Fue como cuando sale el Gordo de Navidad, pero cae poco repartido. En algo más de 60 kilómetros cuadrados, en el área metropolitana de Barcelona, llovieron 323 millones de euros. El dinero también lo dio el Estado. Pero la finalidad no era hacer un sorteo, sino comprar material sanitario para hacer frente a la pandemia de coronavirus. 323 millones que se repartieron entre cuatro empresas: una de Terrassa, otra afincada en Santa Coloma, otra que dice estar en Sant Boi (aunque su razón social va cambiando de lugar, cual duna en el desierto) y la última, que tiene sede en el chalet de Sant Cugat donde viven los padres del dueño.
Han pasado ya 5 meses de aquellas polémicas adjudicaciones y la suerte de los agraciados ha sido bien dispar. Desde los que aprovecharon tanto el tirón que se han reinventado y ahora solamente se dedican a las mascarillas (cuando hasta la fecha trabajaban pintalabios y cosmética), hasta los que tuvieron que devolver el dinero y nunca más se quisieron volver a implicar en una operación de estas características.
Pero de los que menos se sabe es precisamente de los que más cobraron: la empresa FCS Select, que hasta aquel concurso se dedicaba a diseñar envases para marcas de ginebra premium, se embolsó 263 millones de euros en una adjudicación que poca gente entendió. Sus propietarios son la polémica pareja formada por Felipe Recio y Mayra Dagà: ella ya había tenido problemas con la justicia años atrás por una presunta estafa inmobiliaria. Él utilizó la lujosa casa de sus padres para domiciliar su empresa, cuya ubicación de los almacenes (si es que lo tiene) se desconoce. Tras la millonaria operación, cerraron su web corporativa y nunca más se supo de ellos.
EL ESPAÑOL vuelve a hacer, 5 meses después, la conocida como ‘ruta del pelotazo sanitario’. Recorremos otra vez las sedes de las empresas que salieron agraciadas en aquella especie de Gordo pandémico. 323 millones de euros con más sombras que luces y que, como si de la lotería se tratase, a más de uno le ha cambiado la vida, aunque no siempre para bien.
MJ STEPS: El pelotazo les reinventó
Empresa: MJ Steps
Sede Social: Calle Mare de Déu de Núria 13, Sant Boi de Llobregat
Ocupación habitual: Distribución textil
Importe del contrato: 4,3 millones de euros
“Sí, aquel pedido ya se entregó. Ahora nos dedicamos casi en exclusiva a las mascarillas. La parte de la cosmética, los pintalabios y todo eso está ahí, a la espera de que la volvamos a lanzar. Pero ahora, casi todo el volumen de negocio recae sobre las mascarillas”.
Lo cuenta Joan, uno de los dos trabajadores que tiene la empresa MJ Steps en España. Una firma radicada en Suiza que tiene en Sant Boi de Llobregat una ‘base permanente’. Una sucursal donde se ubicó la primera polémica de las adjudicaciones del gobierno: más de 4 millones para una empresa que no tenía sede social conocida. Así se publicó en el BOE, hecho por el el gobierno tuvo que salir a dar explicaciones posteriormente. Un error, dijeron.
En realidad no fue error. La ubicación de la sede social de MJ Steps, que recibió 4,3 millones de euros en abril para traer mascarillas a España desde China, siempre ha estado bajo sospecha. El propio Joan que atiende a EL ESPAÑOL, el encargado de la base española, reconoció en su momento que había tenido que la habían cambiado varias veces y que finalmente se vio obligado a poner su domicilio propio como sede social. Incluso el número de teléfono que constaba en Google estaba el de su propio domicilio particular.
Ahora, al buscar en internet, la dirección sigue siendo la calle Mare de Deu de Nuria, en un polígono industrial de Sant Boi de Llobregat. MJ Steps siguen ocupando un pequeño espacio dentro de la nave industrial de la empresa a la que le han encargado la logística. Lo confirmó el propio Joan, que también reveló a este periódico que, si bien han dejado de trabajar temporalmente con los productos que ofertaban antes de las adjudicaciones (desde geles de baño hasta maquillaje) para pasarse íntegramente a las mascarillas, su espacio de negocio ya no es España.
“Principalmente mandamos mascarillas a Alemania y Suiza; es nuestro principal mercado, no sé si por una cuestión de costes”, resume el responsable de la sucursal española. Así, MJ Steps, que nunca se había dedicado a gestionar este tipo de productos, cobró 4,3 millones de euros del gobierno para traer mascarillas a España. Completaron la operación con no pocos problemas y aquellos les sirvió de trampolín: han encontrado en este artículo su filón, han dejado de trabajar el resto de su catálogo y ahora se dedican a colocar mascarillas a los suizos. MJ Steps es una de las grandes empresas triunfadoras de aquella operación, aunque no todas corrieron la misma suerte.
INTERPHARMA: La cruz de la moneda
Empresa: Interpharma
Sede Social: Calle Santa Rosa 10, Santa Coloma de Gramanet
Ocupación habitual: Laboratorio farmacéutico
Importe del contrato: 17,1 millones de euros (anulado)
Nadie contesta en Interpharma. La fábrica de Santa Coloma de Gramanet (Barcelona) permanece cerrada a cal y canto, en las oficinas no responden y en su contestador automático recuerdan antes de colgar que “nuestro horario es de 9 a 1…”, y la llamada se corta aunque la hemos efectuado a las 12 de mediodía. 5 meses después del descalabro, la empresa sigue sin manifestarse al respecto de lo que pasó.
Nadie podrá decir que Interpharma pegó el pelotazo con la adjudicación de abril. Esta empresa farmacéutica fundada en Santa Coloma (aunque tras el conflicto separatista se llevaron la sede a Madrid) es la cruz de la moneda. Fue una de las adjudicatarias que recibió más dinero, en su caso para traer tests de detección del coronavirus. De hecho, fue la primera que hizo su trabajo y trajo el material desde China.
El problema fue que le vendieron un producto defectuoso. Se le adjudicaron 17,1 millones de euros para adquirir tests de detección de la enfermedad. Interpharma, en lugar de por los PCR; apostó por los tests de antígenos, que en aquella fecha aún no habían sido perfeccionados. El Ministerio de Sanidad le devolvió una partida de 659.000 test le llegaron a través de la empresa china Bioeasy. Las pruebas eran defectuosas y no tenían la sensibilidad exigida. El contrato se anuló. El fabricante, Shenzhen Bioeasy Biotechnology, ni siquiera tenía licencia en China para comercializar ese producto.
Tras lo ocurrido, la empresa ha publicado una nota de prensa en su página web. “Tras recibir los primeros lotes, el Gobierno español hizo sus comprobaciones y estimó que los test no ofrecían los resultados esperados", se lee en dicho comunicado. "Cuando nos fue comunicada esta situación se procedió al abono íntegro del importe satisfecho en virtud del acuerdo, asumiendo esta compañía todos los costes generados por el suministro aún antes de haber recibido los lotes de test suministrados”.
En aquellas fechas, la página web de Interpharma permanecía cerrada. Ahora, tras el fiasco de la operación, la firma de Santa Coloma fundada en 1972 ha vuelto a abrir su portal. Allí no figura ya ni rastro de material relacionado con el coronavirus. No hay tests de antígenos, ni PCR ni mascarillas. Interpharma, tras devolver los más de 17 millones de euros, regresó a su senda habitual, a vender productos farmacéuticos, desde pastillas para el resfriado a champú antipiojos. No han vuelto a entrar en el universo Covid ni parece que vayan a volver a hacerlo.
FCS SELECT: Toma el dinero y corre
Empresa: FCS Select Products S.L.
Sede Social: Calle México 3, Sant Cugat (un chalet)
Ocupación habitual: Merchandising de bebidas premium
Importe del contrato: 263 millones de euros
En la puerta de un chalet de la zona alta de Sant Cugat, un hombre atiende a EL ESPAÑOL a través del interfono.
- ¿Sí?
- Hola. Perdone… ¿puedo hablar con Felipe Recio, por favor?
- ¿De parte de quién?
Algo hemos avanzado desde la última vez que estuve en la puerta de este chalet de la calle México. En mayo, tras el escándalo de las adjudicaciones, la dirección de esa vivienda constaba como sede social de la empresa que más dinero se había llevado en aquellas adjudicaciones del gobierno: 263 millones. Felipe Recio es su propietario. En aquella ocasión me atendió una mujer que me juró que ella no conocía al tal Felipe Recio. Resultó ser su madre.
Esta vez, el que atiende es su marido, el padre de Felipe, que al saber que soy periodista zanja con brevedad: “Felipe está de viaje, no está en Barcelona”, contesta. No logro que me facilite su teléfono y le dejo el mío para que se ponga en contacto conmigo. Le digo, para despistar, que es para hablar sobre su experiencia en el golpe de estado de 2012 en Guinea Bissau, que pilló allí a Felipe haciendo negocios y le llevó a ser entrevistado en algún medio nacional. Pero Felipe se lo huele y jamás me ha devuelto la llamada. Se ha quitado del foco y lo que menos le interesa ahora, después de pegar el gran pelotazo sanitario, de contarle nada a la prensa.
Felipe Recio y su mujer, Mayra Dagà, han estado en el ojo del huracán desde que la adjudicación de abril. Se hicieron con un megacontrato de 263 millones de euros para suministrar 488 millones de mascarillas, 10 millones de guantes y 150.000 gafas de protección. Casi el 25% de todo el pastel que ponía el gobierno para comprar material. Una decisión que chocó por varios motivos: el primero, por tratarse de una empresa que se dedicaba principalmente a la creación de envases para bebidas espirituosas, tal y como aparecía en su web. Nada que ver con mascarillas, con guantes ni con gafas de protección. Una empresa que ni siquiera se dedicaba al sector de la salud era la depositaria de la confianza del gobierno central para traer el grueso el material de protección necesario.
El otro motivo por el que chocó el nombre de la empresa agraciada fue por los oscuros antecedentes de Mayra Dagà, la esposa de Felipe y administradora de la empresa. Dagà fue condenada por la Audiencia de Barcelona el 15 de febrero de 2015 a 10 meses de prisión por “un delito continuado de estafa agravada”. Sucedió cuando se desempeñaba en el sector inmobiliario y trabajaba para la empresa terrasense Fincas Corral, una de las grandes promotoras catalanas en tiempos del ladrillo.
De FCS Select no se conoce la ubicación de su base en España, si es que la tiene, ni el personal del que dispone la empresa. Simplemente que su sede social está en la calle México, en el chalet de los padres de Felipe Recio. Lo que sí es sabido es que se hicieron con los 263 millones de euros del estado español, completaron la operación gracias a su delegación permanente en China (Guangzhou)… y nunca más se supo: su página web, el sitio en el que anunciaban su mercancía antes de la adjudicación, ya no promociona nada. Anuncia que se encuentra “en mantenimiento” y ya no hay envases divertidos para bebidas alcohólicas ni ningún otro producto. Como la película de Woody Allen, “Toma el dinero y corre”. Ellos han sido los grandes agraciados del pelotazo sanitario de abril.
HANS BIOMED: "A salvar la economía"
Empresa: Hans Biomed
Sede Social: Calle Isaac Peral 91, Terrassa
Ocupación habitual: Distribución de material cosmético.
Importe del contrato: 38,7 millones de euros.
"La gente no lo sabe, pero la pandemia ha sido una guerra para las empresas del sector. Una guerra comercial. Porque ibas a comprar material y tenías que pelearte con el mejor comprador de Brasil, el mejor de Estados Unidos, el mejor de Italia... Éramos la selección española", explica a EL ESPAÑOL el gerente de Hans Biomed.
Esta empresa de Terrassa (Barcelona) ha sido la única de las 4 cuya gerencia ha atendido a las cuestiones de este periódico. Fue la adjudicataria de un contrato de 38,7 millones para traer mascarillas y tests de detección. Y, contrariamente a lo que sucedía en las que se llevaron la parte más importante del pastel, ellos sí que llevan "40 años en el sector y dedicándonos a este tipo de productos"; cuenta el gerente, Marcelo Prieto.
En su caso no tuvieron el problema de haber adquirido artículos defectuosos (como Interpharma) o contar con una sede social cuanto menos cuestionable (como MJ Steps o FCS Select). Establecieron acuerdos con varias de las administraciones autonómicas y urbanas y con todas han cumplido el compromiso. Por eso, no solamente siguen en el negocio, es que han ampliado la empresa con una división especializada en pandemias.
La pregunta del millón: ¿Cuánto dinero ha ganado Hans Biomed con esta operación? Desde la empresa tratan de desinflar un poco ese globo: "Menos de lo que parece. El problema es que, durante la pandemia, fletar un avión desde China llegaba a costar 10 veces más de lo habitual. Lo normal es que cueste 200.000 euros, pero a nosotros nos han llegado a cobrar 1.200.000 euros. Además, con el avión ya preparada, corrías el riesgo de que llegas un americano a decirle al fabricante que él le pagaba el doble si se lo vendía. Asi, se ha ganado mucho menos dinero de lo que parece".
Y la otra pregunta del millón: "Qué hay que hacer para obtener un contrato tan jugoso de un gobierno?: "En nuestro caso, llevar 40 años en el sector y ofrecer un buen servicio. Los otros... no sabemos. Lo difícil no es trabajar con un gobierno sino cumplir con la calidad y el servicio que esperan. Nosotros no pensamos dejar colgados a nuestro país y ahora vamos a empezar con los tests de antígenos, que serán los que más ayuden a que no se paralice la economía. Te dicen si eres posiivo y negativo, y así no será necesario confinar a toda una clase de niños y sus familias solamente porque se haya detectado un positivo", concluye.
Hans Biomed, por tanto, parece la única de aquellas empresas que siguen en la pelea. Las otras, o dejaron de trabajar el mercado español, o dejaron todo lo relacionado con el coronavirus o directamente se esfumaron. Vieron la oportunidad en el riesgo y se tiraron a la piscina, con resultados dispares. Para algunos fue un trampolín profesional. Para otros, un descalabro sin precedentes. Y para los que más dinero se llevaron, fue el pelotazo de sus vidas.