Octubre se estrena con una medida insólita en España. Desde este jueves, hay un pueblo donde morirse es gratis. El municipio en cuestión es Fuentes de Andalucía (Sevilla), donde se ha construido un tanatorio público y los entierros no tendrán coste ninguno para sus cerca de 7.000 vecinos. El único requisito para tener acceso gratuito tanto al entierro como a los servicios funerarios del nuevo tanatorio de la localidad será estar empadronado y haber vivido allí al menos los cinco años anteriores al fallecimiento.
“Creemos que la despedida de nuestros seres queridos y los servicios funerarios deben ser de carácter público y un derecho social, como puede ser la educación”, afirma el alcalde, Francisco Martínez en conversación telefónica con EL ESPAÑOL. “El valor calculado está en torno a los 1.500 euros [por servicio]. Estamos hablando de una inversión de unos 40.000 euros anuales por el coste del servicio”.
El alcalde asegura que las arcas del Ayuntamiento pueden soportar ese gasto. La deuda del consistorio fontaniego al cierre del año pasado era de 498.000 euros, una cifra lejana de los más de dos millones que llegó a alcanzar en 2012.
El tanatorio está manejado por una funeraria que cobrará esos 1.500 euros de gasto. De ese dinero, 700 euros volverán a las arcas del Ayuntamiento al hacer la empresa uso de un espacio público. "Es todo fruto de una buena negociación", celebra Martínez. Por eso, con una partida presupuestaria relativamente pequeña —40.000 euros— podrán cubrir las cerca de 70 muertes anuales que hay en la localidad.
Al contrario de lo que pudiera parecer, esta medida nada tiene que ver con la crisis de la Covid-19, que ha pasado de puntillas sobre este pueblo hispalense: solo 15 casos acumulados y dos activos. Ningún muerto.
“Teníamos en el pueblo una manera de gestionar los servicios funerarios de una forma un poco abusiva. Fue esto lo que nos hizo ponernos en marcha allá por 2018”, explica el alcalde, que pertenece al partido Nueva Izquierda Verde de Andalucía (NIVA), integrado en Izquierda Unida. “Empezamos a tener bastantes reuniones con expertos del sector, funerarias, aseguradoras, participamos en diferentes jornadas y estuvimos madurando un poco la idea al tiempo que construíamos un tanatorio público”.
Ese edificio ha sido inaugurado este mismo jueves. “Hoy ha sido un día bastante satisfactorio para mí como alcalde. Hemos recibido muchas enhorabuenas”. Sin embargo, llegar a este punto no ha sido un camino falto de polémica para el consistorio.
Siete años de pleitos
En mayo de este año, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) anuló por “desviación de poder” la decisión del Ayuntamiento de denegar la licencia de apertura a un tanatorio privado, la Sala de Duelos María Auxiliadora.
El TSJA falló, tras siete años de pleitos, que el Consistorio había cometido un “variado y sucesivo cúmulo de irregularidades” así como “trato discriminatorio” contra la empresaria Ana Rosa Villar, a la que condenó a “realizar un sinfín de alegaciones en vías administrativa y judicial a lo largo de varios años”, tal y como consta en la sentencia.
El tribunal consideró que el alcalde no actuó “en estricta aplicación de la legalidad vigente a la hora de decidir sobre la licencia pedida”. En su lugar, tuvo un “comportamiento con finalidad espúrea”.
En otras palabras, el Ayuntamiento puso todas las trabas posibles al tanatorio privado para el desarrollo normal de su actividad, según el fallo del juez. “Entendemos que ellos tenían que hacer su negocio, pero nosotros somos perfectamente capaces de ofrecer este servicio”, argumenta Martínez. “La verdad es que no me preocupa realmente lo que pueda llegar a pensar la competencia, ni sé cómo les ha podido afectar [la construcción del tanatorio público]”. La otra parte afectada, la empresaria Ana Rosa Villar, ha declinado hacer declaraciones a este periódico.
Un oscuro negocio
Abusiva. El alcalde repite esta palabra varias veces para referirse a la manera en que se gestionan los servicios funerarios. La hiperinflación del precio de la muerte es una polémica recurrente en España y que nunca termina de solucionarse. Los ataúdes son un buen ejemplo. Como ejemplo está el contenido de una llamada que recibió la emisora Onda Cero en una ocasión:
"Yo he estado trabajando como comercial para una funeraria y me encargaba del aprovisionamiento de los ataúdes. Un ataúd que nosotros comprábamos a 80 euros, lo vendíamos a 2.800. El más caro nos costaba 295 euros y lo vendíamos en 4.200 (...) Si usted se muere sin seguro y va a contratar el servicio a cualquier funeraria, lo mínimo que le van a cobrar son 4.500 euros. Las funerarias se basan en que son momentos débiles para las personas para sacarles lo que no está escrito. Si la gente pudiera contratar los servicios por su propia cuenta, conociendo a los proveedores y eso, un entierro no pasaría los 700 euros".
Además, quienes han intentado entrar en el mercado con ideas nuevas para abaratar los costes por defunción se han topado con un sinfín de trabas —tanto de la administración como del sector— para impedírselo, tal como relató este periódico.
En medio de este panorama y con las defunciones disparadas en España, el Ayuntamiento de Fuentes de Andalucía se ha desmarcado con esta medida única en España. “Hemos visto que ciudades como Barcelona y algún municipio de Madrid intentaban llevar a cabo este modelo. Pero nos consta que somos pioneros en cuanto a su puesta en marcha”, cuenta el alcalde con notable orgullo.