La señal de un matrimonio unido. Agarrados de la mano. De esta forma llegaron a la Audiencia Provincial de Huesca Mariela Alejandra Benítez, madre de Naira Abigail Briones (8 años), y Carlos Pardo Pena, acusado de maltrato a la pequeña y hermano de Iván, que este miércoles reconoció que torturó a la niña hasta matarla en julio de 2017. Al lado del matrimonio, Nieves Pena, tercera acusada y abuelastra de la fallecida. Era el inicio de una tercera sesión "fundamental" del juicio ante jurado popular, según los abogados. Declararon múltiples testigos, entre ellos, los padres biológicos de Naiara, Mariela y Manuel Briones, y la prima menor también imputada, Azahara.
Nada se supo de la carta de arrepentimiento que Iván había enviado hace un par de días a Mariela. En la sala se le preguntó por ella. Dijo que la portaba, pero que no la había leído. Ni siquiera sabía si llevaba un sello o de dónde provenía. La madre de Naiara se mostraba muy nerviosa. Su abogado ya había avisado: “Os pido disculpas de parte de Mariela. Tened en cuenta que hoy quizás esté pasando el peor día de su vida, porque se va a encontrar con…”, dijo a los medios nada más llegar. Luis Marín expuso que su representada llevaba "la carta en el bolso".
La segunda sesión comenzó temprano y se alargó hasta casi las cuatro de la tarde. Los testigos fueron declarando a las preguntas de la acusación y la defensa de los acusados. Cabe recordar que en la testifical no se pueden negar a contestar preguntas, por lo que respondieron a todas las cuestiones formuladas. En los relatos de los adultos, la demostración del asesinato parecía quedar en un segundo plano. Los testimonios y las preguntas iban dirigidas a encontrar indicios de malos tratos a la pequeña Naiara por parte de Nieves y sus hijos, así como a evidenciar que la madre era conocedora de los supuestos abusos y había abandonado su responsabilidad en cesión de Carlos, sin el consentimiento de Manuel Briones.
Tampoco podían mentir hoy los convocados a sede judicial. Los testigos no pueden falsear su relato. Es delito. Sin embargo, el representante legal de Manuel Briones dijo, antes las múltiples contradicciones de Mariela con su declaración ante los investigadores, que abriría un proceso contra ella. “Nos tenemos que pensar si pedimos que se deduzca el testimonio por falsedad judicial”, dijo Marcos García Montes a la salida del juicio.
La primera en declarar fue Azahara. La niña, al cargo de su abuela, está imputada en un proceso aparte por la muerte de Naiara que comenzará en unos días. También lo hizo su hermana Marian. Afirmaron haber sido maltratadas por Iván y la abuela era consciente. El abogado Marcos García Montes catalogó el testimonio de “demoledor”. Sin embargo, todo lo que dijeron pudo quedar en entredicho ante cualquier lego en derecho. Un profesor del colegio, que declaró que le encontró un moratón a Azahara y que había tenido problemas con Iván en las tutorías, las catalogó de “mentirosas compulsivas y manipuladoras”. La defensa de Carlos Pardo y Nieves Pena, aseguró que fue un testimonio definitivo.
Tras ellas, hizo lo propio Manuel Briones, padre biológico de Naiara. Por videollamada, al encontrarse en Chile, Briones dejó un testimonio que cada abogado interpretó a la salida de una forma. José Luis Vivas, representante de Carlos Pardo y Nieves Pena, expuso satisfecho: “Irrelevante”. Luis Marín, abogado de la madre de Naiara, cree que mintió y quiere aclararlo. “No tiene más importancia. Lo relevante es que Iván la mató y se está demostrando”.
La declaración de la madre de Naiara
Mariela fue la cuarta testigo en declarar. Se sentó y respondió las preguntas. No dijo nada que pudiera perjudicar a su pareja. En realidad, a ninguno de los acusados. Tampoco a Iván, del que dijo que sólo había pegado en una ocasión anterior a Naiara. Titubeó en ocasiones. Se mostró dolida por la muerte, habló de Naiara, de sus otras dos hijas y de otros dos hijos mayores. Eran cinco en total. Uno de ellos, Gonzalo, convive con Carlos Pardo y con ella -al igual que las dos menores- desde septiembre de 2017. Asegura que en este tiempo le ha llegado a decir: “Mamá, si pudiera elegir un padre, sería Carlos”.
Había cosas que no recordaba a causa del dolor. Describió a Carlos como una persona implicada, que se hizo cargo de Naiara desde que tenía dos años. Dijo que la niña llamaba a Nieves “abuelita”.
¿Por qué envió a la niña de 8 años a casa de la abuelastra mientras ella trabajaba en junio de 2017? “Había que pintar la habitación porque salió humedad. Fue Briones el que me dijo cómo arreglarlo. Y también estaban las primas mayores a las que Naiara idolatraba”. Todo coincidía con el relato de los acusados ayer. Excepto una cosa: en ningún momento se habla de los estudios de Naiara, motivo por el que Iván decidió castigarla aquel día según su relato.
Se le cuestionó por cómo trataba la familia Pardo Pena a su hija. Aseguró que lo hacían como una más. No declaró lo mismo la dueña del hotel donde trabajaba Mariela en el momento de la muerte de su hija. “A mí me comentó que no la trataban igual. Que a las otras le compraban golosinas y a ella no”, expuso la señora.
El representante de Briones le preguntó si Iván, el asesino confeso, le había dicho a la niña que no pertenecía a su familia. “Eso es mentira”, dijo Mariela. Sí lo declaró ante los investigadores. Afirmó, según el letrado, que lo había publicado en Facebook. “Ese día lo declaró estando con nosotros. Dijo que Naiara era Briones, no Pardo. No lo publicó en Facebook”, testificó la madre de Naiara. ¿Un desprecio? “No tanto. Entendí que no era de la familia, pero que ya entraría”.
¿Le pegaba Iván a Naiara? “No, jamás le puso un dedo encima a mi hija”. ¿Sufría malos tratos? “Si llama usted maltrato a un cachete o palmadita en el culo…”. La última contestación de Mariela se refiere al encontronazo que contó el acusado el día anterior en un coche. Calcó la versión del asesino: la niña pisó el asiento trasero al bajarse y él se revolvió a darle un cachete.
En esta segunda sesión se volvió a hacer hincapié en la rotura que sufrió Naiara en la pierna. Según narraron los acusados el miércoles y la madre de la niña el jueves, se debía a un golpetazo con un coche. Bajó a tirar la basura sola (tenía 7 años en el momento) y un vehículo le dio un porrazo. La niña entró corriendo en casa. Se fue a la cocina y se quedó callada. A los dos minutos, un señor, al que la madre dijo no conocer ni saber su nombre, llamó al timbre y explicó a Mariela lo sucedido. Como no había lesión aparente y la niña no se quejó, nunca la llevaron al médico.
La madre afirmó que tenía confianza con su hija, que se lo contaba todo. Expresa una relación muy buena.
El abogado del padre biológico de Naiara, Marcos García Montes, afirmó sobre la exposición de Mariela que había faltado a la verdad. “Había dicho que la abuela sabía todo lo de las lesiones ante la policía y hoy ha dicho que no”, argumentó. Estudiarán pedir la invalidez del testimonio.
El juicio continúa
Las testificales del resto de presentes en la sala no fueron, más allá de lo ya reseñado, excesivamente clarificadoras sobre la participación de los acusados en los hechos que se les imputan. El abogado de Nieves Pena y Carlos Pardo se mostró satisfecho con lo ocurrido, puesto que en las declaraciones no se puso de manifiesto que existiera maltrato hacia Naiara, más allá del testimonio de las menores. El letrado José Luis Vivas expuso que el tutor de Azahara y Marian había sido “definitivo y revelador del nivel de manipulación y falsedad que estas pobres niñas han alcanzado con una práctica digna de mejor causa”.
El juicio continuará en la mañana de este viernes con la declaración de los testigos socilitados por las acusaciones particulares y la defensa de Nieves Pena y Carlos Pardo. Las sesiones continuarán hasta el próximo 23 de septiembre, cuando se entregará el objeto del veredicto al jurado.
A este punto, cabe resaltar que se solicitan las penas de prisión permanente revisable para el acusado de asesinato, Iván Pardo Pena, y 3 años de prisión para Nieves Pena y Carlos Pena por maltrato continuado. Recordar que la acusación particular que representa al padre biológico de Naiara pide también 15 años de cárcel para el padrastro por un delito de asesinato en comisión por omisión.
Igualmente, la parte representada por García Montes pretende sentar en el banquillo de los acusados a Mariela, madre de la niña: “Yo creo que le sorprende al menor de los mortales que venga de la mano de su marido, hermano del presunto asesino, al que ella no acusa… Está claro ya el pacto de voluntades que hay”.