72 horas después de conocerse la histórica decisión del rey Juan Carlos de abandonar España tras verse cercado por sus escándalos fiscales, RTVE ha decidido estrenar el documental Yo, Juan Carlos I, rey de España, una cinta que llevaba desde 2016 en el cajón de la televisión pública, desde que lo coprodujo junto a France 3 con motivo del 40 aniversario como monarca del Borbón.
En pleno tsunami mediático, cuando aún no se conoce de manera oficial el paradero del que fue Jefe del Estado durante casi cuarenta años, la corporación, con Rosa María Mateo a la cabeza, ha decidido apostar por esta producción hispanofrancesa, que costó 400.000 euros y fue emitida en 2016 en el país vecino.
El documental, rodado por el cineasta hispano francés Miguel Courtois en 2013 y 2014, se basó en una entrevista de más cinco horas a Juan Carlos I en la Zarzuela. Será la primera gran entrevista del emérito en televisión en lo que va de siglo XXI. Antes, en la RTVE controlada por el PP y el PSOE, había estado bloqueado.
Emitido 4 años más tarde
¿Por qué este jueves? Courtois, en una entrevista con EL ESPAÑOL en 2018, adujo que lo que pasó durante la última época del reinado -la imputación su hija, la Infanta Cristina, y de su yerno, Iñaki Urgandarin- "no impide hablar de la transición y del destino de un hombre que ha gobernado tanto tiempo y ha tenido un papel importante".
Ahora, las explicaciones de Juan Carlos sobre su reinado pueden ser más relevantes que nunca, tras hacerse público el entramado que él mismo ordenó crear para mantener su fortuna -y sus orígenes- lejos del fisco.
Desde la creación de diversas empresas offshore a la recepción de donaciones millonarias por parte de diferentes monarcas, además del uso indiscriminado de su posición privilegiada para poder gestionarla. Hablamos de la recepción de 100 millones de dólares de la familia real saudí como "pure gift" -según la declaración del abogado Dante Canonica ante el fiscal de Ginebra Yves Bertossa-; de la donación a su vez a Corinna Larsen, su examante; de la creación de una "estructura" para ocultar el dinero en Suiza...
Nada de eso se verá en el documental. En cambio, se desvelan hasta 8 secretos sobre el monarca.
1. La soledad del niño disléxico
El pequeño Juan Carlos llega a España en 1948 a bordo del Lusitania Express después de haberse criado junto a sus hermanos en el extranjero. Con sólo 10 años y gran ingenuidad, el niño toca suelo español por primera vez e incluso habla español con acento francés. "Fue cambio muy grande", relata el monarca. "Cuando llegué allí no conocía a nadie, me acompañaban unos señores mayores que no conocía".
Ese joven que camina extrañado entre señores, que como mínimo le cuadruplican en edad e intereses, ni siquiera se imaginaba en aquel entonces lo que el futuro le iba a deparar: ser el rey de España durante casi 40 años. "Yo no pensaba en ser rey, sólo pensaba en divertirme, como el niño que era".
En la escuela, la soledad de Juan Carlos era su principal compañía, sobre todo los fines de semana. Franco mando diseñar una clase hecha a medida para el heredero. Junto a otros ocho niños, recibía clases e intentaba divertirse en la medida de lo posible. Con el rostro algo triste, el emérito cuenta en el documental que se sentía especialmente solo cuando sus amigos recibían la visita de su familia y él se tenía que quedar en su habitación entreteniéndose con alguno de sus juegos.
A ello se sumaba una gran dificultad para estudiar. Pero el problema no era una falta de interés: tenía dislexia. Así lo revela en el documental la hermana del rey, la infanta Pilar, ya fallecida: "Descubrimos que mi hermano era disléxico. Estudiar le costó mucho, era difícil para él. Pero los disléxicos desarrollan otro tipo de inteligencia. Creo que esa gran intuición que tiene viene de ahí", cuenta la infanta Pilar en el minuto 10 de la película.
Para él, encontrarse con Franco por primera vez también fue una especie de juego. Era un niño al fin y al cabo. Así que no tuvo otra ocurrencia que decir en pleno encuentro con el dictador: "Mire señor, mire cómo va ese ratón por ahí", cuenta riendo el rey. Al parecer, un ratón campaba a sus anchas en el despacho de Franco y eso fue lo que más captó la atención en aquel entonces de Juan Carlos de Borbón en su primer encuentro con el dictador.
2. Fusilamientos en la Guerra Civil
1948. El futuro príncipe llegaba a España en plena posguerra. Y sin apenas cerciorarse de ello. Pero el cineasta Miguel Courtois pone en contexto al espectador y relata cómo Francisco Franco perpetra un golpe de estado que acaba con la República, tras una sangrienta Guerra Civil en la que mueren miles de españoles.
Para ilustrarlo, durante brevísimos segundos se suceden una serie de imágenes apenas conocidas que dan muestra de la sangre que corrió en aquella época (a partir del minuto cinco): españoles gritando, llorando, una mujer con la cabeza tapada, sujeta a un mástil, que se estremece al recibir un disparo. A continuación, en otra toma, varios hombres, de espaldas, y con el rostro cubierto, son fusilados por uniformados del ejército sublevado.
3. La muerte de su hermano
1956. Una trágica noticia toca de lleno a la familia de Borbón el 29 de marzo de aquel año. Mientras Juan Carlos y su hermano Alfonso estaban manipulando un arma de fuego, que supuestamente creían descargada, ésta se dispara y en pocos minutos el hermano del rey muere. El arma estaba en manos del protagonista del documental. En la película el monarca emérito señala, asintiendo,: "Ahora lo echo mucho de menos. No tenerlo a mi lado, no poder hablar con él. Estábamos muy unidos, yo le quería mucho y él me quería mucho a mí. Era muy simpático", concluye.
Esta tragedia marcó para siempre la vida del actual monarca y de su familia, y fue envuelta durante décadas de un halo de misterio y sospechas. Ninguna investigación aclaró las causas del supuesto accidente. El tema se cerró con un comunicado oficial que señalaba que "mientras el niño Alfonso limpiaba un revolver en presencia de su hermano, se produjo un disparo que le alcanzó en la frente y lo mató en pocos minutos". Asunto zanjado.
Al día siguiente de la muerte de su hermano, Juan Carlos regresaba a Madrid para participar en un acto del Ejército, más preparado que nunca ante cualquier adversidad: "No tenía tiempo para pensar en otra cosa, sólo en desfilar". Posiblemente nunca se conozca la verdad. Un secreto que el rey se llevará a la tumba.
4. "Simpático y gran bailarín"
Pero no todo eran compromisos políticos y desfiles en el Ejército. El futuro rey llega a la edad adulta y con ello a su época más gamberra. Fue todo un ligón. Y así lo desgrana su hermana, la infanta Pilar: "Era un soltero muy codiciado. Tenía un éxito tremendo, era guapo, simpático y un gran bailarín. ¿Qué más se puede pedir?". Pero para disgusto de quienes le pretendían, el rey Juan Carlos ya había elegido hace tiempo. Y no precisamente entre bailoteo y bailoteo.
La había conocido en un crucero y se había visto con ella durante los festejos que reunían a las familias reales. La familia de Borbón quería que su hijo tuviese una mujer digna de su estatus. Algo que sólo podía encontrar en ciertos sitios. Y el rey concreta: "las familias reales solo nos veíamos en bautizos, bodas y entierros", dice, riendo, el rey.
Fuera como fuere, el rey eligió a Sofía, la hija del rey de Grecia, o fue ella quien eligió al futuro rey, quién sabe. Tras un corto periodo de noviazgo, al final del verano de 1961 Juan Carlos I se lanza y le pide matrimonio. No fue el típico "¿Te quieres casar conmigo?" hincando rodilla. Al rey le gustaba sorprender y en plena comida familiar entre los Borbón y los Grecia, Juan Carlos le lanza una pequeña caja a Sofía con un anillo de compromiso dentro. Y, ante la sorpresa -o no- de todos, le pide matrimonio. Sofía acepta.
5. Los dos 'padres'
Juan Carlos, Franco y Juan de Borbón conformaron un triángulo del todo singular durante la dictadura franquista. Intereses cruzados e idas y venidas con un peón en medio: aquel niño que acabaría siendo rey. "Franco me estudiaba sin cesar, quería saber como era yo, mi mentalidad, lo que pensaba. Yo trataba de ser natural -tal vez campechano-, de ser como era", relata el rey.
Poco a poco, ambos fueron forjando con el tiempo su amistad, una relación que parecía casi afectiva. El dictador no era un hombre de muchas palabras en las distancias cortas. Pero Juan Carlos de Borbón parecía despertar en él más interés que el resto de sus allegados. "Era una persona que hablaba muy poco, pero conmigo sí que hablaba, se reía y comentábamos cosas. En cambio, él con la gente hablaba muy poco. Más bien era hermético", destaca el monarca.
Su relación era buena, aunque si bien algo extraña. El rey sé cansó de esperar para que llegase su momento, que le nombraran heredero. Nunca hablaban de eso, nunca habían mencionado el tema. Simplemente eran sospechas -o no-. Al menos, es lo que cuenta el rey.
Pero con 31 años y de la manera más inesperada, el día llega en 1969. "Un día Franco me dijo: 'Le voy a nombrar mi heredero a título de Rey. ¿Acepta usted?' No me dijo nada más."
Aceptara o no, esa decisión traería consecuencias. La primera, la traición a su padre. Juan de Borbón no tenía en sus planes que su hijo reinase antes que él, no era el heredero de la Corona. Y la segunda, enfrentarse al reto de intentar reconducir la dictadura hacia un régimen más abierto -sin que se notase demasiado-, y que con el tiempo, terminase convirtiéndose en una democracia.
Desde entonces, Franco se encargó de borrar del plano al padre del Rey. El dictador ordenó colgar el cuadro del abuelo de Juan Carlos, Alfonso XIII, en el que sería el despacho del príncipe, en el Palacio de la Zarzuela. Quería dejar claro al futuro monarca que él era el sucesor directo de su abuelo. Algo que, en cierto modo, caló en Juan Carlos, el cuadro sigue en el mismo sitio desde entonces.
Juan Carlos I y Franco formaron "un extraño tándem", cuenta el documental. Aunque el rey siempre tuvo claro lo qué quería hacer y en algunas ocasiones se lo dejaba entrever al dictador: "Mi general, habría que abrir un poco, y el me decía: 'yo no. Eso tendrá que hacerlo usted. Yo no puedo hacerlo. Yo no puedo cambiar'".
6. La orden de Franco: "Mantén la unidad de España"
Aunque en aquellos años algunos españoles llegaron a creer en la inmortalidad del dictador, le llegó su hora. Un día antes de que Franco muriese, Juan Carlos le visitó. No fue una conversación larga. "Solo le pido que preserve la unidad de España", le pidió el moribundo.
El rey no recibió otras órdenes concretas sobre cómo dirigir un país. Tan solo expresó que mantuviese unidos a todos los españoles. "No me dijo haga esto o no haga lo otro, y si uno lo piensa se puede interpretar de muchas maneras", recalca al tiempo el monarca en el documental y enfatiza gesticulando ante la cámara.
La consigna de Franco la maduró él a su manera con un discurso público hablando en catalán en la ciudad condal (minuto 52), una lengua que Franco había prohibido hasta entonces en España. "El sentimiento de libertad de los catalanes es legendario", decía el rey, ante miles de asistentes. Un discurso que en la actualidad se antoja improbable de pronunciar. Pero en aquel entonces, había que conquistar al pueblo catalán en general.
7. La Constitución y legalización del PCE
Tras el anuncio de la ansiada democracia -al menos, por una gran parte de los españoles en la época-, el rey nombra como presidente a Adolfo Suárez.
Juan Carlos expresa en el documental que "no podía haber democracia sin la participación del Partido Comunista. No había otro camino, había que pasar por ahí". Su líder, Santiago Carrillo, estaba exiliado. Esta decisión no gustaba en muchos sectores. Pero , "¿Qué íbamos a hacer? Era necesario", dice el rey. "En los cuarteles, los militares estaban descontentos con esto, había reuniones. En ese momento había que navegar a ojo".
Un momento que marcó la vida de Juan Carlos de Borbón. "Me sentí muy bien, me decía a mi mismo: 'Todos los partidos políticos tanto de derechas como de izquierdas, todos juntos vamos a hacer esto'. Fue maravilloso". "Casi me temblaba la mano, era un día tan importante para el país", recuerda sobre el día en que firmó la Constitución.
El 23-F está también presente en el documental. Una vez perpetrado el golpe de estado en el Congreso de los Diputados por el General Tejero, Juan Carlos I cuenta, muy tranquilo, que llamó a todos los generales del Estado Mayor. "Tener amigos entre ellos me ayudó bastante y haber estado en la Academia Militar también".
El monarca se ufana de haber sido quien desbarató el golpe pese a que los militares sublevados querían cambiar el Gobierno pero manteniéndole a él como rey. Revela que el capitán que estaba al mando de las tropas que bloqueaban TVE era muy amigo del entonces Jefe de la Casa Real. Tenía un as en la manga.
"Luego grabé dos discursos para la televisión y cuando la gente lo vio se fue tranquila a dormir. Pensaron:'ya no hay peligro'", comenta con convicción el rey Juan Carlos.
8. Felipe y la herencia de una Corona
A Juan Carlos I nunca le gustó el poder o, al menos, es lo que quiere decir en la entrevista que le realizó Miguel Courtois. "A la gente le gusta el poder y yo lo he cedido con mucho alivio".
Dice arrepentirse de no haberle dado "más boato" al acto en 1977 en el que su padre renunció a todos los derechos dinásticos en favor de él. 'Abdicaba' de todos sus poderes. "Y ese momento tenía que haber tenido mucha más trascendencia". Eso sí, cuando el padre del rey fallece en abril de 1993, "tuvo un funeral digno de un rey", comenta, con alivio, el emérito.
Respecto a su hijo, el príncipe y ahora rey Felipe VI, Juan Carlos dice tener muy buena relación, "comemos juntos", "hablamos bastante". Algo que él no pudo hacer con el Conde de Barcelona. Para él, su hijo Felipe es alguien "preparado" y con una "carrera y un máster", una suerte con la que "yo no pudo contar". Aunque tampoco le fue tan mal.
En las palabras del rey durante la película, en cambio, no ocupan lugar ninguno de los escándalos que han salpicado a la familia real durante los últimos años de su reinado. Tampoco sus infidelidades ni sus chanchullos financieros. Y, por supuesto, nada sobre una posible salida del país que ya es una realidad.