La tarde del pasado 27 de enero empezó como una más para Juan (53 años). Una mujer, en la Málaga capital donde Juan había nacido y donde ahora trabajaba, había requerido sus servicios de albañilería para una pequeña reforma del baño. Un trabajo fácil, rápido, y ya habían cuadrado el presupuesto. Pero cuando llegó a la vivienda, en la zona oeste de la capital malagueña, y se puso manos a la obra, la mujer agarró un palo de silla y empezó a golpearle con él. Casi lo mata. Le provocó varias heridas en la cabeza y quedó muy ensangrentado. Cuando Juan entró en la casa no sabía que entraba en una trampa.
Unos días antes, una vecina de Málaga (de 52 años) se había enterado de que un hombre había estado, el pasado mes de mayo, presuntamente abusando sexualmente de su sobrina de 13 años. Ese hombre era el padre de la mejor amiga de su sobrina y la había estado tocando en alguna ocasión e intercambiando mensajes por el móvil en el que le pedía fotografías eróticas a la niña. La mujer investigó un poco, vio que el hombre era albañil y decidió montar la pantomima de una supuesta reforma para meterlo en su casa y, ahí, atacarlo. Según ha podido confirmar EL ESPAÑOL, ese hombre era Juan.
Este suceso ha sacudido la capital malagueña en los últimos días. Por un lado, ha llamado la atención el hecho de los abusos sexuales pero, por otro, el hecho de que en vez de acudir a las autoridades, la tía de la víctima haya decidido tomarse la justicia por su cuenta. Ahora, él está siendo investigado por abusos sexuales y ella por tentativa de homicidio. Ambos han sido puestos en libertad a la espera de juicio.
A lo rocambolesco del caso, que ha sido adelantado por Diario Sur, hay que añadirle que Juan tiene antecedentes por delitos sexuales. Además, su hijastra, Micaela Carrasco, ha decidido levantar la voz tras conocer la noticia y hacer público que ella también sufrió abusos sexuales por parte de Juan. Los abusos, según la denuncia que Carrasco ha puesto ante las autoridades, duraron los siete años de matrimonio que la madre de Micaela compartió con Juan.
Los antecedentes de Juan
“Es una persona que de primeras es el típico padre ejemplar. Una persona correcta y educada. Cualquier persona que le viera diría que no se esperaba esto de él”, explica Micaela Carrasco en conversación telefónica con EL ESPAÑOL. “Es sociable, dicharachero, buena persona… cuando ha saltado esta noticia, los que le conocían han quedado impactados”, añade.
Nacido en Málaga, Juan ha ejercido de albañil toda su vida. No estudió y siempre se ha dedicado a esa profesión. Tiene nueve hermanos, aunque guarda una mala relación con la mayoría y actualmente sólo habla con una de sus hermanas. Se casó en 2002 pero se divorció en el año 2008 y volvió a casa de su madre en el barrio de Nueva Málaga.
De aquel matrimonio nació su única hija, aquella que se hizo la mejor amiga de la que después se convirtió en presunta víctima de Juan. En su tiempo libre, este albañil ahora ajusticiado por la tía de la niña disfrutaba yendo al rocódromo de Málaga que se ubica frente al Peñón del Cuervo.
“Ante los demás va de persona buena que es como un corderito pero luego es un depredador”, denuncia, dolida, Carrasco. “Yo estuve siete años, desde los 7 hasta los 14 siendo abusada por él, con penetración incluída”, cuenta. “Era muy violento. Si no obedecía lo que hacía reaccionaba pegándome. Pero yo no abría la boca porque me amenazaba con hacer más daño”, añade.
Lo cierto es que, a pesar de que la denuncia de Carrasco está puesta y el juicio se va a celebrar, previsiblemente, el próximo mes de septiembre, la Fiscalía ha pedido la absolución de Juan por no tener los elementos de la denuncia demasiado claros. De todas formas, cuando la Policía Nacional detuvo esta última vez a Juan y comprobó sus antecedentes, se llevó una sorpresa.
Al ingresar su nombre e identificación en la base de datos los agentes se dieron cuenta de que constaban hasta seis antecedentes y detenciones en su ficha policial. Varios de estos delitos están relacionados con la libertad sexual, alguno de ellos incluso con la corrupción de menores, según adelantaba ‘Diario Sur’.
Ensangrentado en la calle
Pero la detención de Juan y de la mujer que le agredió para vengarse no se produjo en el mismo momento del enfrentamiento, fue unas horas después. Ese 27 de enero, la Policía Nacional de Málaga recibió la llamada de una mujer que, sollozando, sólo dijo la dirección de una vivienda. Mientras una patrulla se acercaba hasta el sitio, recibieron otra llamada de un vecino que había alertado de que había visto a un hombre ensangrentado por la calle.
Ese hombre era Juan que, tras la paliza, salió a la calle herido y se sentó en un banco. Cuando los agentes llegaron, Juan no contó nada de la venganza. Dijo que un grupo de desconocidos le habían intentado robar y, ante su resistencia a ello, optaron por la violencia y le dieron una paliza. Los agentes entonces llamaron a una ambulancia que llevó a Juan al hospital de Málaga.
Cuando los policías llegaron a la casa de la mujer ella entonces les contó todo. No se guardó ni un detalle. Dijo que su sobrina había sufrido abusos por parte de un hombre, que había decidido tenderle una trampa y que le había propinado una paliza. Entonces, la detuvieron. Los agentes relacionaron rápidamente este hecho con el tipo ensangrentado que habían mandado al hospital y encontraron la cuadratura del círculo.
De todas formas, cuando la Policía llegó al hospital Juan siguió negando la mayor. No fue hasta que entrevistaron a la presunta víctima y descubrieron que había estado mensajeándose con ella y pidiéndole fotos eróticas que le detuvieron. Cuenta un familiar de la víctima, que entró en la vivienda cuando la mujer estaba limpiando la sangre de Juan, que la tía de la víctima pasaba la fregona mientras decía: “Nadie abusa de ella”.