La fábrica de cerebros española está en la Universidad Complutense de Madrid. A medio camino entre la Facultad de Física y la de Matemáticas. Una treintena de alumnos por año cursan el doble grado que combina estas dos ciencias y cuya nota de corte es la más alta de todo el país, en concreto un 13,775. Si este año se cumplen los pronósticos, la nota de acceso será todavía mayor y este curso será el sexto consecutivo en el que esta universidad logrará atraer a las mentes más brillantes de todo el territorio nacional; y que, algún día, serán conocidas por sus investigaciones y publicaciones o reclutadas por multinacionales del big data, el análisis de datos o la computación.
Llegar hasta allí, no obstante, no es un camino de rosas. El primer requisito es simplemente ser un diez. El segundo, aparcar tu vida para dedicarte a estudiar. "Trabajar, trabajar y trabajar. Tener constancia y echarle horas para que los exámenes no puedan contigo". Es el consejo que le da Enrique García (21) a quienes se estén preparando para entrar al doble grado. Él es estudiante de cuarto curso, representante de estudiantes y uno de los alumnos más destacados del doble grado de Física y Matemáticas.
Ya de niño, este madrileño soñaba con ser inventor. Y quiso ser ingeniero hasta que, por casualidad, fue a un campus científico de matemáticas un verano y descubrió su pasión. "Me di cuenta de que me gustaba más lo teórico que lo práctico y ahí empecé a cambiar el chip. En Bachillerato lo orienté todo para conseguir la máxima nota. Si no entraba a este doble grado, el plan B era entrar a Matemáticas o a Física", cuenta Enrique Sánchez, en una entrevista con EL ESPAÑOL.
Y lo consiguió, claro. De hecho, le sobró nota. Estudió en un instituto público bilingüe (con sección bilingüe en francés), obtuvo una media de 10 y solo tuvo que presentarse a la fase específica en la selectividad. Nota final: 13,8. Aquel año, la nota de corte estaba en 13,45. "Entré pensando en dedicarme a la física teórica, pero ahora quiero dedicarme al análisis matemático. Aún tengo que ver más opciones, pero lo más seguro es que estudie el máster de Matemáticas Avanzadas de la facultad y después el doctorado, quiero dedicarme a la investigación", prosigue este estudiante.
¿Está de moda?
Pero, ¿por qué se ha convertido esta carrera en la más demandada entre los mejores? ¿por qué tiene notas tan altas? ¿qué tipo de estudiantes la eligen? ¿acaso está de moda? El doble grado de Física y Matemáticas comenzó en el curso 2011/2012 en la Universidad Complutense, con una nota de corte que no sobrepasaba el seis. Tres años antes, la Universidad Autónoma de Barcelona sacó esta doble carrera. Y un año después lo hizo la Universidad de Barcelona. En estos dos casos, el éxito fue inmediato. Y Madrid no fue una excepción.
Rápidamente, este doble grado escaló hasta las primeras posiciones y la nota fue creciendo incesantemente hasta batir récords año a año. La explicación de tan difícil acceso no es otra que el reducido número de plazas que oferta esta universidad: solo 25. Y que, desde sus inicios, los mejores expedientes se hayan decantado por este programa académico. En otras palabras, la media de sus brillantes calificaciones es lo que ha hecho incrementar en exceso la nota de acceso.
Sin ir más lejos, esta es la carrera que estudiara el alumno que ha obtenido, por el momento, la mejor nota este año en la EBAU, Jesús Mohandsalah Ait-Idir, de Asturias. Este joven tiene 16 años y es superdotado. Le adelantaron de curso en 2º de Primaria y en 4º de la ESO y ahora, tras quedar en primera posición, hará historia siendo el estudiante más joven que curse este doble grado.
Más allá de la vocación temprana que muchos estudiantes pueden tener por estas dos carreras. En los últimos años, con la era del big data y las necesidades de almacenar datos, las empresas han requerido de personas con una formación científica elevada y "estos chicos son brillantes porque controlan tanto la vertiente matemática como la física", explica Ángel Gómez, el decano de la Facultad de Física de la Universidad Complutense de Madrid.
'Big Bang Theory'
"Esto ha hecho que haya una satisfacción de empleo muy alta en este doble grado. Está claro que hay un efecto llamada; alumnos que tienen muy buenas notas y que no quieren desperdiciar su expediente", sostiene Gómez. Sin embargo, no solo ha sido esto lo que ha atraído a los estudiantes a este tipo de carreras. Series como la estadounidense Big Bang Theory han humanizado las carreras científicas y las han hecho incluso divertidas. En ellas, protagonistas como Sheldon Cooper, hacen referencias a principios y teorías físicas auténticas o sistemas operativos a golpe de humor.
A Esther Zamora (20), estudiante de segundo curso en este doble grado, por ejemplo, esta serie le hizo ver que "podía estudiar la carrera y ser una persona divertida". Parece extraño escuchar esa afirmación, pero lo cierto es que este tipo de oficios antaño siempre han estado ligados a personas con pocas habilidades sociales (generalmente hombres) y que centran su vida en teorías, fórmulas y matemáticas. "Nosotros no somos los típicos frikis, mis compañeros son gente excepcional y algunos son verdaderos genios; a mi solo me da tiempo a estudiar, pero otros hacen deporte, tienen vida social...", señala esta alumna.
Además de esta serie, y su pasión por la física "para intentar descubrir el mundo", lo que convenció definitivamente a esta murciana fue YouTube. "La divulgación científica en esta plataforma de vídeos ha sido un boom total, los canales de Crespo o Javier Santolaya son increíbles; luego llegas a la universidad y te das cuenta de que no hay tanto dibujitos como dicen ellos, pero lo cierto es que con nuestras carreras encontramos trabajo enseguida", cuenta Zamora a este diario.
La carrera
El doble grado de Física y Matemáticas está estructurado en cinco años y la matrícula tiene un coste de aproximadamente 1.800 euros. Aunque la mayoría de los alumnos, procedentes sobre todo de la mitad sur de España, suelen llegar el primer año con matrícula de honor y, por tanto, no suelen pagarla. En total, son 360 créditos los que componen la carrera (por separado, son 480 en cada grado), de modo que cada cuatrimestre, los alumnos solo tienen una asignatura más.
"A mí lo que me ha enseñado la carrera es la frustración, es decir, aprender a frustrarme. Es un reto muy grande, pero si te esfuerzas, lo sacas. Puedes llegar al máximo, trabajar y trabajar y no tener resultados. Hay muchos momentos duros, tienes que renunciar a muchas cosas, pero merece la pena. El momento en el que lo entiendes, resuelves un problema tu solo, un concepto que veías imposible, ese momento lo merece todo. Además, dedicarte en el futuro a lo que te gusta es esencial", confiesa esta universitaria de 20 años.
Para Enrique García es parecido. "Yo estoy muy contento y no me arrepiento de haber escogido esta carrera. Pero quien venga ha de saber que esto es una jaula de grillos y hay que echarle muchas horas", dice riendo. "Hay que tener mucha constancia, llevar las cosas al día e ir a por todas en los exámenes. Pero se puede permitir fallar, no pasa nada", concluye.