"¿Dónde está mi mujer?", pregunta uno de los abuelos de la residencia de mayores de Las Vegas, en Ciempozuelos (Madrid). Ella ha vuelto a faltar a la cita. No es que no quiera ir, es que no puede. Y eso que había tomado todas las medidas para no dejar de verle otra vez: no abraza a sus nietos y tiene un barreño con lejía para desinfectarlo todo a la entrada de su casa. Sin embargo, el coronavirus ha vuelto a entrar en la residencia. La culpa no es de ninguno de los dos, pero ahora él no puede recibir visitas; ella no puede ir a su centro de día. Es la medida de contención para que la Covid no vuelva a hacer estragos en el lugar.

La nieta de M. y M. explica a EL ESPAÑOL que en casa comprenden la decisión, aunque en parte les enfade. Tenían mucho cuidado. Su abuelo estaba interno en la residencia y su abuela iba al centro de día. "Mi padre llevaba de todo para ir a ver a mi abuelo a la residencia. Se ponía la mascarilla y la pantalla. Una vez allí, también había por medio una pantalla de protección", explica. Su abuela, que estaba en el centro de día, no quería ni que la abrazaran. Tenía un barreño para desinfectarlo todo en la puerta de casa.

Ella cada día veía a su esposo en la residencia. "Mi abuela comprende lo que ocurre, pero tiene pena por no poder estar con él", expone la nieta. La residencia de Ciempozuelos ha prohibido las visitas. Cuenta con un nuevo brote de Covid por el traslado de 'negativos' desde otra residencia con brote. En las siguientes PCR, varios de estos ancianos dieron positivo. 

El numero de fallecidos en residencias con síntomas similares a los producidos por el Covid en España es escalofriante. Alcanza casi los 20.000 en la 'primera ola' de la pandemia. Una vez dentro del edificio el virus, la muerte arrasa: sólo en la residencia madrileña Dr. González Bueno murieron 126 personas durante la primavera.

Apenas han pasado unos meses y la pesadilla ha vuelto. Ya se contabilizan cerca de un millar de contagios en residencias de mayores de todo el territorio nacional. Aragón ha tomado la cabeza en esta lista de dudoso prestigio: 469 contagiados entre trabajadores y residentes.

Lo que no te han contado de las residencias: las claves de los rebrotes y la repetición de la pesadilla EFE

Madrid tampoco se libra: tiene 8 rebrotes dentro de los centros sociosanitarios. Uno de ellos se acabó convirtiendo en tres. Los pacientes que dieron negativo en las primeras PCR fueron trasladados a otras residencias. Una vez en Ciempozuelos y Valdemoro, los residentes dieron positivo por Covid. Estos centros están cerrados a las visitas y los residentes se encuentran confinados. El mismo sistema está siendo utilizado en los lugares donde hay casos positivos por Covid-19.

Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Emergencias y Alertas Sanitarias del Ministerio de Sanidad, dijo este jueves en rueda de prensa sobre el asunto: "España sigue subiendo en el número de casos notificados, pero es una subida suave que permite implementación de medidas de control. Seguimos manteniendo un porcentaje de algo más del 50% de asintomáticos. Las muertes notificadas están relacionadas con brotes en residencias de ancianos".

"No podremos evitar que el coronavirus entre en algunas residencias, pero las medidas de precaución que ya se están implantando serán suficientes para garantizar la seguridad en general", afirmó Simón en sus últimas declaraciones.

Sin embargo, no parecen estar de acuerdo las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL. "Llueve sobre mojado", advierte Carmen Flores, presidenta de la asociación del Defensor del Paciente. "Hay oscurantismo. Antes se sabía lo que había en las residencias por los familiares y ahora no pueden entrar", advierte Eduardo, perteneciente a la Plataforma Marea de Residencias. "Faltan personal y medios", denuncia Juani Peñafiel desde Comisiones Obreras. "Nos preocupa la vuelta al cole", explica Jesús Cubero, presidente de la Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia y Residencias para Mayores.

El peligro de la "calma tensa"

A las puertas de las residencias se puede ver la entrada y salida de personas. Cualquiera que permanezca allí unos minutos se percata de la salida de trabajadores o familiares. También de algunos residentes. Es cierto: las medidas de seguridad en la mayoría son una traba para entrar. Desinfección de suelas, lavado de manos y toma de temperaturas. Las máquinas de control de calor corporal a la entrada ya son populares entre los familiares. Si no está, la recepcionista encañona con su pistola tu frente antes de abrirte paso.

Las tres puertas de entrada de la Covid

Sin embargo, estas medidas son insuficientes. El virus vuelve a estar presente. Jesús Cubero explica que hay tres puertas de entrada de la Covid-19 a las residencias: "Los trabajadores, cuando salen del turno; visitas de los familiares; y la tercera es la salida de los centros de los propios ancianos". En realidad, existe una cuarta: los traslados de 'negativos' de una residencia con coronavirus hacia otra que estaba limpia.

A Cubero le preocupa la entrada y salida de los mayores de las residencias. No quieren que se prohíban las visitas, pero sí el hacer de los residentes fuera del lugar: "Las familias están extremando las medidas y estamos siempre muy pendientes, aunque es difícil que no se los quieran comer a besos. Fuera es complicado controlarles porque no sabes si pueden ir a un sitio u otro. Por eso estamos intentando que se supriman las salidas hasta que se lleguen a niveles de contagios menores".

Imagen de la residencia de Ciempozuelos EFE

El argumento principal para solicitar estas restricciones es que "no tiene sentido que guardemos medidas extremas dentro de un centro cuando si salen fuera no podemos controlarlos". ¿Qué dicen las familias? "Saben que la situación es anormal y que lo primero es tratar de garantizar la seguridad. Son las propias familias las que nos demandan estas medidas".

También le preocupa la vuelta al cole "en un sector altamente feminizado". "Nos preocupa que ante brotes en colegios haya familias a las que se les ordenen bajas preventivas. Eso complicaría la situación. Por otro lado, con la campaña de gripe en octubre, nos preocupa que se confundan los síntomas y haya una psicosis y bajas importantes", apunta. 

A pesar de todo, Cubero cataloga la situación actual en las residencias de mayores de "calma tensa".

Cree que el hecho de tener 17 mandos en las residencias -uno por Comunidad Autónoma- dificulta todo lo que está ocurriendo. "Dificulta el conocimiento de la situación real y la toma de decisiones de forma unificada", afirma. Cuenta que, en la primera ola, la situación se convirtió en "una locura. Pedimos que haya un sistema de información centralizado en el que se pueda ver la situación de todos los centros de España".

No al confinamiento de residentes

La situación vuelve a sentirse dentro de las residencias como antes de la pandemia. La petición de medidas más restrictivas para la entrada y salida de residentes está sobre la mesa, pero hay quien no está de acuerdo por todo lo que conlleva.

Desde Marea de Residencias afirman que "el problema que vemos es que no quieren que entren familiares, no quieren que veamos lo que hay dentro. Llevamos tiempo yendo a las residencias, sabemos cómo estaban incluso antes de la pandemia".

"Hay oscurantismo", dice Eduardo, de Marea de Residencias. Insiste en que "antes se sabían las cosas por los familiares. Las denuncias de años anteriores son hechas por ellos".

Residencia de Casablanca, en Valdemoro EFE

Lo cierto es que no es fácil acceder a las residencias. Cuando se acude a estos centros a preguntar, la respuesta es nula. "Ya te llamaremos". "Apuntamos tu nombre y te contacta nuestro gabinete de prensa". "Sí, te apuntamos en la lista de medios que tenemos y va por orden, ya te llamarán". Esas son las respuestas amables. Algunas, como en Valdemoro, cuelgan el teléfono antes de explicar el motivo de la llamada. Es casi imposible que desde los centros, al menos los visitados y consultados por EL ESPAÑOL, ofrezcan información.

Desde CCOO alertan de que el confinamiento no es la solución. "Si la cadena no funciona, nos vamos a volver a ver como antes", avisa Juani Peñafiel, responsable de CCOO de residencias privadas y concertadas en Madrid, que solicita más medios y más personal.

No cree que aislar a los mayores de nuevo sea la situación deseada. Reclama, sobre todo, más medidas de limpieza. "Cuando fuera se estaba bien, estábamos más o menos bien dentro", incide. Habla de las medidas que se están tomando dentro para los residentes, aunque cree que sin personal de limpieza es rezar y dar con el mazo: "Los residentes comen en turnos para mantener la distancia social. Las limpiadoras tienen que desinfectarlo todo. Si tienes que hacer tres salones y sólo te da tiempo a uno, pues o haces uno bien y te dejas dos sin hacer o no haces ninguno bien y le das a todo. Si no tienes tiempo real de hacerlo, no puedes. Tienen una presión mortal. Ellas quieren hacerlo lo mejor posible". 

Ven cómo el coronavirus se les echa encima de nuevo. Una segunda ola cuando aún no han superado la primera. Habla de las consecuencias psicológicas de lo que está ocurriendo: "Los trabajadores han estado expuestos a un machaque psicológico tremendo. El miedo que tienen lo es. No se han recuperado de lo que han vivido y ya están pensando que puede volver a pasar. Aquí la carga emocional es mayor que en cualquier otro sitio porque tienes un vínculo".

La reclamación de Peñafiel engloba una petición: "Tiene que haber personal para que esto no vaya a más". Cree que esto es una cadena y es fundamental que no se rompa ningún eslabón para mantener el virus a raya.

Imagen de la Residencia de Mayores de La Paz, en Madrid D. D.

"¿Por qué vuelve el rebrote? La diligencia de poner medios, personal, de proteger a los más débiles no les importa nada". Carmen Flores pregunta y se contesta. Está indignada con lo que está ocurriendo. Coincide con los otros demandantes.

Apunta hacia la falta de personal y de recursos como la causante de muchas de las muertes contabilizadas en residencias. "Muchos no habrán fallecido por Covid, ha sido abandono. Porque el personal no daba más de sí, no había médicos suficientes que estuvieran vigilantes. Personalmente, creo que es una falta de humanidad, de respeto y de responsabilidad política lo que se ha hecho y se está haciendo con los ancianos".

En los últimos tiempos, los focos apuntan hacia los jóvenes, pero ella les exonera: "Es cierto que para muchos parece que no va la cosa con ellos, pero no tienen la culpa de que no haya una seguridad, de que las residencias no tengan los medios adecuados".

Eduardo, de Marea de Residencias, expone que "los testimonios que nos llegan son dantescos". Coinciden en que si hubiese más personal no sería necesario tener que llegar a un aislamiento que perjudica a los residentes.

¿Es posible contratar más personal?

"Aún no soy personal, pero espero serlo. Acabo de salir de la entrevista", contesta a las puertas de una residencia una futura trabajadora. A la vista de las respuestas recogidas para este reportaje, esta joven parece ser un mirlo blanco.

La contratación o no de personal es el epicentro de la 'pelea'. Jesús Cubero señala: "El problema no es de voluntad de contratación, sino que ahora mismo es complicado encontrar auxilares de enfermería, es complicado encontrar enfermeras, médicos… Muchas veces no es que quieras o no quieras, es que no hay disponibilidad para esas contrataciones. Estamos viendo qué medidas se pueden tomar porque necesitamos más personal a medio y largo plazo en nuestro sector".

Se muestra disconforme con ello Eduardo, de la Plataforma Marea de Residencias: "Las condiciones laborales son las que no se pueden. ¿Tú te la vas a jugar por 600 u 800 euros? Ha habido muchas negligencias en las residencias. El 9 de marzo se cerró todo y hasta el día 15 algunas no dejaron mascarillas porque alarmaban a los residentes. Tenemos conocimiento de que se están reciclando EPIS".

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Antes se pasó por encima, pero hay una cuarta vía de acceso del coronavirus a las residencias. No es habitual, aunque se ha dado en Madrid. El contagio de la mayor parte de la residencia de San Marcos, en San Martín de la Vega, se convirtió en un brote en Ciempozuelos y Valdemoro. Durante la primera ola, expone Raquel Jimeno, alcaldesa de Ciempozuelos, "se nos dijo desde la Comunidad de Madrid que no podíamos mover a los infectados. Era lo lógico. Ahora han hecho justo lo contrario". El motivo cree que está relacionado con la ausencia contrataciones.

La regidora socialista entiende que había otras formas de atajar el problema que surgió en San Martín de la Vega. Para ello, hacían falta medios. "En vez de meter trabajadores en esa residencia -muchos de ellos se infectaron- han trasladado a los negativos". "Contrate usted más personal o mueva más personal de auxiliares de geriatrías. Desplácelos. Hay bolsas de empleo y podrían haber tirado de esa opción", expone Jimeno.

Al final, todo parece girar en torno a lo mismo. El coronavirus vuelve y apunta a las residencias, que continúan en similar situación precaria a la de antes de la llegada de la pandemia. La solución parece tenerla clara la mayoría: más recursos y más personal para que las residencias no vuelvan a vivir la pesadilla de primavera.

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