"Tengo un cáncer muy agresivo", pero "los milagros existen", así lo ha confirmado Jesús Candel, Spiriman. Este médico e influencer, azote de la Junta de Andalucía durante el Gobierno de Susana Díaz por sus recortes en Sanidad, ha anunciado a través de su perfil de Facebook que tiene dicha enfemedad. "Ahora me toca luchar por mí", explicaba este sanitario este lunes, tras comunicar su decisión de desconectar de todo durante un tiempo para enfocarse en una batalla personal que le mantendría alejado de la vida pública, en lo que parece será un largo plazo.
De hecho, algunas personas han aprovechado esta situación de incertidumbre para difundir el bulo de que Spiriman había fallecido el pasado fin de semana, provocando gran revuelo en las redes. Sin embargo, a lo largo de la mañana del lunes estas informaciones fueron desmentidas y corregidas con severidad. Candel está vivo, pero se encuentra en una situación de salud muy delicada. Pero, hasta hoy, no se sabía lo que padecía. Tiene cáncer.
Jesús Candel es un médico de Urgencias de la provincia de Granada, al que el apodo -que en un principio sólo lo utilizaba en un entorno cercano- le viene por parte de su abuelo, creador del juego de pelota Spiribol. Si bien este deporte no llegó a popularizarse por toda la península, la cara y el nombre de Spiriman sí que lo hicieron, gracias a sus innumerables y llamativas protestas contra el Servicio Andaluz de Salud y las gestiones del gobierno -tanto a nivel autonómico como nacional-.
Ahora, aquella lucha contra la gestión de los Gobiernos en materia sanitaria quedará aparcada, ya que el médico está en una batalla personal que aunque se prevé dura por la gravedad de su cáncer. Spiriman, pese a ello, se muestra decidido a ganar la lucha. La carta que ha compartido reza así:
Desde el refugio de mi hogar y rodeado del calor de mi familia os escribo estas palabras de agradecimiento a tantísimos que os habéis preocupado por mi estado de salud en estos últimos dias.
El pasado 4 de agosto decidí, por caprichos del destino, luchar contra el cáncer. Uno además muy agresivo y extendido por distintas partes de mi cuerpo. ¿Cómo me iba a poner el destino un reto fácil?
Hoy es 25 de agosto y cumplo 44 años. Mi mayor deseo no os lo cuento para que se cumpla. Muchos de vosotros estáis terminando las vacaciones y muchos otros estáis ya preparando la vuelta al cole tan atípica, por las circunstancias tan especiales que nos envuelven.
Desde mi posición actualmente quería daros mi opinión ante tanta incertidumbre que nos invade en estos momentos.
Uno de cada dos de todos nosotros padeceremos cáncer en nuestras vidas. Una pasada, verdad? Pero en las manos de cada uno está evitarlo. El 70% de las muertes que se producen por esta enfermedad en el mundo se podrían evitar. ¿Cómo? Por la prevención. Se destinan miles y miles de millones de euros necesarios para la investigación de muchas enfermedades, pero se invierte muy poco en prevenirlas.
Un círculo vicioso en el que nos hemos metido y que nos lleva a abusar de lo que nos daña y una sociedad que nos ha llevado a delegar nuestra responsabilidad en auténticos mamarrachos irresponsables que sólo se preocupan por el cortoplacismo.
La culpa es nuestra al final de todo. De cada uno de nosotros. Cambiar la sociedad para que el beneficio sea el interés de todos es imposible. Cada colectivo, sea el que sea, en su conjunto, es cobarde cuando tiene que luchar por lo sensato y por lo justo. Ahora, dentro de cada colectivo existen personas excepcionales que se desviven en su trabajo con honestidad, transparencia y profesionalidad y luchan por esa sociedad más justa para todos y que siempre haya esperanza.
Hace unos meses, un gran grupo editorial de este país, me propuso escribir un libro, en particular, una especie de manifiesto donde propusiera mis ideas sobre qué medidas propondría para que este país cambiara de rumbo, algo que muchos deseamos. En Octubre estará disponible en las librerías. Creo que he sido claro y contundente en mi exposición y en cada uno de vosotros está cambiar vuestra vida y la sociedad en la que vivís.
Mi lucha ha cambiado de objetivo en estos difíciles momentos. El destino ha sido caprichoso conmigo, pero lo hemos decidido los dos. Todo lo que nos rodea influye para que enfermemos o no. Yo he tenido unos años en los que he jugado fuerte con mi cuerpo y mi mente, y lo ha notado.
Pero somos algo más que células sanas o enfermas. Hay algo que no podemos tocar pero si sentir y que es el mejor remedio que existe para contrarrestar los males y sufrimientos de este mundo, el amor.
Yo ya soy un enfermo de riesgo y paciente oncológico, así que tendré que vacunarme del Covid-19 cuando esté disponible la vacuna y espero que los que también tengáis que hacerlo lo hagáis. El mundo está bloqueado por este puñetero virus y como ya os he dicho muchas veces en mis videos en las redes sociales, la evidencia científica manda y salva muchas vidas.
La prevención y pensar en los demás nos hará salir de esta situación tan complicada. No queda otra que aceptar lo que nos ha tocado vivir y afrontarlo lo más unidos posibles. Es difícil en un mundo tan individualista y oportunista, pero es buen momento para demostrarnos que los buenos y los solidarios podemos con los malos y con los egoístas.
Sigo aquí, luchando ahora por mi vida y pensando mucho en todos aquellos, que como yo, sufren esta terrible enfermedad. Una oportunidad para demostrarnos a nosotros mismos que los milagros existen, porque los milagros se hacen realidad cuando se pelea y se cree en ellos. Y aunque no todo depende de nosotros, lo importante y por lo que merece la pena vivir sí.
Un abrazo enorme a todos y os agradezco de nuevo vuestro interés y apoyo. Ahora sólo necesito tiempo, descanso, desconexión y tranquilidad…… Os iré informando. Muchísimas gracias a todos.
Spiriman.
Yeah!!!!