El barrio en el que se crió Felipe, de 49 años, aún no se lo cree. “Era un hombre muy bueno. Le encantaba su trabajo, le gustaba mucho la naturaleza. Tenía un negocio paisajístico”, dicen. En este lugar no asimilan lo ocurrido el pasado domingo, cuando murió atropellado por un autobús en el barrio madrileño de Aravaca. “No se lo merecía”, apuntan. “No sé qué pudo pasar. Por qué… Él era un hombre muy pacífico, no discutía fácilmente. Y llevando a su hijo en el coche me extraña…”, señalan desde la zona de la calle San Genaro, en Madrid, donde le conocían y le querían. Aquí no dan crédito a que el conductor de autobús que le arrolló y acabó con su vida no supiera que pasaba por encima de una persona. Cuando recuerdan que le dejó tirado en el suelo y continuó la marcha brotan insultos para definirle.
Era domingo, 6 de septiembre, y el reloj marcaba en torno a las 14.00 horas. Felipe, un hombre familiar, casado y con dos hijos, viajaba en su coche junto al menor de sus niños, de 9 años. Por la misma carretera circulaba un autobús interurbano de la línea 656A, que conecta Moncloa y Pozuelo. Según indican en la zona, el vehículo de mayores dimensiones rozó al de Felipe en la pequeña rotonda que da entrada a la calle Pléyades.
El hombre tocó el claxon del coche para advertir de lo sucedido al conductor del autobús. Éste hizo caso omiso a las señales acústicas. En el semáforo de la confluencia de la calle Pléyades con Ana Teresa, Felipe se bajó de su coche para reclamarle al chófer. Llegó a la altura de la ventanilla y la golpeó. No obtuvo respuesta y el autobús emprendió la marcha.
Para tomar la curva a la derecha y entrar en la calle Ana Teresa desde Pléyades, el vehículo de grandes dimensiones debe virar un poco a la izquierda. La maniobra la realizan también los autobuses que pasan por el lugar de la tragedia, según ha podido comprobar EL ESPAÑOL, que se ha desplazado hasta el lugar de los hechos.
Así lo hizo el chófer. Sólo que esta vez no era como las demás: había un peatón en el flanco zurdo. La carrocería chocó contra el cuerpo de Felipe, que cayó al suelo. Las ruedas traseras izquierdas pasaron por encima suya, provocándole la muerte en el acto.
“Y lo dejó tirado”, dicen en el entorno de Felipe. Los pasajeros del autobús advirtieron al chófer de lo que estaba ocurriendo. Éste decidió continuar la marcha a pesar de las advertencias. No quiso saber nada, según han narrado testigos presenciales. El pequeño de 9 años estaba en el coche y fuentes consultadas aseguran que llamó a su tía para avisarle de que su padre no le respondía. Los servicios de salud no pudieron hacer nada por salvarle la vida a Felipe, de 49 años.
El conductor del autobús, Ángel H., de 56 años, fue detenido horas después en su domicilio. En el vehículo, los pasajeros le recriminaron que continuara la marcha. Él terminó su turno de trabajo y se fue a su lugar de residencia en Pozuelo (Madrid), donde le apresaron los agentes. En su primera declaración ante los investigadores, el chófer dijo que no se había dado cuenta de que había atropellado a un hombre. El pasado martes pasó a disposición judicial y la jueza le otorgó la libertad provisional, aunque con medidas cautelares.
Un adiós inesperado
La Asociación Española de Arboricultura le despidió el pasado martes con un mensaje en sus redes sociales y, también, en su página web. Despedían a Paisajista Sr. Lipe, como se hacía llamar este apasionado de la naturaleza en las redes sociales. “Le encantaba”, dicen sus vecinos. Por eso para definirle dicen que era una persona “natural”.
“Hemos recibido la inesperada y triste noticia de la trágica pérdida de nuestro querido amigo Felipe. Enormemente consternados y apenados, deseamos trasladar nuestro más sincero pésame a la familia”, escribieron en las redes sociales desde la Asociación.
“Somos muchos los que tuvimos el lujo de compartir grandes momentos con Felipe, quien aportaba con su alegre carácter e inconfundible voz, alegría y buen ambiente en los campeonatos de trepa, persona fundamental en los mismos y en otras facetas de la Asociación. Nos deja una persona amable, implicada y amante de los árboles. Siempre te recordaremos alegre y positivo, tal y como tú eras. Ya te echamos de menos Señor Lipe”, le exponían en Facebook desde el colectivo del árbol.
En su barrio continúan sin creérselo. Este martes, miraban hacia las persianas bajadas de la casa familiar. Ahora vivía en Aravaca, pero se seguía dejando ver por allí, donde le tenían gran cariño. “Era un niño muy bueno. Un gran amigo. Nadie puede tener malas palabras para él”, apuntan vecinos.
Había quien sabía lo que había ocurrido y que era un vecino del barrio, pero no quién. Ni le ponían cara. Cuando por fin lo hacen, no pueden creérselo. “La familia estará destrozada”.
El adiós de Cuarto Milenio y la defensa de Carmen Porter
Carmen Porter, subdirectora de Cuarto Milenio, dio el pésame en Twitter a la viuda de Felipe. Se trata de Begoña, trabajadora del mismo programa. Lo propio hizo Iker Jiménez, conductor del espacio televisivo.
“Nuestro más sentido pésame a nuestra compañera Begoña, sus hijos y familia. Ayer, un mal nacido decidió atropellarle con el autobús que conducía delante de su hijo de nueve años. No hay palabras ante esta crueldad. DEP”, expuso Porter. Le contestaba Jiménez en el mismo hilo. “Un abrazo enorme para Begoña y su familia. No hay palabras. No las hay. Os acompañamos en el sentimiento. Tampoco hay justicia posible para lo que ha pasado”, aportó el presentador.
Lo cierto es que, horas antes, Porter se había pronunciado en las redes sociales con respecto a este tema. Había pedido ayuda para encontrar al chófer que atropelló a Felipe.
Un tuitero le contestó: “Le cogerán, seguro, pero yo no recomendaría broncas de tráfico cuando llevas a tu hijo de 9 años dentro del coche. De acuerdo que el del bus ha tenido la culpa del atropello, pero ¿ha merecido la pena bajarse del coche en el semáforo a aporrear la puerta del bus? Cabeza, por favor”.
Porter recriminó este mensaje: “Si no sabéis toda la información por favor no especuléis. No se puede justificar que por una bronca de tráfico pase esto. Este tío es un psicópata que ha asesinado a un hombre delante de su mujer y su hija. Y si es mejor no tener broncas con nadie”.
El conductor, en libertad provisional
El chófer del autobús que atropelló a Felipe fue detenido por la policía en su casa. Los investigadores dieron con él con relativa facilidad tras marcharse del lugar de los hechos, terminar su turno de trabajo e irse a su domicilio.
La empresa encargada del transporte interurbano, Llorente SA, dio los nombres de los tres trabajadores que circulaban por la confluencia de Pléyades con Ana Teresa en el momento del suceso. Una vez analizados los autobuses, el principal acusado pasaba a ser Ángel H., de 56 años y vecino de Pozuelo.
El pasado martes, la magistrada titular del Juzgado de Instrucción nº 39 de Madrid, en función de guardia de detenidos, acordó su libertad provisional de Ángel H. La juez le impuso como medidas cautelares la obligación de acudir al juzgado cada quince días, la retirada del pasaporte y, por tanto, la prohibición de salir del país. Asimismo, ordenó que se le retirara el permiso de circulación de vehículos a motor.
El chófer será investigado por la supuesta comisión de un delito de homicidio por imprudencia grave y omisión de deber de socorro, si bien esta calificación penal es inicial y podría variar según se vayan practicando las correspondientes diligencias de investigación en el marco de la instrucción.
En la primera declaración ante la Policía, el chófer argumentó que no se había dado cuenta del atropello. Los agentes no daban demasiada credibilidad a su versión.
“Sólo espero que pague por lo que ha hecho”, dicen en el barrio de Felipe. “¿No se dio cuenta? Por mucho que lleves un vehículo de un tonelaje pesado te das cuenta de que atropellas a una persona”, apuntan los conocidos. “Además, en el autobús se lo dijeron. Le dijeron que parara, que había una persona tirada en el suelo”.