Las 11 de la noche del lunes marcaba el reloj. Los gritos de una mujer pusieron en alerta a todo el vecindario de Delicias, en Zaragoza. Al asomarse a la ventana, en la confluencia de las calles Domingo Ram y Alcañiz, veían a una mujer con una niña en brazos. "Estaba semidesnuda. Gritaba pero no hablaba en español", dicen los testigos. "No se le entendía". Pedía ayuda porque su pareja, y padre de sus dos hijos, acababa de herir mortalmente a su niña de 4 años en el cuello con un arma blanca. "Una tragedia", sentencian los vecinos.
Testigos de aquella escena llamaron con rapidez a la policía. Expusieron a los servicios del 091 que una mujer pedía auxilio. Hasta entonces, nadie había escuchado ni presenciado discusión alguna en el número 76 de la calle Domingo Ram. Ella portaba en brazos a una niña pequeña, al parecer inconsciente. Patrullas de seguridad ciudadana fueron las primeras en llegar al lugar.
Los agentes encontraron a la madre de la pequeña en estado de 'shock'. "Gritaba, corría de un lado a otro. Hizo incluso el amago de chocarse como con la pared", relatan los testigos. Los vecinos bajaron mantas para auxiliar a la mujer, que únicamente portaba ropa interior.
Mientras tanto, los policías trataban de mantener a la menor con vida hasta la llegada de los servicios sanitarios. El esfuerzo no tenía recompensa. La pequeña se encontraba muy grave y fue trasladada al Hospital Materno Infantil de Zaragoza, donde no lograron reanimarla. La ambulancia se encontró a la menor en parada cardiorrespiratoria.
Eran escenas casi paralelas. A la vez que todo esto ocurría en calle Domingo Ram, comenzaban las labores de búsqueda del padre, presunto autor del ataque. Había huido del lugar de los hechos. "¡Nosa!, de nombre, Nosa o algo así...", describía uno de los agentes a sus compañeros, que debían llegar hasta el hombre de origen nigeriano, al igual que toda su familia. A las 00.20 horas, en la calle Infantes de España, 10, se localizó al supuesto homicida, informó la Policía. La vía en la que se cometió supuestamente el crimen y en la que encontraron al hombre están a cuatro kilómetros de distancia.
Por el momento, el grupo de homicidios de la Policía Nacional se encarga de la investigación de lo ocurrido. El detenido no pasó este martes a disposición judicial. El varón, que responde a las iniciales de N. C. O. y tiene 34 años, se encuentra en los calabozos del Actur.
La pequeña, por su parte, perdió la vida en el hospital. Los sanitarios trataron de salvarla, pero se encontraba muy grave. Presentaba diversos cortes en el cuello. Los investigadores aseguran que se trata de un "tema complejo" y un "asunto muy delicado", aunque no hayan trascendido más detalles de lo ocurrido en la casa antes de que la mujer saliera del bloque gritando y pidiendo auxilio.
El presunto asesino: "Todo el día en la terraza fumando"
El barrio zaragozano de Delicias es un barrio tranquilo, aunque se han visto otros sucesos de este tipo tiempo atrás. "De gente humilde y trabajadora", relatan los que allí viven. De hace unos años a esta parte ya no presenta la conflictividad que reinaba en la década anterior. "Es un barrio donde conviven distintas culturas con respeto", expone otro maño.
Aquí nadie se esperaba lo que ha ocurrido. "Me lo ha dicho mi mujer. Es una tragedia", cuenta un vecino. La calle Domingo Ram vivió aquella noche un suceso casi impensable. Desde el bloque de enfrente de donde vivía la familia nigeriana, José Ignacio recuerda a la pequeña saliendo al balcón durante el confinamiento. "Era muy simpática. Tocaba las palmas, te saludaba, te sonreía".
Este testigo de los hechos se asomó a la ventana y vio a la madre pedir ayuda. "Iba en bragas únicamente. Corría de un lado a otro pidiendo ayuda. Vinieron a socorrerla y las vecinas le echaron mantas encima para que no estuviera desangelada. La pequeña ya se veía que estaba grave", cuenta.
No ha escuchado nunca ruidos de peleas. Tampoco los vecinos del bloque consultados por EL ESPAÑOL lo han hecho. Eso sí, José Ignacio asegura que veía al padre todo el día en el balcón. "Ahí estaba siempre, en el balconcillo. Yo lo veía y fumaba únicamente. Hacía algo con las manos, pero no te puedo decir qué era porque no lo veía. Sé que fumaba y que se pasaba el día ahí. No sé de qué vivirían ni nada, porque él se pasaba el día ahí sentado".
Un vecino del bloque de la familia nigeriana rememora cómo era la convivencia. Coincide con José Ignacio. "Él fumaba mucha marihuana, con los niños en casa incluso", relata. No había escuchado antes ninguna bronca y esa noche sólo oyó los gritos de la mujer pidiendo auxilio.
"Ellos se mudaron aquí después que yo. Llevarán unos dos años en el bloque", explica el vecino. Observó a la madre golpear las persianas de su casa pidiendo ayuda. Luego la vio abajo, con la niña en las manos.
"Teníamos una relación de vecinos. Hola y adiós. No sé cómo se llamaban. Sólo sé que eran un niño de 2 años y una niña de 4 años, además de la pareja. El sábado estaban ahí, jugando en el parque. Todos, tranquilos. Pero no puedes saber lo que la persona lleva dentro", afirma el testigo de lo ocurrido en la vía pública.
La puerta de la casa está señalada con dos cruces desde hace tiempo, según este hombre. "Son cristianas", dice el varón. Asegura que el cabeza de familia recibía algunas "visitas de amigos, escuchaban música y fumaban". Este hombre no veía bien que consumieran marihuana dentro del piso, apunta que el humo y el olor se colaban hasta su ventana incluso, en la planta alta del edificio.
En el barrio parecen no conocer a los implicados. Si no son los cercanos, no saben quién es la familia. "No se relacionaban mucho", expone un vecino. "No hablaban español, incluso tuvo que bajar otra persona del bloque a ayudarles a traducir para la policía".
El Ayuntamiento tenía "un expediente" de la familia
El Ayuntamiento de Zaragoza condenó el presunto asesinato en la mañana de este martes. Desde el consistorio maño, el alcalde Jorge Azcón manifestó el "dolor de la ciudad" por un crimen "tan horroroso y estremecedor" como éste.
El regidor de la corporación maña guardó un minuto de silencio junto a representantes de todos los grupos municipales por la muerte de la pequeña. Además, estuvieron presentes el Justicia de Aragón, Ángel Dolado, y el jefe del Servicio de Bomberos, Eduardo Sánchez. Expusieron el "pésame" y la "solidaridad" a la familia.
"Por supuesto, nos hemos puesto en contacto para poder prestar aquella ayuda psicológica y desde el punto de vista social que pueda necesitar la familia que, sin género de dudas, en un momento tan complicado como éste, la va necesitar", afirmó Azcón a los medios de comunicación, arropado por la vicealcaldesa, Sara Fernández, y la concejala de Mujer, Igualdad y Juventud, María Antoñanzas.
Azcón respondió a los medios sobre si la madre de la menor asesinada se había puesto en contacto con la Casa de la Mujer en Zaragoza. No ha revelado nada, aunque tenían "un expediente" de la familia. "Al ser datos reservados no nos corresponde hacerlos públicos, pero el Ayuntamiento tenía información sobre alguno de los problemas que tenía la familia y eso nos ha permitido ponernos en contacto y ofrecerles la colaboración", dijo.
Noticias relacionadas
- El bebé de 10 meses, cuyo padre le pegó contra los barrotes de la cuna, muere en Castellón por los golpes
- La autopsia de la niña hallada en una balsa de riego en El Ejido confirma "asfixia por sumersión"
- La extraña desaparición de Nerea Añel, a punto de resolverse: dos senderistas encuentran un cadáver