En España, más de la mitad de la población usa gafas o lentillas para corregir su visión. Pero, como en muchos ámbitos, la pandemia provocada por el coronavirus Sars CoV-2 ha generado profundos cambios en el uso de correctivos visuales. Es el caso de Mayte Jiménez (Soria, 28 años) que desde la segunda semana de la crisis ha guardado las gafas que lleva usando desde hace 12 años para utilizar lentillas de uso diario. “Al principio, cada vez que tenía que usar la mascarilla para ir a un sitio me ponía las gafas. Pero duré poco porque se me empañaban. Y, también, porque al tener la nariz tapada y cubierta con la mascarilla, las gafas se mueven mucho y se quedan más inestables”, explica Mayte, en conversación telefónica con EL ESPAÑOL.
El caso de esta consultora que trabaja en Madrid no es el único. Según los datos de CooperVision Iberia, una de las empresas líderes en el sector de correctivos visuales, desde el pasado 26 de abril -fecha en la que por primera vez empezaron a salir los padres con sus hijos-, los pedidos de lentillas diarias han subido del 35% al 55%. “El peso fundamental del aumento de la demanda de lentillas diarias es la higiene y, por supuesto, que son mucho más cómodas porque no hay que pensar en limpiarlas, guardarlas en el portalentes, etc. Y, además, para los runners, ciclistas y paseantes, el uso de mascarillas supone una dificultad grande porque en el momento que se ponen gafas y mascarilla se empañan, generando la pérdida de visibilidad”, aclara a este periódico Manuel Gómez, director técnico de la citada entidad.
De hecho, la higiene ahora juega un papel fundamental en la sociedad para evitar posibles contagios de Covid-19. Y los usuarios de gafas o lentillas han tenido dudas sobre qué correctivo visual es mejor en tiempos de pandemia. Por ejemplo, la profesora de inglés de secundaria del IES Manuel Alcántara de Málaga, María Jesús Marín (52 años), asegura que ha habido mucha confusión en este sentido: “En este periodo, al principio escuché muchas noticias en contra del uso de lentillas, que no eran recomendables. Entonces hice mi propia prueba en casa: me puse la mascarilla y las gafas y al minuto uno ya tenía las gafas empañadas. Además, al tener un elemento extraño más puesto [la mascarilla], me llevaba las manos continuamente a la cara”. Es decir, el uso de gafas provoca, en algunos casos, tocarse de más el rostro, algo no recomendable según las autoridades sanitarias.
Y lo cierto es que, según la Sociedad Española de Optometría, la evidencia científica no ha demostrado que las gafas convencionales aporten más protección frente al Covid-19 que las lentes de contacto. Tan sólo existen hipótesis de que las gafas, al ser una barrera física, evitan que los ciudadanos se toquen los ojos. Pero según la doctora Mónica Lovera, oftalmóloga de la clínica Doctor Lens, se trata sólo de meras “suposiciones”. Esta oculista explica que los estudios científicos como el del Instituto Cork de la Universidad de Waterloo (Canadá) -especialistas en investigación ocular- demuestran que “los usuarios de lentes de contacto no tienen un riesgo aumentado en relación con los de gafas a la hora de poder contagiarse”.
La demanda, al alza
El aumento del uso de lentillas ha crecido “de manera tremenda” en los meses de pandemia y particularmente en este mes de mayo porque “ha sido el único producto visual que se ha podido distribuir durante todo este confinamiento y todos los usuarios de lentillas han podido seguir comprándolas a domicilio”, según Manuel, director de CooperVision. Es más, este especialista en el sector explica que, paralelamente, “el mercado de las gafas ha sufrido un descenso en ventas porque no ha sido posible asistir a una óptica para hacerse pruebas y elegir unas gafas”.
De acuerdo con los datos que aporta la entidad, además, ha habido también una caída de un 20% en los pedidos de lentillas mensuales en favor de las diarias. El motivo es que “este aumento de la demanda de lentillas diarias está relacionado con la concienciación ciudadana por una mayor higiene y poder estrenar lentillas estériles cada día minimizando el riesgo de infección y contaminación”. Algo que suscribe la profesora malagueña María Jesús porque, a su juicio, “usar las lentillas con la mascarilla minimiza el riesgo de llevarse las manos a la cara al no tener un segundo elemento extraño puesto”.
La doctora Lovera, por su parte, añade que, efectivamente, este uso de lentillas diarias ha aumentado “porque al ser desechables no tenemos que preocuparnos de la parte de conservación e higiene”. No obstante, no todo tiene que ver con cuestiones higiénicas, sino con la comodidad de los usuarios. “Si comparamos las lentes de contacto con las gafas, su uso es más cómodo en estos días, ya que las mascarillas -que han llegado para quedarse- empañan las gafas”, explica la oftalmóloga. Además, para la consultora Mayte también es fundamental que no tiene que estar moviendo constantemente las gafas para que no se le descoloquen o caigan cuando tiene puesta la mascarilla.
Y es que está tan contenta con su cambio que afirma que “en el momento en el que tenga que dejar de llevar mascarillas, seguramente combine usar gafas y lentillas” para corregir las dos dioptrías de miopía que tiene en sus ojos. “Seguiré con las lentillas por comodidad. Yo lo tengo claro”, sentencia también María Jesús, la docente malagueña, que tras 36 años usando gafas se siente “muy cómoda” con las lentillas.
La higiene ocular
Pese a este boom de las lentillas diarias, sigue siendo fundamental hacer caso de las recomendaciones de las autoridades sanitarias en la higiene para evitar contagios de Covid-19. Y la de los ojos es de vital importancia. Por ello, la Sociedad Española de Optometría ha elaborado un decálogo tanto para los usuarios de gafas como de lentes de contacto que los ciudadanos deben cumplir en la desescalada.
Para los usuarios de lentillas:
1. Lavar las manos intensamente con agua y jabón antes de poner o retirar las lentes de contacto o tocar el portalentillas o el bote de lentillas. Para secarlas, lo mejor es usar toallas de papel desechables. No lavarse y secarse las manos correctamente puede multiplicar por 13 las probabilidades de infección.
2. Frotar y enjuagar las lentes siempre al quitarlas con el producto recomendado antes de guardarlas en el estuche.
3. Cambiar diariamente el producto desinfectante de conservación del estuche de las lentes quincenales, mensuales o trimestrales. Además, se puede optar por la desinfección con productos específicos de peróxido de hidrógeno al 3% para lentes de contacto.
4. Atender correctamente al tipo de lentes de contacto usadas. Si se usan lentes diarias, sólo utilizarlas durante una jornada. Si las lentes son reutilizables, limpie conforme las recomendaciones explicadas y mantenga el estuche para las lentes no más de un mes.
5. Si se padece conjuntivitis, retirar y desechar las lentes en uso y no usar hasta la total curación. Con lentes de más de un uso, los pasos de frotar y enjuagar con solución eliminan casi por completo las bacterias, reduciendo posibilidades de infección.
Para los usuarios de gafas:
1. Lavar las manos con agua y jabón o con gel hidroalcohólico previamente.
2. Evitar limpiarlas con alcohol, acetona o disolventes, ya que dañan la montura y deterioran superficies de las lentes.
3. Mojar las gafas bajo un flujo suave de agua tibia del grifo y aplicar una pequeña dosis de jabón neutro en cada lente y en algunas zonas del armazón.
4. Frotar durante unos segundos, aproximadamente un minuto, ambos lados de las lentes y todas las partes del armazón y enjuagarlas con agua para eliminar residuos.
5. Secar las lentes, el armazón y las bisagras, con un paño limpio de algodón sin pelusas, microfibras, pañuelos de papel y al terminar, desinfectar de nuevo las manos.