La Casa Real vive un ritmo frenético de trabajo que raya con la hiperactividad. Parecería como si se tratara de recuperar el tiempo perdido durante estos meses de coronavirus, durante los cuales los Reyes han mantenido un perfil bajo, con un trabajo realizado desde Zarzuela para no interferir con sus presencias en centros de crisis como los hospitales.
El #quedateencasa lo llevaron a rajatabla, pese a haber tenido que soportar críticas procedentes de diferentes sectores, que pedían un mayor protagonismo del Jefe del Estado.
Muy al contrario, en los últimos días Felipe y Letizia han multiplicado su presencia en la calle. Si el pasado 21 de mayo visitaban por sorpresa MercaMadrid, el mayor centro de distribución de y comercialización de alimentos frescos de España, con su llegada a las 5.30 de la mañana, este martes el Rey ha dado otra sorpresa relacionada con la alimentación.
Inesperadamente, se ha conocido que con discretas gestiones ha conseguido decenas de miles de litros de leche y aceite, procedentes de diferentes productores de España, que serán repartidos por la Cruz Roja a los necesitados. Seguramente, es el primer rey Borbón en los 300 años de reinado desigual en convertirse en lechero y aceitero nacional, cambiando la corona por la vasija.
Evidentemente, no va a ser el propio Felipe VI quien se dedique a entregar hogar por hogar, entre familias necesitadas, un tetra brik y una botella de aceite, y así hasta repartir los 40.000 litros de leche y otros 25.000 del llamado oro líquido.
La iniciativa solidaria ha partido directamente del Jefe del Estado, para lo cual no tiene que contar con la aquiescencia del Gobierno, al contrario que para tantas otras actividades regladas en la Constitución. Varias corporaciones nobiliarias, las órdenes militares, las cinco reales de la maestranza y otras entidades bajo su patrocinio, se han sumado a la campaña La Cruz Roja responde frente al Covid.
Las instituciones nobiliarias engloban a corporaciones como la Real Asociación de Hidalgos de España, la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén o la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, de la que al igual que sus predecesores Felipe VI es Hermano Mayor. También incluyen a la Sacra y Militar Orden Constantiniana de San Jorge, que en su página web detallaba este martes que la iniciativa impulsada por Felipe VI ha estado coordinada conjuntamente por Pedro de Borbón-Dos Sicilias, duque de Calabria y Presidente del Real Consejo de las Órdenes Españolas, y el conde José Miguel Zamoyski de Borbón. Ambos son primos de Felipe VI y el pasado enero coincidieron con el monarca en el funeral de doña Pilar.
El primero es hijo de Carlos de Borbón-Dos Sicilias, primo segundo del rey Juan Carlos I y pretendiente del desaparecido trono de las Dos Sicilias hasta su muerte en 2015, momento en que fue relevado por su heredero. El conde Zamoyski es por su parte nieto de la infanta Alfonsa de Borbón-Dos Sicilias y Borbón, nieta a su vez de Alfonso II y prima carnal del conde de Barcelona, don Juan, padre de Juan Carlos, el desaparecido rey emérito.
Ambos han liderado una acción que ha consistido en adquirir 38.604 litros de leche de larga duración, que supone más de 193.000 desayunos, y alrededor de 25.000 litros de aceite. Estas viandas serán repartidas a familias necesitadas en Castilla y León, Castilla- La Mancha, Extremadura y Andalucía, tal y como ha solicitado la Cruz Roja Española.
Este proyecto también pretende apoyar al campo español y sus productos, a través de diferentes cooperativas como COVAP, Dcoop y la interprofesional de aceite de oliva de España. Pedro de Borbón, Grande de España, al frente de las instituciones nobiliarias, ha colaborado desde que comenzó la pandemia con Caritas, con comedores sociales y organizaciones benéficas. Dichas instituciones nobiliarias también han entregado material de protección, equipos médicos, y medicamentos a hospitales y residencias.
Aunque Zarzuela insiste en que no hay ninguna necesidad de resaltar una vuelta del monarca, porque nunca estuvo desaparecido, lo cierto es que los Reyes intentan recuperar su presencia en el día a día ante la llamada nueva normalidad. Tras el reportaje a la medida publicado por un conocido dominical, en el que se explicaba cómo había vivido la Familia Real su encierro en palacio (con detalles familiares como quién elige la película cada noche pero sin una sola mención a los vecinos, es decir los Reyes Eméritos que también han pasado allí la pandemia), la institución ha intentado recuperar la normalidad en su agenda diaria.
Todavía no se hacen públicos los actos que van a protagonizar los miembros de la Familia Real a lo largo de la semana, para evitar el efecto llamada y las aglomeraciones, si es cierto que el matrimonio ha recuperado el pulso de la actualidad. Como es sabido, desde que Pedro Sánchez manda en Moncloa, se ha optado por moderar el protagonismo de Felipe VI, aún a riesgo de conseguir su desaparición.
Letizia sigue haciendo trabajo de despacho, con videollamadas desde su ya famosa mesa con los colectivos con los que normalmente se relaciona. Felipe VI visitó este martes la Cámara de Comercio para estar cerca de los empresarios, cuyo papel es fundamental en la recuperación de la economía tras la crisis.
Vacaciones en la tierra
Pero si el mes de junio será completamente distinto al que suele vivirse en Zarzuela, las vacaciones de julio o agosto, también lo serán. Con la llegada de la fase en la que se permita cambiar de provincia, la Familia Real, como cualquier español, podrá viajar hasta su segunda residencia, el palacio de Marivent, en Palma de Mallorca. Este edificio ubicado en la bahía de la capital balear se convierte todos los veranos en el centro de la vida política del país.
La reina Sofía es tradicionalmente la primera en llegar. Se suele instalar allí con los primeros calores estivales, con su hermana Irene. Esta vez, todo está en el aire. Desde Zarzuela puntualizan que no pueden ni asegurar ni desmentir nada, pero fuentes cercanas han explicado a EL ESPAÑOL que los Reyes tienen intención de viajar a la isla balear porque en este 2020 lo que toca es fomentar el turismo nacional, para contribuir en la recuperación de la economía de España.
“Irán unos días. Lo que no vemos muy factible es el viaje privado fuera de España de después. No estaría bien que los españoles se tengan que quedar en sus dos metros cuadrados de playa y que alguien se encuentre con los Reyes en algún sitio privado de lujo”, aseguran.
Así que parece que la visita a Marivent está asegurada y se alargará un poco más de lo habitual. Además, el equipo de Felipe VI está estudiando la posibilidad de que el resto de los días de descanso de la familia real tengan lugar en distintas zonas de la geografía nacional. Aunque todavía no está cerrado, lo que pretenden es que los Reyes y sus dos hijas, Leonor y Sofía (cuyo campamento de verano a Los Estados Unidos también ha sido suspendido) hagan una ruta por España para fomentar, dentro y fuera de nuestras fronteras, el turismo nacional.
Este verano será distinto para todos los españoles, incluidos los Reyes, como debe ser.