El estado de alarma ha terminado, al menos de momento. Tras tres meses sin poder asomar la nariz, el movimiento ha vuelto a las calles y carreteras españolas. En un fin de semana normal de verano hay cerca de un millón y medio de desplazamientos por carretera, según afirma la DGT. Cabe esperar que en el primer fin de semana tras el fin de la cuarentena, sean muchos más. Pero esas carreteras se están convirtiendo en un campo de minas, donde un descuido puede suponer un golpe al bolsillo y a los puntos de nuestro carné.
En las últimas semanas no han dejado de salir informaciones sobre los radares ocultos que Tráfico ha ido repartiendo por la península y fuera de ella. Hay furgonetas, camiones, agentes ocultos tras carteles o árboles… Todos con el velocímetro listo para disparar.
De los más de 1.200 radares que hay en España, casi la mitad son móviles. Y, aunque muchos tienen un lugar asignado con cierta frecuencia, muchos otros son colocados en puntos donde su presencia pasa inadvertida y sin señalización previa. Y caiga quien caiga.
Un Seat en el carril derecho
Un ejemplo muy reciente. Jueves, última hora de la tarde. Un Seat Altea blanco ocupa el carril derecho de la calle Mare de Deu del Port en sentido Montjuic, en Barcelona. ¿Qué hace allí, parado y sin el warning encendido? La respuesta no le va a gustar: es un coche con un radar móvil.
En Cataluña abundan casos similares, como el del mosso al que cazaron en vídeo con un radar móvil con un trípode escondido detrás de un puente de la A-2. “Vergüenza”, le espetó la persona que grababa al agente, que no supo qué responder. “¿Esto es por seguridad?”, preguntó. ¿O por afán recaudatorio?, le faltó añadir.
Pero un radar no tiene por qué estar parado. Puede ir a bordo de un coche, una furgoneta, un camión e incluso una moto. La Guardia Civil está empezando a probar los radares sobre dos ruedas en las carreteras gallegas.
Los camiones que utiliza la DGT para multar en movimiento han sido identificados esta semana por la plataforma SocialDrive. Son un Renault Magnum (matrícula acabada en PGC), un Mercedes Benz (CBG) y un Iveco (M****TN). Este último ha sido visto circulando por la Comunidad Valenciana en las carreteras V-30, V-31 y A-7.
“Ha estado activo en el sur de España en enero y febrero”, según afirman desde SocialDrive. Fue captado en Almería y en Málaga, en las carreteras A-7 y AP-7. También aseguran que fue visto en noviembre del año pasado en León y en Toledo, aunque matizan: “Desconocemos si son más o el mismo camión que está ahora por Alicante y Valencia”. Por su parte, el Mercedes ha sido avistado por la A-6 en las inmediaciones de La Coruña. SocialDrive considera que puede haber muchos más.
Y los radares también vienen en un formato menor: las furgonetas. SocialDrive ha contado nueve en las carreteras españolas. A saber: cuatro Renault Máster blancas (avistadas en Pontevedra, Orense, León, Alicante), una Fiat Jumpy blanca (Vigo), una Mercedes Sprinter blanca (Sevilla), una Ford Transit Custom azul (La Coruña) y dos Ford Transit Custom negras (Oviedo y Santander).
Por si fuera poco, a esto hay que sumarle los agentes escondidos detrás de cualquier objeto y pertrechados con radares láser. Además del mosso que se muestra en el vídeo de arriba, esta misma semana un segundo mosso ha sido visto escondido tras un árbol con un radar en el kilómetro 98 de la C-65, cerca de Llagostera.
En una ocasión, un usuario de SocialDrive llegó a avistar a un policía de paisano agachado detrás de un coche. Sucedió en Inca, Mallorca. “Lo nunca visto”, apreció la plataforma en su cuenta de Twitter.
Qué dice la ley
La legislación que regula los radares en España tiene más de 20 años. Es una ley orgánica de 1997 y un real decreto de 1999. Estas normativas indican que los radares fijos tienen que estar obligatoriamente señalizados. Pero hay trampa.
Si conduce usted por Madrid en alguna ocasión habrá entrado en los túneles de la M-30. A la entrada habrá visto señales que advierten de la presencia de radares, ¿pero dónde, exactamente? ¿A 100 metros? ¿A un kilómetro? ¿En tramo? Esa señal lo que indica es que en esos túneles hay radares, en puntos indefinidos. Lo mismo ocurre en algunos municipios que al entrar tienen una señal que advierte: “Velocidad controlada por radar en todo el municipio”. En todo. Avisado queda.
Respecto a los radares móviles, las leyes son bastante menos claras. Pueden señalizarse o no. Tampoco se especifica claramente si está permitido que los radares viajen a bordo de vehículos, como muestran los ejemplos mencionados.
Aunque no hay obligatoriedad, sí que hay casos en que se señalizan zonas habituales donde se colocan radares móviles. Es posible que haya visto alguna vez en la carretera una pequeña señal de color naranja con el característico dibujo de un vehículo y las ondas de radar. Eso indica que ahí es habitual que se monte un radar móvil.
Lo que sí prohíbe la ley son algunas de las herramientas que tienen los conductores para sortear este peculiar campo de minas. “Están prohibidos los inhibidores, es decir, aquellos aparatos que anulan la señal del radar”, explica Sergio García, cofundador de SocialDrive. “También están prohibidos los detectores, que son aparatos que detectan cuando hay un radar y que pitan a medida que pasan un radar”.
Lo único que le queda al conductor es el boca a boca, que sean los propios usuarios quienes se avisen de cuando las autoridades montan un radar oculto. Y por eso nació SocialDrive, como un foro donde los conductores pueden avisar y recibir avisos para evitar la multa. En sus cuatro años de historia, esta aplicación ha emprendido una auténtica cruzada contra la DGT y sus trucos para multar.
Tanto es así, que hubo una intentona por parte de la DGT y de la Fiscalía de Seguridad Vial de prohibir este tipo de plataformas. De momento, no han llegado a buen puerto. “Los avisadores no están prohibidos porque iría en contra de la libertad de expresión que alguien no pudiera decir lo que hay en la vía pública”, afirma García. “No pueden prohibirnos. Lo que hay en la vía pública no es un secreto, cualquier persona lo puede ver”.
Sergio García asegura que en los últimos años se acrecentado el control en las carreteras. “Drones, radares láser, ahora furgonetas, camiones…”, enumera. “La DGT habla de cuestiones de seguridad, pero las imágenes muestran otra cosa…”
Y también denuncia que, en algunos casos, no se está atacando la raíz del problema: “Hay vehículos multando en carreteras convencionales, pero a la vez muchas de esas carreteras están en mal estado. Es contradictorio adquirir más cosas para controlar a la gente, pero dejar de lado lo realmente importante”.
“Hay un parte de seguridad vial, es necesario que haya cierto control en la velocidad de los coches”, explica. “Pero también creo que hay un exceso de radares y a medida que pasa el tiempo hay más e intentan que sean más indetectables y están más escondidos. No nos queda otra que pensar que hay cierto afán recaudatorio detrás de todo esto”.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, tiene previsto presentar este lunes la nueva campaña y el dispositivo de Tráfico para este verano. ¿Mencionará algo de lo expuesto en este reportaje?