Hace dos semanas, Carmen (25), residente de primer año en un hospital aragonés, volvía en el tren a su casa después de haber hecho su primera guardia en Urgencias. En el trayecto, le pasaban mil cosas por la cabeza. Pero la más importante, si ese tal vez sería el último viaje para poder ver a su familia. "Estaba muy agobiada, me invadía una sensación horrible. Las cosas se estaban poniendo muy feas y no paraba de pensar si podría volver a verlos. Había sido un fin de semana muy intenso en el trabajo", cuenta esta médica en una entrevista con EL ESPAÑOL. 

Esta aragonesa no se equivocaba. A los días, el Gobierno de Aragón decretaba el confinamiento de las tres capitales, Zaragoza, Huesca y Teruel, y poco después el de toda la región aragonesa, mientras los hospitales no dejaban de recibir más y más enfermos covid

Entonces, no poder ver a su familia casi se convirtió en el menor de sus problemas. De un día para otro, tuvo que hacer frente a la segunda ola de coronavirus en el hospital sin ningún tipo de experiencia previa. Únicamente valiéndose de todo lo que había podido aprender en los veinte días que llevaba trabajando como residente en el hospital. Ahora ya ha cumplido un mes como médico en Atención Primaria y la situación en su centro, según relata, parece que va a peor. 

"Mis compañeros están cayendo como moscas. Es difícil pensar que yo no vaya a ser la siguiente. Mientras tanto, los residentes no paramos de hacer guardias y guardias", cuenta esta residente aragonesa. 

Tensión

Los médicos, en huelga: “La actitud de Sanidad es la mano que ha movido esta convocatoria”

Podría decirse que Carmen lo está haciendo, literalmente, como puede. Sobre todo, teniendo en cuenta que cada vez tiene más compañeros confinados; otros van al trabajo con dudas de si están contagiados; y no tiene apenas idea de lo que tiene que hacer en su trabajo ante situaciones tan graves como las que se están dando en el hospital o en los centros de salud. "Está todo muy mal, se trabaja el doble o el triple. Atendemos a pacientes telefónicamente, vemos a muchos presenciales... estamos sometidos a mucha presión. Es muy difícil compaginar toda la tensión que tenemos por nuestra inexperiencia y por la del coronavirus", confiesa esta médica. 

Por lo general, cuando un residente se incorpora en el hospital recibe todo tipo de formación en su área de especialización así como diversos cursos para preparar a los residentes ante diversas circunstancias. Carmen, sin embargo, apenas ha recibido preparación. "Nos enseñaron la primera semana, pero ahora están quitando toda la formación y apenas hay cursos", cuenta. 

Lo peor es que la situación que vive esta médica en su hospital no es un caso aislado, sino que alcanza a miles de médicos. Entre ellos, los 7.500 MIR que lograron su plaza en abril después de todas las trabas que puso el Ministerio de Sanidad, y que tras llegar a su destino han visto que, por el momento, tienen que olvidarse de su especialidad y hacer callo con el coronavirus aunque sepan lo mismo de él que quien escribe estas líneas. 

"Estoy asustadísima"

María, residente de primer año (R1), también se encuentra en un sinvivir constante. Empezó en un hospital de Sevilla a finales de septiembre y eligió ese centro, precisamente, porque era el que mejor formaba en su especialidad, Familia. La cuestión es que la formación que ella esperaba se quedó en la primera semana y media. 

"Cogimos este hospital porque tenía fama de que supervisaba mucho a los residentes y siempre trabajabas en equipo con otro médico. Sin embargo, cada vez hay más rumores de que vamos a estar solos", cuenta a este diario. 

Esta médica, de 25 años, no para de plantearse una y otra vez situaciones imposibles en las que, sin más ayuda que la propia, tendrá que lidiar con el virus. "Hace poco vino un infarto y, en principio, no era covid. El test de antígenos dio negativo. Pues bien, a la media hora el paciente se paró y nos avisaron para hacer la reanimación cardiopulmonar. Quince minutos después, nos confirmaron que era covid tras hacerla una segunda prueba. Pienso que pronto puedo enfrentarme en una guardia ante esta situación... estoy asustadísima. No voy a tener a nadie a quien preguntar, tendré que hacer lo que pueda", apunta María. 

Otras especialidades

En otras especialidades, los MIR también están viviendo la misma situación. Carlota, por ejemplo, es residente de Pediatría en Logroño y aunque si bien es cierto que la covid apenas afecta a los niños, la segunda ola ha puesto del revés el hospital. "El hospital está en continuo cambio, se están cambiando circuitos de pacientes con sospecha o no covid, muchas veces ni los propios médicos veteranos saben explicarnos cosas de los protocolos. Lo mismo ocurre con los cursos, se han visto reducidos para evitar el contacto. Vivimos en una incertidumbre constante". 

A Roció, según cuenta, ni siquiera le han explicado como usar las mascarillas o nada referido al Covid-19. "Sé lo mismo que puede saber cualquiera en la calle", señala este residente de Traumatología en Córdoba. "Es muy desesperante, tenemos mucho miedo, te da continuamente por pensar lo cerca que estás de contagiarte. En mi servicio ya hay tres personas de baja por coronavirus", señala. 

Por si no fuera suficiente con la inexperiencia de estos médicos frente a un posible paciente, el Gobierno ha aprobado un Real Decreto (RD 29/2020) en el que permite a las comunidades autónomas contratar a cerca de 10.000 profesionales de forma directa, tanto a MIR que aprobaron el examen este año y no obtuvieron plaza, como a médicos extracomunitarios.

Una medida que, aunque ha sido respaldada por el Congreso de los Diputados, ha llevado a los MIR y a miles de médicos a celebrar una huelga en las calles este martes pidiendo su retirada. "Recorta tus derechos como paciente, los nuestros como profesiones y pone en grave riesgo la sanidad española. ¿Te sentirías seguro si un médico sin especialidad te tratase?", ha criticado la Asociación MIR España (AME), una de las que ha promovido las concentraciones. 

Noticias relacionadas