El rey Felipe VI se ha visto finalmente envuelto entre las irregularidades financieras de su padre, el rey emérito Juan Carlos I. El rey Felipe VI aparece vinculado como segundo beneficiario de la fundación 'offshore' que figura como titular de la cuenta bancaria donde se ingresó la supuesta donación de 100 millones de dólares -que aparecen reflejados como 65 millones de euros- de Arabia Saudí a su padre. La supuesta donación se habría depositado en una cuenta abierta en el banco privado Mirabaud a nombre de la Fundación Lucum.
Hace 15 días el periódico británico The Telegraph revelaba que el primo y testaferro del entonces rey Juan Carlos, Álvaro de Orleans, cobró 39 millones de libras –cerca de 50 millones de euros- por ejercer como mediador en la venta del Banco Zaragozano a Barclays en 2003.
Unos días después el periódico suizo Tribune de Genève informaba de la existencia de una nueva cuenta bancaria, hasta ahora desconocida, en la banca privada Mirabaud de Ginebra, por la cual el padre de Felipe VI habría recibido, el 8 de agosto de 2008, unos 100 millones de dólares del entonces rey de Arabia Saudí, Abdallah bin Abdulaziz, a través del Ministerio de Finanzas de ese país árabe.
Sin embargo, según recoge el diario este domingo, aunque en un inicio se había publicado que Juan Carlos I era el único beneficiario, en los estatutos de Lucum, el Rey Felipe, entonces Príncipe de Asturias, es nombrado como el segundo beneficiario de la fundación, y su padre le encarga el deber de cuidar al resto de la familia en caso de que herede el fondo.
"El segundo beneficiario debe [...] proporcionar mantenimiento durante la vida de todos los miembros de la familia real" y "satisfacer cualquier solicitud razonable que pueda hacerle a él" su madre, hermanas y sus hijos.
Entre los movimientos de cuenta detallados en los documentos de la Fundación Lucum se encuentran cuatro "transferencias de efectivo a España para necesidades personales" en los primeros seis meses de 2009 por un monto de poco más de 800.000 euros.
Varios millones para Corinna y otra amante
Según informaron en el periódico helvético “el velo se levanta sobre la fortuna escondida en Ginebra por el ex rey de España, Juan Carlos I. El 8 de agosto de 2008, cuando su país se hundía en la crisis financiera, el soberano español recibió una donación suntuosa y secreta: 100 millones de dólares”.
Según lo investigado, dicha cantidad habría sido depositada discretamente en una cuenta abierta en el banco privado Mirabaud a nombre de la fundación Lucum, una entidad panameña. Durante los años siguientes a este ingreso, el entonces rey de España habría ido disponiendo de cantidades de dinero desde dicha cuenta, hasta llegar al año 2012 momento en el cual retiró la cantidad mayor de todas: unos 65 millones de euros que habría entregado a su “ex amante”, la princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein.
Esta transferencia se realizó a la sucursal de otro Banco de Ginebra en las Bahamas. También se habría entregado otro millón de euros a otra antigua amante del monarca español, cuyo nombre todavía se desconoce, cuya residencia se establece en Ginebra. Fue precisamente en 2012 cuando se desencadenó el escándalo de Botsuana, donde el rey se partió la cadera tras una noche de cena y vino tinto, días después de haber estado cazando elefantes -las imágenes salieron a la luz para permanecer para la historia-.