250 mamparas de metacrilato para los pupitres. Esta es la vía que el alcalde de la localidad sevillana de El Rubio ha decidido tomar para frenar la propagación del coronavirus en las clases del colegio Carmen Borrego. Rafael de la Fe se ha adelantado a la Junta de Andalucía tomando estas medidas tras reunirse con el equipo de docentes de la comarca, pues, según dice, entendía la preocupación de padres y profesores y no veía que fuera a darse una solución inmediata en medio de esta “guerra de administraciones”. "No podemos parar el curso escolar si no queremos parar la economía. Es muy importante", asegura el primer edil en conversación con EL ESPAÑOL.
El colegio Carmen Borrego es el único para los cursos de Infantil y Primaria en este pequeño municipio de poco más de 3.400 habitantes. Para sus 250 alumnos, el ayuntamiento ha invertido los 15.000 euros que habría dedicado a las fiestas anuales que, por culpa del coronavirus, no han podido llevarse a cabo este año. “Al final, es lo que cuesta contratar una banda de música para la feria”, explica de la Fe, para el cual “este era el momento de invertir este dinero en lo que realmente es importante”.
La gente del pueblo. Son ellos por los que Rafael tomó la iniciativa de contratar a una empresa sevillana para que llevara a cabo esta tarea, que esperan tener terminada antes del comienzo de curso, el 10 de septiembre. “Realmente la idea la vimos en las escuelas de otros países, no es que haya sido yo el primero”, comenta de la Fe modestamente. Y es que, aunque ciertamente esta medida ya ha sido implementada en escuelas de Taiwán o Tailandia, entre otros, lo cierto es que El Rubio está siendo el municipio pionero en España en realizar este tipo de acciones.
“Yo me he lanzado a la piscina”, indica Rafael, quien opina que al adelantarse a las decisiones de la Junta de Andalucía les está “haciendo un favor”. Las competencias de limpieza y mantenimiento de las escuelas públicas de Primaria e Infantil pertenecen a los ayuntamientos, por lo que el edil considera que esta labor no queda fuera de las que son sus obligaciones con los niños y los padres. Pero el caso de los institutos es otro.
En El Rubio, además del Carmen Borrego, existe otro centro de enseñanza en el que se imparten los niveles de Educación Secundaria y Bachillerato. Sobre ellos la autoridad la tiene la Junta de Andalucía -o a la comunidad autónoma pertinente- desde donde se presentan unos presupuestos anuales dedicados a este tipo de tareas de mantenimiento. “Será cuestión de la Junta decidir si aumenta su presupuesto para invertir en mamparas para los institutos”, señala de la Fe e insiste en que desde el Ayuntamiento, mientras puedan, llegarán hasta donde tengan que llegar.
Para este alcalde la prioridad ahora mismo es controlar la epidemia entre sus vecinos y es por ello que presentará todas las facilidades que tenga en su mano para enfrentar la situación. “Yo ya he comunicado que pondré a disposición de los centros cualquier espacio público del pueblo. Es más, si hace falta, les cedo mi propio despacho”, anuncia refiriéndose a los distintos tipos de medida que se han planteado para poder disminuir las ratios en las aulas.
Las mamparas
Las mamparas se presentan ya como la medida a imitar por el resto de centros educativos del país en los próximos meses. Y en el caso de El Ruio, han optado por confiar esta tarea a una empresa de ámbito local. Concretamente a DFABRIK, ubicada en Alcalá de Guadaira, Sevilla, a quienes les comunicaron la noticia hace apenas un par de días. “El encargo fue express”, comenta su responsable Financiero, Pablo Pérez.
Originalmente, la fábrica estaba dedicada al equipamiento comercial y trabajaba con grandes empresas de hostelería. Pero a raíz del coronavirus tuvieron que modificar su actividad, incluyendo los servicios a entidades públicas y ahora, escuelas.
Pérez explica que para este trabajo se emplean pantallas de metacrilato de 3 y 4 mm de espesor. “Carecen de tornillos o de cualquier otra pieza móvil que pueda dañar a los niños”, comenta. Y es que para ello utilizarán un sistema de anclaje adhesivo de muy alta resistencia, con el fin evitar cualquier tipo de herida o atragantamiento por parte de los menores.
Además, las pantallas son desplegables. Lo que supone que si en algún momento tuvieran que quitarse o moverse, sería tan sencillo como despegarlas, doblarlas y listo. Algo muy importante en caso de que hubiera que desplazar las clases a otros espacios, en caso de modificaciones en las medidas de prevención.
“Nosotros tenemos capacidad de sobra para fabricar las que hagan falta, siempre que no fallen los proveedores”, comenta Pérez cuando se le pregunta acerca de la producción de este tipo de artículos. Y destaca que “una mampara se hace en menos de 10 minutos”. Lo que supone un trabajo aparentemente sencillo para la magnitud de la importancia que pueden tener dentro de las aulas.
En cuanto a cómo se están preparando los espacios, el director del colegio, José Molina, explica que gracias a las mamparas no tienen que realizar una redistribución de la clase importante. “Nuestras aulas son pequeñas, por lo que si contamos con que habrá unos 15 alumnos por clase, solo podríamos dejar un espacio de 1,10 metros y 90 centímetros”, señala. Sin embargo, considera que con la separación de las estructuras y esta distancia debería ser “más que suficiente”. "Además, estos días hemos estado tomando las medidas de los pupitres y delimitando los espacios en los pasillos y el recreo", aclara en cuanto al resto de pautas que se están tomando de cara al día 10.
A pesar de que la noticia sea muy reciente -muchas familias se enteraron el mismo miércoles gracias a los medios de comunicación- desde el Ayuntamiento y la escuela destacan que “los padres están encantados”. Una de las mayores preocupaciones entre los hogares de la localidad era la imposibilidad de la vuelta a las clases por la falta de medios. “Muchos padres, la mayoría, no pueden teletrabajar. Y los abuelos son mayores. ¿Qué hacemos con los niños si no pueden ir al colegio?”, se pregunta el alcalde rubeño.
Pero además de ellos, también han salido beneficiados los profesores. Sobre los cuales, consideran, recae una “responsabilidad enorme” y que, según dicen, gracias a las mamparas se sienten más "aliviados y seguros" a la hora de poder controlar las clases.
Desde el consistorio se muestran orgullosos de haber dado un paso al frente y haber tomado esta decisión, que según parece ya están siguiendo en otros centros. “Nos han llamado de un instituto para encargar 500 mamparas iguales a las de El Rubio”, indican desde la compañía DFABRIK. Y es que este pequeño municipio está siendo pionero en muchas medidas frente a la batalla del coronavirus.
Pionero en tests masivos
Hace unos meses, Rafael de la Fe tomó la decisión de comprar -sin consultarlo con la Junta de Andalucía- 400 tests serológicos rápidos para los vecinos del municipio. Pruebas que costaban 10 euros individualmente y que el regidor de El Rubio consideró necesarias para garantizar la salud de los ciudadanos, al igual que ocurre ahora con las mamparas.
En ese momento se realizaron los tests gracias a la ayuda de dos estudiantes de Enfermería y dos técnicos de Laboratorio que fueron los encargados de analizar los resultados, pues desde el centro de salud les comunicaron que no les era posible llevarlos a cabo. Y en tandas de 130, primero, y 210, después, los rubeños pudieron acceder a su prueba de manera gratuita.
Entonces, se detectaron cuatro casos positivos en la localidad. Dos que presentaban carga vírica sin síntomas y otros dos que estaban en la fase final y contaban con anticuerpos. Además de los tres que ya se encontraban contabilizados con anterioridad.
Pero la Junta de Andalucía acusó a de la Fe de no haber comunicado la cantidad de tests adquiridos ni el proveedor, que por cierto, procedían de una empresa holandesa a través de un intermediario de Gijón. El alcalde se defendió explicando que en todo momento se había mantenido en contacto con el área sanitaria de su zona a la que, según dice, "comunicó todos los detalles de la gestión realizada". Y el enfrentamiento no trascendió más allá de eso.
Haciendo una comparación en términos bélicos, Rafael explica ahora por qué se arriesgó y sigue haciéndolo, enfrentándose a la Junta en este sentido: “En esta guerra yo he invertido en salvar vidas, no he venido a mandar a mi gente a las trincheras”. Asimismo, señala que él podría acusar a la institución de no haberse “sentido protegido” y concluye afirmando que “siempre apostará por la salud” a pesar de las consecuencias.