La familia de Adriana y Olga no entienden nada. No llegan a comprender qué se les pasó por la cabeza a estas dos mujeres de Haro (Logroño) durante la noche del pasado domingo. En la habitación 404 del Hotel Los Bracos se produjo el terrible suceso. Fue un vecino quien alertó a la Policía. Una mujer se encontraba en el alféizar de la ventana y todo apuntaba a que se quería tirar al vacío. Cuando la Policía entró en la habitación, se encontró el cuerpo de una niña sin vida sobre la cama. Era Carolina, su hija, de cinco años. Adriana también se había registrado con su madre, Olga, de la que no había ni rastro.
La mujer fue encontraba dos días después en el río Ebro. Su cuerpo estaba en la orilla, entre los matojos. Adriana fue trasladada al hospital porque presentaba varios cortes. Allí negó haber acabado con la vida de su hija y afirmó que se "había muerto". Ahora, los agentes tendrán que dilucidar cómo ocurrió todo. Las autopsias de Olga y Carolina serán claves para arrojar un poco más de luz. Por ahora, la de la pequeña no ha sido concluyente.
Denuncias cruzadas
Adriana se había separado de Daniel, el padre de su única hija, hacía un par de años. Ambos vivían en la localidad de Haro, a pocos kilómetros de Logroño. Ella se había mudado allí desde Canarias junto a sus dos hermanos y su madre. Junto a esta última regentó una tienda de ropa en Miranda de Ebro durante cuatro años. Ya había cerrado. La relación con Daniel llevaba siendo tensa un tiempo; ambos se habían cruzado denuncias. Él porque ella no cumplía con el régimen de visitas y ella por maltrato. Al final ninguna llegó a buen puerto.
Daniel trabajaba como profesor de Educación Física en un colegio de la localidad y había rehecho su vida junto a otra mujer. Hace dos años obtuvo la custodia de Carolina, algo que hizo que la relación empeorara.
La mala relación era tal que "solo hablaban a través de sus abogados", explica Daniela, la hermana de Adriana, a Espejo Público. La última denuncia que interpuso Daniel fue el domingo por la tarde, en la Guardia Civil de Haro. Pensaba que se trataba de otro retraso más; era habitual que Adriana se retrasara en la entrega de la niña. Pero el lunes por la mañana, todos los peores presagios se confirmaron. Carolina había fallecido, Adriana se había intentado quitar la vida y Olga se encontraba en paradero desconocido.
Los hermanos de ella ya habían alertado a la Guardia Civil después de encontrar varias cartas de despedida en su casa. En las mismas, ambas explicaban los problemas económicos que tenían. También, le lanzaban varios mensajes a Daniel. Entre ellos, Adriana afirmaba que nunca le había sido infiel y que la niña no quería pasar más tiempo con él. Por ello, tras la aparición de las misivas de despedida, los agentes intentan entender qué conexión tiene la muerte de la niña con el de la abuela.
"No entendemos qué ha pasado; ha sido todo de la noche a la mañana", aclara Daniela al programa de Antena 3. Al ser preguntada, la mujer ha explicado que su hermana no estaba tomando ningún medicamento. Esto contradice la información publicada sobre la supuesta depresión que sufría Adriana. "No sabemos cómo montar el puzzle; estoy tan en shock que me parece una película de terror", apostilla.
Ahora, la Policía espera que la declaración de Adriana pueda aclarar qué ocurrió esa noche de domingo. El delegado del Gobierno en La Rioja, José Ignacio Pérez Sáenz, ha explicado que la madre se encuentra "como ausente" y que niega que haya cometido cualquier acto delictivo. "Dice que ha fallecido; tiene una actitud evasiva y poco colaborativa", apostilla.
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