La presencia de carteristas en el metro de Barcelona es una constante. En los últimos años, los vecinos se han organizado en grupos para identificar a estos ladrones. Ellos son los encargados de perseguirlos, señalarlos y disuadirles en su propósito. Esta vez, le ha tocado la mala fortuna a un grupo de personas con síndrome de Down.
Los jóvenes viajaban afinados en un vagón, debido a la gran afluencia de pasajeros. Varios observaron las intenciones de los delincuentes y consiguieron echarles del metro entre abucheos. En el suburbano se registran, cada semana, más de mil denuncias.
A finales de junio del año pasado, se incorporaron al área responsable de la seguridad del transporte público de Barcelona, 31 nuevos mossos d'esquadra. El refuerzo permitió a la policía catalana incrementar las patrullas de paisano que a diario patean el suburbano para tratar de ahuyentar o detener in fagranti en el metro, trenes y autobuses como sus principales escenarios de trabajo.
El número de denuncias varía semanalmente, pero la media es de aproximadamente un millar de hechos delictivos cada siete días.
El año pasado, la estación más conflictiva fue la de Plaza de España, en la que confluyen las líneas uno y tres del metro, así como la conexión con los Ferrocarriles de la Generalitat. Allí, se produjeron 53 robos. Luego le siguió la estación de la Barceloneta con 47 denuncias y la de Sants, donde se presentaron 44.
Al igual que en el metro, en la superficie, Barcelona está sufriendo una oleada de robos con violencia. La ciudad condal ha experimentado un despunte de casi un 30%. El año pasado, cada día, se cometieron 42 robos con violencia. Durante el primer trimestre del 2019, los delitos totales en Barcelona incrementaron un 20,3% respecto al año anterior, con una subida de más del 24% de los robos con fuerza respecto 2017.