07.00 horas. Marta —nombre ficticio—, como cada lunes, se levanta, prepara el desayuno a los niños, se ducha, se lava los dientes y coge el coche para ir al trabajo. De pronto, se topa con un control de alcoholemia a los pocos minutos de salir de su casa, en Ciudad Real. Está tranquila, ni siquiera recuerda la última vez que se tomó una copa.
Sin embargo, esa sensación desaparece cuando el guardia civil de Tráfico le comunica que ha dado 1,25 mg/l en aire respirado, es decir, cuadriplica la tasa permitida de alcohol en España (0,25 mg/l). Perpleja, pide al agente que le realice de nuevo la prueba.
No hay suerte, Marta sigue dando 1,25 mg/l. Ella sigue insistiendo en que no ha bebido alcohol y, ante tal escenario, el guardia civil le pide que le relate todo lo que ha hecho antes de coger el coche para ir al trabajo. Esta ciudadana comienza a contarle su rutina de cada mañana hasta que el agente le pregunta con qué se ha lavado los dientes y ella responde que siempre utiliza listerine, el famoso enjuage bucal.
Entonces, todo cuadra. Y es que los restos de este enjuague todavía permanecían en la boca de Marta y habían confundido al alcoholímetro. No obstante, Marta tuvo que ir a un hospital cercano para hacerse un análisis de sangre y confirmar que no había tomado alcohol. Así fue, dio negativo y se libró de la multa.
Delito penal
Este escenario no es único sino que se repite a menudo en los controles de alcoholemia, según aseguran a este periódico fuentes de la Guardia Civil. El enjuage bucal puede causar más de un problema al conductor si lo toma por las mañanas para lavarse los dientes y acto seguido, se topa con un control de alcoholemia. Seguramente, dará positivo y superará con creces la tasa permitida.
Así lo confirma también la farmacéutica y divulgadora Gemma del Caño. "El enjuage bucal tiene alcohol que en aire expirado puede confundir al alcoholímetro y dar más de un susto al conductor", esgrime.
No obstante, ante esta situación, el agente puede advertir que el alcoholímetro no coincide con la realidad. "Hasta una tasa de 0,35 mg/l el olor a alcohol es indectectable, pero a partir de 0,45 el conductor abre la ventanilla y la halitosis es notoria. Entonces, es cuando puede darse el caso de que haya utilizando enjuage bucal", explica un agente de Tráfico de la Guardia Civil.
15 minutos
¿Qué se hace en estos casos? El agente deberá practicar un segundo control de aire y de seguir dando positivo, el conductor deberá hacerse una prueba de contraste en el hospital más cercano para evitar la multa y el delito. Pues a partir de 0,60 mg/l se instruyen diligencias y se puede imputar un delito penal.
"El efecto del enjuage bucal puede durar unos 15 minutos en la boca, el usuario puede darse cuenta cuando lo utiliza: el sabor permanece en la boca durante un tiempo. Al final es un susto, no pasa nada, es más el tiempo que pierde el conductor en hacerse la prueba en el hospital", sostiene este agente de Tráfico.
Si quieren evitar más de un susto por la mañana, cuando vayan a trabajar, tal vez sea mejor utilizar pasta de dientes y dejar el enjuage bucal para antes de dormir.