura a este periódico que, para su sorpresa, cuando las probaron no les gustaron nada porque estaban muy “pringosas”.
Pero la idea seguía en sus cabezas. Así que Ander, ingeniero de electrónica industrial; Tamar, jurista y administradora de empresas y Julen, ingeniero industrial, decidieron contactar con “cientos” de fábricas de chuches por toda Europa hasta que una de ellas confió en su idea. Fue la fábrica de chuches avulense Golydul, con 60 años de experiencia en el sector, quien les compró el original proyecto. “Así fue como por primera vez en la historia, un grupo de jóvenes consigue la licencia de manipulación de alcohol para una fábrica de golosinas”, se enorgullecen ellos mismos en su web.
Así nació la startup vasca Osito & Co., que fabrica ositos con un contenido de alcohol del 15%. Tienen cinco sabores, que son: ginebra y fresa, whisky y cola, ron y piña, vodka y naranja y tequila y limón. Los ositos con alcohol vienen en latas -que cuestan 9 euros- y que contienen entre 25 y 30 gominolas. De hecho, Tamar, ex alumna de la Universidad del País Vasco, asegura que ha sustituido las copas tradicionales de las discotecas por sus ositos ya que “tienen menos calorías”.
Los jóvenes emprendedores, además, consideran que ingerir alcohol comiendo chuches tiene una ventaja ecológica: se reduce el uso del vidrio de las botellas de licor y de los vasos, ya que el uso de cristal “se vuelve innecesario con estos ositos”.
20.000 euros facturados
Después de un año de ventas de ositos, en los que han comercializado entre 6.000 y 8.000 envases -facturando 20.000 euros aproximadamente-, Ander, Tamar y Julen quieren más. Además de la venta online y de la distribución de su producto en los bares y coctelerías de su Vizcaya natal, el grupo de amigos empezar a vender las gominolas en las grandes superficies.
“De momento, fuera del País Vasco, sólo en Valencia ha habido algunas tiendas que se han interesado por el producto”, se sincera Ander en conversación con este diario, con la ambición del pequeño empresario que aspira a más. Pese a ello, ha reconocido a este medio que de momento no van a experimentar con nuevos sabores por la inversión que supone.
No apto para menores
A pesar del éxito de ventas, los tres jóvenes emprendedores sólo comercializan sus ositos con alcohol a personas mayores de 18 años, pues, en realidad, están regidos por las mismas leyes que impiden la venta de alcohol a menores de edad en España. Además, lamentan que el consumo en España se inicie, de media, a los 13,7 años. Por ello, insisten en que el consumo de estos ositos en menores “no sólo es ilegal, sino perjudicial para la jóvenes”.
Aun así, los empresarios se muestran muy satisfechos con su creación. Pero no han estado solos en este camino. La Universidad del País Vasco les ha ayudado mediante un subvención y la ayuda de sus expertos. “La uni nos dio el premio de empresa innovadora en 2018 y nos asesoró en todos las trámites para constituir una nueva empresa legalmente”, recuerda Ander , agradecido su alma máter.
Después, el Ayuntamiento de Getxo, también les dio un premio a la innovación empresarial, que se traduce en 10.500 euros. Esta decisión ha sufrido muchas críticas por partes varios partidos políticos como el Partido Popular, Ciudadanos y EH Bildu por financiar premiar a una startup que comercializa un producto alcohólico. "Sólo el PNV nos defendió", se sincera Ander.
Ardor en la garganta
Los ositos alcohólicos los fabrica Golydul, una empresa de Ávila dedicada a la confitería. “Son ellos quienes fabrican nuestro producto respetando siempre nuestra propiedad industrial”, explica Ander. En todo caso, los jóvenes emprendedores se sienten respaldados por los 60 años de experiencia que tiene la fábrica en el sector.
Estas chuches alcohólicas son “producidos por maestros confiteros con generaciones de tradición artesanal”, apuntalan en la web de Osito & Co. Así, indican que Golydul emplea “los últimos sistemas de control de calidad” y que las gominolas con alcohol “se producen siempre bajo la certificación International Featured Standards (IFS)”, entidad dedicada al control de productos alimentarios.
-Y, Ander, ¿a qué saben los ositos con alcohol para los que no los hemos probado?
-Lo curioso es que no saben a alcohol al principio pero, poco a poco, empiezas a notar un ardor agradable en la garganta y notas el sabor del licor. Aún así, no es como otras chuches rellenas de líquido, sino que es una gominola homogénea.