— ¿Qué pensaron el día que les comunicaron que su jornada laboral pasaba de cinco a cuatro días?
— Entramos todos en shock. Todo el mundo pensó que era una broma o algo así. Pero luego nos contaron cuáles eran los motivos y nos dijeron que habían hecho una prueba y el resultado era bueno. Personalmente, estoy muy contenta porque ves que tu empresa confía en ti. Sabe que dándote el viernes libre no va a cambiar nada.
Beatriz sigue sin creérselo: trabaja un día menos por semana que en 2019 y percibe el mismo salario. “Soy la envidia de mis amigos y de mis familiares”, bromea en conversación con EL ESPAÑOL. Todos le preguntan cómo entrar en su empresa, qué hacer para ‘meter’ la cabeza… Nadie se lo explica a su alrededor; pero en Grupo Deluxe, compañía de venta de Ósmosis inversa (un tratamiento para la depuración del agua) y descalcificadores, tienen claro que funciona. En noviembre, cuando hicieron la prueba piloto, vendieron más que en ningún otro mes del pasado año (un 22% con respecto a uno normal).
El experimento funcionó entonces y, en este mes de febrero, la empresa ha decidido hacer el cambio: le comunicó a sus trabajadores que no volverían a trabajar cinco días a la semana, que los 52 viernes que hay al año los tendrían libres. “Nuestra jornada, antes, era de nueve de la mañana a cuatro de la tarde y ahora nos quedamos hasta las cinco”, celebra Beatriz. A cambio, tiene un día más de fin de semana. “El primer viernes que nos dejaron libre, me fui a hacer gestiones de papeleo, fui al banco… Todo lo que normalmente no te da tiempo a hacer y tienes acumulado”, prosigue la empleada.
Ella nunca había tenido un privilegio similar. Antes de llegar a esta empresa granadina, había trabajado en tiendas de ropa, en zapaterías… Siempre, más o menos, bajo las mismas condiciones: cinco días laborables, ocho horas… Lo mismo que le ofrecieron hace cuatro años en Grupo Deluxe, cuando entró a trabajar en el departamento de atención al cliente, el que se encarga de gestionar las peticiones de los clientes que contratan sus servicios.
Por eso, cuando a principios de febrero le comunicaron que iba a cambiar su jornada laboral a cuatro horas, se sorprendió. No se lo creía. Iba a ganar lo mismo y sólo le modificaban el horario: iba a trabajar una hora más todos los días a cambio de tener el viernes libre. “Yo hago lo mismo en la oficina. Lo que sí ha cambiado es mi vida personal. Ahora tenemos un día más de descanso”, explica.
— ¿Y no han notado más presión? Tienen que hacer lo mismo en menos tiempo…
— No, la verdad es que no. Tenemos que cumplir los objetivos y lo hacemos.
Ahora, sus familiares y amigos la envidian. “Imagínate cuando se lo dije. El viernes puedes hacer exactamente lo mismo que un sábado o un domingo. Si te apetece viajar, tienes un día más. Todos me preguntan: ‘¿Cómo puedo conseguir tu puesto?’. Y curramos igual, eh. Lo que pasa es que el trabajo es de más calidad”, finiquita.
La idea
Francisco Sánchez, director general de la empresa, decidió poner a prueba a sus 42 trabajadores en noviembre. Durante ese mes, le puso objetivos a sus empleados y les instó a cumplirlos antes del viernes. “Si lo hacemos, nos vamos de puente”, les reto. Y el resultado fue más que beneficioso: sus ventas ese mes fueron un 22% superiores a las de cualquier otro. “Se superó el objetivo sobradamente y entonces le empezó a dar vueltas a la cabeza”, explica Arancha Solis, jefa del departamento de comunicación y recursos humanos. “Llegó a la conclusión de que no se trabaja más estando más horas y por eso decidió impulsar la jornada laboral de cuatro días”, prosigue.
El horario, dependiendo de la tarea del trabajador, es flexible. Grupo Deluxe está formado por las teleoperadoras, que son las que llaman a los clientes para vender los servicios; los comerciales, que se dirigen a las casas; y los montadores, encargados de hacer las instalaciones. “Puede ser que los comerciales, por ejemplo, en un buen día, vendan mucho y se puedan ir a su casa antes; otros, en cambio, se quedan para hacer alguna que otra visita porque saben que va a salir bien”, explica Arancha.
En concreto, lo que venden en Grupo Deluxe son Ósmosis, máquinas depuradoras de agua que filtra el agua del fregadero para que llegue depurada; y descalcificadores, aparatos que se ponen cerca de la entrada de la casa o del piso para eliminar la calcificación. Todos tienen asumido cuál es su rol y en cuatro días son capaces de hacer lo mismo –o incluso más– que en cinco.
— ¿Los objetivos serán asequibles, en este caso?
— Eso no se ha variado. Ni tampoco los sueldos. Además, al ser por ventas, los trabajadores tienen un fijo más comisiones en función de los objetivos.
— ¿Supongo que ahora todo el mundo quiere trabajar con vosotros?
— Ahora mismo estamos contratando gente. Vivimos en un puente permanente. Todo el mundo quiere estar aquí.
Y es normal. Son la segunda empresa que ha implantado la jornada laboral de cuatro días. La primera fue Software DelSol, una empresa jienense de informática. Ellos abrieron el camino y ahora Francisco ha hecho lo propio en Grupo Deluxe. “No es bueno trabajar 12 horas al día. Es mentira que se rinde más por echar más horas. Eso agota a las personas, no hay ilusión… La prueba la tenemos en lo que hemos hecho”, finaliza.