La familia Mainat se ha desvinculado de las dos personas, Gabriel y Alinka, que han sido detenidas este viernes en su casa de Barcelona tras protagonizar un escándalo ante las cámaras de televisión, una de las cuales ha quedado este sábado en libertad provisional a la espera de ser juzgada por hurto.
Las detenciones las practicó este viernes la Guardia Urbana en el interior de la casa de Mainat en Barcelona, después de un enfrentamiento a gritos entre una joven que decía ser exnovia del amante de Ángela Dobrowolski, a las puertas del domicilio, y un hombre que se encontraba en el interior.
Ante varias cámaras de televisión, la mujer reclamó a su supuesto exnovio que le devolviera su documentación, momento en que el hombre salió de la casa para acercarse a ella, la golpeó, la metió de un empujón en la vivienda y cerró la puerta.
Alertados por las cámaras de televisión, la Guardia Urbana acudió al domicilio -en el que Mainat no se encontraba porque estos días reside con sus hijos en su otra casa de Canet de Mar (Barcelona)- y los detuvo a los dos, a él acusado de un delito de violencia de género y a ella por un delito menos grave de hurto.
El "escort" de Ángela
La mujer, que explicó ante las cámaras que su exnovio, Gabriel, es un "escort" contratado por Ángela Dobrowolski, ha pasado esta mañana a disposición del juez de guardia, que la ha dejado en libertad y la ha enviado a juicio, por un delito leve de hurto, ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.
Los Mainat se han apresurado a desmarcarse de ese grupo de personas que ahora están instaladas en su casa -donde este viernes también se encontraba la madre del supuesto "escort"- y han asegurado que ningún miembro de la familia los conoce ni tenía noticia de que residían allí.
Así lo sostiene Pol Mainat, hijo mayor de Mainat y su exmujer Rosa Maria Sardà, en un comunicado en el que asegura que toda su "energía" está ahora centrada en mantener a su padre y a sus hermanos "a salvo de una persona cuyo objetivo es la destrucción" de su familia.
El hijo del productor asegura que los Mainat se sienten "consternados por las vergonzosas imágenes" que se están viviendo dentro de su propiedad e insiste en que su padre nunca ha participado en las "actividades" de esos desconocidos.
Asimismo, ha pedido "máxima discreción y que la justicia siga su curso" y ha advertido de que intentará que los "responsables" de la situación que ahora está viviendo su padre "paguen por lo que han hecho y están haciendo".
Por su parte, Ángela Dobrowolski sigue negando la acusación de intento de asesinato, como hizo ante el juez el pasado 1 de agosto tras su detención, y mantiene que pinchó insulina a Mainat para reanimarle después de que sufriera un coma, además de suministrarle helado y un refresco mientras esperaba que llegaran los servicios de emergencias, según fuentes de su defensa citadas este sábado por El País.