¿Es la peluquería un bien de primera necesidad? Esa es la pregunta que muchos españoles se hicieron cuando el Gobierno decretó el estado de alarma y quiso mantener estos establecimientos abiertos. Un mes y medio después de su cierre, este lunes podrán volver a su actividad. Las raíces empiezan a aparecer en las cabezas de quienes se tiñen y por eso la venta de tintes ha crecido hasta un 89% en los supermercados frente a las mismas fechas de 2019, según un estudio de Nielsen. Muchos hombres, hartos de ver sus melenas asalvajadas, tiran de maquinilla frente al espejo. No queda otra.
La urgencia por dejarnos la cabeza en condiciones ha hecho que las listas de espera se hayan disparado en aquellas peluquerías que han seguido tomando cita pese a la cuarentena. “En condiciones normales solemos tener lista de un mes, así que supongo que ahora será mucho más. Seguro que estaremos en dos o tres meses, fácilmente”, cuenta Natalia, que trabaja en una gran cadena de peluquerías. Pero, ¿cómo será ese retorno?
“Ahora va a haber un horario más amplio y va a haber dos turnos de trabajo para que el equipo se divida a la mitad y no nos juntemos, así trabajamos menos personas a la vez”, asegura Natalia. “Vamos a llevar mascarilla y guantes; en todos los estantes va a haber geles y entre turno y turno se va a desinfectar toda la peluquería”.
500 termómetros
Hay quien pretende ir más lejos y va a medir la temperatura a peluqueros y clientes. “Estamos comprando 500 termómetros láser y estamos estudiando la posibilidad de instalar las pantallas que detectan subidas de temperatura, pero eso es complicado porque en las peluquerías se usan secadores con aire caliente”, declara Alejandro Fernández, presidente de Marco Aldany y de la Alianza de Empresarios de Peluquerías de España. “Estamos a la espera de ver qué criterios se siguen pero sí, la idea es instalar esterilizadores y control de temperatura, además de mascarillas y guantes, claro. En algunos salones también nos gustaría poner mamparas”, cuenta el empresario.
Esta medida que propone Marco Aldany, las mamparas, no es aplicable a establecimientos pequeños. Es decir, no es factible para la mayoría de negocios, ya que la peluquería es un sector con miles de pequeños empresarios. “Nuestros salones son más grandes que la media, pero en peluquerías pequeñas, que es la gran composición de sector, si por aforo le quitan la mitad de los tocadores, les sobrarán la mitad de los peluqueros. Van a tener unos costes enormes y eso les puede llevar al cierre”, lamenta Fernández.
Por ejemplo, la peluquería de Juan Carlos, ubicada en la calle Don Ramón de la Cruz de Madrid, no podría permitirse poner un mampara entre los tocadores y los asientos de espera. “Al ser un local pequeño habrá que decirle al cliente siguiente que espere fuera a que salga el anterior”, afirma el peluquero.
Juan Carlos comparte local con Marisa, que presta servicio a las señoras. El patrón se repite: “Llevaremos protección facial, mascarilla y guantes. A las clientas les haremos desinfectarse las manos cuando entren y llevar mascarillas en todo momento. Y todo el utillaje se desinfectará cada vez que se atienda a una clienta”.
“Un sector maltratado”
En abril de 2015, el Gobierno de Mariano Rajoy decretó una subida del IVA de los servicios de peluquería al 21%, como si un producto de lujo se tratara, igual que la Cultura. Sin embargo, el Ejecutivo de Sánchez consideró que estos establecimientos proveían un servicio de primera necesidad y por eso, en un primer momento, se planteó que no cerraran durante el estado de alarma.
“Me pareció una barbaridad. No teníamos ninguna información de cómo se propagaba este virus. Hay que guardar un metro de distancia, pero eso en peluquería es imposible. Era tirarnos a los pies de los caballos”, afirma Marisa. “Siempre se no ha tratado fatal. Cuando les interesa nos suben el IVA al 21% como artículo de lujo y luego somos de primera necesidad. ¡Que se aclaren un poco qué somos!”.
El Gobierno explicó entonces que esa medida se decretó por las personas dependientes que necesitaban ayuda para lavarse la cabeza, pero finalmente rectificó y las peluquerías también se cerraron. “Llevo nueve años trabajando y solo me he encontrado dos casos de primera necesidad. Normalmente esa gente tiene a alguien en su casa que le ayuda, ya sea un familiar o alguien contratado. Si no pueden lavarse la cabeza, tampoco pueden cocinar ni nada. Necesitan ayuda externa sí o sí. Yo creo que aquello fue una escapatoria que tuvieron cuando se les echó encima el gremio”, argumenta Natalia.
“La peluquería, al menos en España, es un sector que está muy mal cuidado. Parece que hasta ahora la gente no se ha dado cuenta de lo importante que es. Durante muchos parecía que el que no valía para estudiar se metía a peluquero. Es un sector maltratado”, afirma Maite, una expeluquera que hace un año abandonó el gremio por estos mismos argumentos que expone.
20.000 negocios en peligro
La Alianza de Empresarios de Peluquería de España ha hecho una encuesta durante el estado de alarma que arroja unos datos poco halagüeños para el sector. Según sus predicciones, la crisis del coronavirus puede provocar el cierre de más de 20.000 peluquerías en toda España. Esto es un 42,4% de los establecimientos, casi la mitad.
“El sector de la peluquería está muy fragmentado, son miles de pequeñas empresas. Pasada la euforia de la reapertura, que serán días de mucho trabajo, nos tememos que vaya a haber muchos cierres”, lamenta Alejandro. Su marca, Marco Aldany, la mayor firma de peluquerías de España, prevé cerrar el año “un 45% por debajo de lo previsto en el presupuesto. Esto significa que la segunda mitad del año va a ser caótica”.
Los establecimientos pequeños como el de Juan Carlos y Marisa, están en peligro de extinción. “En este mes y medio habré dejado de ingresar uno 7.000 euros. Ojo, de ingresos brutos”, cuenta Juan Carlos.
Viendo la caótica situación que depara a los peluqueros, la Junta de Andalucía ha planteado que estos trabajadores se hagan tests rápidos antes de volver a sus puestos de trabajo, según ha informado El Confidencial. Los peluqueros (y el empresario) consultados para este reportaje no tienen constancia de ello, pero ahora su prioridad es otra: la reapertura de este lunes.